Seguimos con la repostería de Semana Santa y por eso adelanto las recetas de la próxima semana. Voy a daros otras recetas típicas de estos días muy arraigadas en la Mancha, pero también en otras regiones.
Después de tantos años viajando y viviendo en distintos lugares llegué a la conclusión de que la Semana Santa cristiana, que es la continuación de la pascua judía, tiene como común denominador una gastronomía personal y que en los dulces encuentra su máxima expresión.
El azúcar, la harina, la miel, la leche y el chocolate comienzan a tener durante la Cuaresma un protagonismo en las cocinas que llega a su punto álgido en Semana Santa. Una costumbre gastronómica fruto de la mezcla entre la herencia andalusí y la tradición cristiana.
Durante la Cuaresma medieval los cristianos eliminaban (o reducían) la ingesta de carne en su menú, para preparar su cuerpo y su alma para la Semana Santa. Por ello, los dulces suplen buena parte de la energía que necesita el organismo. Además, las reuniones familiares que suelen darse en estas fiestas son momentos idóneos para disfrutar de ello. Los conventos de monjas y las pastelerías de buena parte del país rebosan olores y sabores singulares. Y es que pocos rincones de la geografía ibéricaescapan a estas tradiciones.
ROSQUILLOS DE SEMANA SANTA
Ingredientes: 8 huevos – 500 grs. de azúcar – 300 ml. De aceite de oliva – 1 kg de harina (850 grs. para la masa y el resto para la encimera y el rodillo) – 1 vaso de anisete u otro licor – la ralladura de 1 limón – 8 sobres de gasificante casero o 25 grs. de levadura.
Elaboración: Separar las yemas de las claras y echarlas en un bol, añadir el azúcar, el aceite, la ralladura, el licor y batirlo todo con unas varillas, añadiéndole poco a poco una tercera parte de la harina aproximadamente.
Montar las claras a punto de nieve y agregárselas removiendo. Sin parar de remover añadir el resto de la harina con el gasificante casero bien mezclado.
Dejar reposar unas dos horas en sitio fresco o no muy cálido. Después echar harina en la encimera y amasar grandes bolas de masa, después extenderlas con un rodillo dejándoles un grosor de unos 5 mm., untar con un poco aceite la superficie y espolvorear un poco de harina. A continuación doblar la masa extendida sobre sí misma y pasar el rodillo ligeramente, así obtendremos una plancha doble de 1 cmts.
Con un vaso normal ir haciendo círculos en la plancha de masa, y con un vaso de chupito o un dedal se les hace el agujero, y ya están los rosquillos listos para freir. Con todos los recortes de masa se pueden hacer cilindros y enroscarlos para hacer también rosquillos, en este caso habrá que hacerles con un cuchillo un surco a lo largo del perímetro con el fin de que la masa el expandirse al freírla mantenga la forma de rosquillo.
También se pueden hacer unos fideos con la masa sobrante y cortarlos con una longitud de 2-3 cmts. Después de freírlos se les añade miel y se convierte en otro dulce típico.
En una sartén grande ir friendo los rosquillos en abundante aceite a fuego medio. Dadles la vuelta y apartarlos sobre papel absorbente.
Después ir rebozándolos en una mezcla de azúcar y canela molida. Se guardan en una caja tapados con un paño y en un lugar seco.
TORRIJAS
Los dulces que más arraigo tienen en casi toda España son las torrijas. Muchos hablan de que el origen de estos dulces hay que buscarlos en la Edad Media en los conventos, cuando las monjas, en estos días de abstinencia y vigilia, aprovechaban el pan duro bañándolos en miel y leche. Hay otros que relacionan directamente las torrijas con la Resurrección de Jesús, aunque se parecen demasiado a un antiguo dulce hebreo, por lo que yo me inclino de nuevo a relacionarlas con la Pascua Judía. Lo cierto es que las recetas de estos dulces están completamente extendidas por numerosas regiones y el repertorio daría para un libro.
Normalmente todas ellas comparten unos ingredientes base: el pan de torrijas, la leche y el huevo. A partir de ahí, pueden hacerse con vino y miel, con azúcar y canela o con otros ingredientes que aporten a la torrija un toque de novedad pero manteniendo su esencia tradicional, por ejemplo acompañándolas con un helado de leche merengada
Ingredientes: 2 barras de pan tipo gallego o chapata duras – 5 huevos – 1 l. de leche – 300 grs. de azúcar – 1 vaina de vainilla – 1 rama de canela – 1 vasito de vino de oporto o moscatel – canela molida – 1 corteza de limón – aceite de oliva.
Elaboración: Se cortan las rebanadas de pan de unos 2 cmts de grosor. Por otro lado se pone la leche a infusionar con la rama de canela la vaina de vainilla y la corteza del limón. Cuando haya hervido apagar y tapar. Dejar enfriar.
Añadir después 3 cucharadas de azúcar y el vasito de vino, mezclarlo todo y empezar a empapar las rebanadas de pan procurando que no se empapen en exceso. Pasar por el huevo batido e ir friendo en aceite de oliva caliente. Darle la vuelta y cuando estén doradas apartar sobre papel de cocina para que escurra el exceso de aceite.
Terminar rebozándolas en una mezcla de azúcar y canela. También se puede hacer un almibar y mezclarlo con el vino y empaparlas. Otra opción es bañarlas con miel.
Feliz Semana Santa y………BON APETIT!