La tradición de nuestra tierra es comer potaje de bacalao el primer día de Vigília, el miércoles de ceniza, debido a la prohibición religiosa de comer carne en este período, este plato contiene como aporte proteínico bacalao en salazón, generalmente cocinado en pote u olla de barro, nosotros lo haremos en olla a presión para ahorrar tiempo y combustible (gas, electricidad). Así mismo se hace durante todos los Viernes de la Cuaresma, combinándose con otros platos con base de pescado, de algunos de estos platos de pescado ya os hemos dado las recetas en esta web.
Hay una anécdota que se cuenta sobre este tema, que no sé si es cierta: Durante la edad media, los frailes y religiosos descubrieron un método ingenioso para poder seguir comiendo carne en Cuaresma. La normativa Vaticana decía que sólo podían comerse animales que hubieran sido pescados en el agua. Los listillos frailes de una orden religiosa idearon tirar los cerdos al rio y después sacarlos para hacer la matanza, así no incumplían la ley de la Iglesia. Al parecer un Papa muy virtuoso hizo especificar más claramente que tipos de animales no se podían comer. No sé si esta anécdota es real o no, pero es muy divertida.
En la cocina tradicional española encontramos la receta con el nombre largo de: “Potaje de Bacalao con Garbanzos y Espinacas”, aludiendo a los ingredientes protagonistas. También se le llama “Potaje de Vigilia”.
Este Potaje de Vigilia es considerado uno de los platos más arraigados en la gastronomía de esta época y sobre todo de Semana Santa, tiempo en el que termina la cuaresma.
Ingredientes para 4 personas:
- 300 gr de garbanzos en seco
- 500 gr de espinacas frescas
- 400 gr de bacalao desalado
- 2 cebollas
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 huevo batido
- 80 grs. de almendras picadas
- 1 tomate deshidratado
- 1 tomate grande pelado
- Pan rallado
- 2 huevos
- perejil
- Pimentón de la Vera
- Aceite de oliva virgen
- Sal
Elaboración del potaje de Vigilia o Semana Santa
El bacalao lo tendremos que poner a desalar 24 horas antes, cambiando el agua 3 veces, más o menos cada 8 horas.
La noche anterior a la elaboración del potaje de vigilia, pondremos a remojo los garbanzos en agua caliente con sal y una pizca de bicarbonato.
A la hora de preparar el potaje, colocamos en la olla a presión abundante agua, una cebolla, así como la hoja de laurel y el tomate deshidratado y un punto de sal. Cuando esté a punto de hervir añadir los garbanzos.
Dejar cocer unos 5 minutos, después desespumamos con una espumadera y cerramos la olla. Bajamos al mínimo el fuego y dejamos al fuego 35/40 minutos.
Mientras lavamos y quitamos los tallos a las espinacas. Lavamos las espinacas, las troceamos y las añadimos a la olla.
Al mismo tiempo, en una sartén, doramos la cebolla picada finamente, agregamos el bacalao desalado y troceado, removemos.
Este sofrito se lo añadimos a la olla una vez estén cocidos los garbanzos, damos unas vueltas con una cuchara, y dejamos cocer 5 minutos más.
Sofreímos en una sartén los ajos machacados, las almendras, el tomate troceado y el pimentón, y lo agregamos también.
Mientras, habremos hecho los rellenos como sigue: se mezclan los ajos picados con el perejil, el huevo y el pan rallado. Se hacen unas pelotas de unos 3 ó 4 cmts. de diámetro, y se fríen en aceite de oliva. Cuando están fritos se apartan en papel absorbente, y se añaden al potaje.
Dejamos el potaje de vigilia a fuego muy lento unos minutos para que se mezclen los sabores, probamos el punto de sal.
Retiramos del fuego, mientras removemos con una cuchara, echamos el huevo batido.
Otra variante muy buena es friendo unos tostones en lugar de los rellenos y añadiéndole huevo duro troceado.
Servimos…
Como siempre: BON APETIT!