Los Manterolas cierran un ZEPORROCK que ha sacudido La Mancha

En su quinta edición, el festival batió récord de público alzándose como referente de la música emergente en Castilla La-Mancha

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Un terremoto musical ha sacudido La Mancha. El apacible pueblo de El Toboso se ha convertido este fin de semana en el epicentro de la música emergente. En su quinta edición, el ZepoRock ha batido récord de público alzándose como referente en Castilla La-Mancha. Este festival que busca deslocalizar y democratizar la música, ha vuelto con una programación cultural que, por primera vez, pasó de uno a tres días gracias a una novedosa propuesta de conciertos al aire libre, clases de swing, Djs, talleres infantiles, pasacalles, visita a bodegas y piscina. Un año más y con más fuerza que nunca, el zeporrismo hizo temblar los cimientos del pueblo de Dulcinea.

Aurora & The Betrayers fueron los encargados de coronar un ecléctico cartel que aunó rockabilly, ska, funk, hip hop, rock alternativo, swing y soul en el que se unieron grupos consagrados con nuevos talentos con denominación de origen La Mancha. Mike Blues Acoustic Project, Alberto Palacios de Anaut, Blue Shade, Tomaccos, Crucifix Climb, Swinging Cats Club Band, Deskaraos, Rojo 5, Los Manterolas y Pauline & The Big Kahunas compartieron el escenario por el que, en ediciones anteriores, pasaron grandes bandas como Alpargata, Tongo, Última Experiencia, 51 Grados, Fizzy Soup o Gatomidi.

“Este año hemos apostado por un ZepoRock más ambicioso que nunca con una programación más extensa y diversificada, multiplicando escenarios y actividades, y sacando el festival a las calles. La respuesta del público nos ha dejado sin palabras. El zeporrismo no conoce límites y crece exponencialmente. Quienes lo viven, se convierten de por vida”, aseguran los creadores de esta iniciativa Manuel Muñoz e Iván Martínez, dos jóvenes toboseños que han visto cómo su proyecto personal y sin ánimo de lucro ha crecido hasta convertirse ya en un hito de la escena musical manchega.

A ritmo de samba

El ZepoRock arrancó el viernes 8 a ritmo de los tambores del colectivo Samba da Rúa, que recorrió las calles más emblemáticas de El Toboso como preludio del seísmo musical que se avecinaba. Las terrazas del pueblo se convirtieron en escenarios improvisados que acogieron el swing de los felices años 20 de Tomaccos, la improvisación y el dixie de Blue Shade, el blues cañí de Mike Blues Project y la inesperada aparición de Alberto Palacios de Anaut, todo ello de forma gratuita y bajo el objetivo de acercar la música a los manchegos y las manchegas.

El sábado 9 la lluvia no consiguió aguar la fiesta y desde la mañana las zonas verdes y la piscina del albergue Dulcinea de El Toboso acogieron la segunda jornada del festival con talleres infantiles y espectáculo de clowns. La magia del baile llegó de la mano del maestro del swing Carlos Cayuela, que impartió junto a Swinging Cats Club Band, una clase maestra en la que participaron niños y adultos.

Por la tarde, el suelo de El Toboso comenzó a temblar con el hip hop irreverente de Crucifix Climb y con la fiesta vestida de ska de Deskaraos. Desde Illescas con su nuevo disco Masa Crítica, las guitarras afiladas y las letras combativas de Rojo 5 volvieron a demostrar por qué son uno de los tríos más potentes del panorama musical manchego. El swing volvió a abrirse paso con los aullidos musicales de Swinging Cats Club Band y el momento más esperado de la noche llegó con Aurora & The Betrayers que presentó su álbum Tune out the noise. Considerada como una de las grandes voces de la música negra en España, enloqueció al público con su particular soul. El surfabilly de Los Manterolas fue el encargado de cerrar la programación de conciertos con sus reverberantes sonidos de la América de la Costa Oeste. Como colofón, el DJ Reputo condujo el final de la fiesta hasta el amanecer con una selección de temas con los que dejar de bailar se hizo imposible.

El domingo 10 se volvieron a congregar todos los zeporros y zeporras para degustar los mejores vinos de la zona y las tradicionales viandas manchegas en la Bodega Campos de Dulcinea. El festival puso punto y final a lo grande con un vermú zeporro de nuevo en el albergue Dulcinea de El Toboso. Pauline & The Big Kahunas cerraron la edición del ZepoRock interpretando clásicos del rockabilly, swing y blues como una última réplica de este maravilloso terremoto musical.




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