María José García Bolos es la ganadora del Premio de Poesía Ángel López Martínez de la LXIV Fiesta de las Letras Ciudad de Tomelloso con Notas al margen. Un poema que usa un lenguaje sin concesiones, de manera quirúrgica, otras veces descarnada, pero siempre impecable.
Charlamos con ella, sin prisa. Riendo cada poco. La poeta siempre sonríe y huye de la vanidad. Recorremos su bagaje literario, su futuro, hablamos de cualquier cosa que se ponga a tiro, sin ningún orden, caóticamente. Como nace la poesía, según María José.
María José comienza con la escritura «en COU, justo ese verano me presenté a un premio en Bolaños y lo gané. A partir de ahí me animé a escribir. Y además, ese galardón también me empujó a estudiar Filología Hispánica. Quería estudiar Filosofía o Bellas artes, porque a mí lo que me gustaba era pintar. Cambié, a partir de ahí, todo».
“Me siento cómoda con la poesía”
Empezó componiendo prosa poética, nos cuenta «Enseguida me fuí hacia la poesía, me sentía cómoda en ella, más que en la narración: me gusta más». Desde el principio escribió para ser leída, de hecho, como decimos, fue para un concurso. «Cuando empiezas a escribir más cosas, a componer poemarios, hay mucho de tu obra que no te gusta. Sirve como ejercicio, pero no para los lectores. Tú eres tu mejor crítico, sabes de sobra lo que va a ser un bodrio o lo que va a gustar».
En ese sentido, señala que hay muchos tipos de lectores de poesía y muchos tipos de poetas «Hay a quien le gustan más los poemas rimados, con estructura, como un soneto, o una elegía. Por otra parte, hay a quien le gusta otro tipo de poesía, con ritmo interno, sin esa métrica y rima. A mí me gusta más lo segundo, me encuentro más cómoda… Pero no desmerezco un soneto, los hay magníficos, los de Quevedo siguen siendo una maravilla. También el tiempo cambia, ya no hablamos así, usamos otras palabras, o giros; utilizamos otro lenguaje más fresco y yo voy por ahí».
El poeta es más caótico: la poesía surge
Nos asegura que no usa un método de trabajo. «Nunca he intentado medir ni hacer un poema que tuviese una estructura determinada. Yo creo que el poeta no sigue un método de trabajo estajanovista, como un narrador. El poeta es más caótico: la poesía surge. Por otra parte, hay veces que puedes tirarte un año sin escribir nada».
Nos cuesta verdadero trabajo que María José García Bolos nos haga una nómina de sus publicaciones y premios. Lejos del afectamiento y la vanidad, sobrevuela sobre esa cuestión «Siempre he publicado vía premios. Nunca he autopublicado.». No tiene “enchufe” con nadie, «ni creo que sea necesario. El trabajo tiene que hablar por si solo y si un jurado valora que un trabajo tuyo está bien y es publicable, bienvenido sea, ¡qué emoción!… Y si no lo consigo, qué voy a hacer. Que más quisiera yo que ser una escritora magnífica. Pero la vida es un aprendizaje y la manera de medirlo, en mi caso, ha sido ese… Y me ha ido bien, no me puedo quejar. Estoy contenta con las publicaciones que han salido de ahí. Lo hago porque me gusta, mucho, pero tampoco vivo de ello. Vivo de la Literatura, pero enseñándola. Eso me permite leer mucho, ver muchas cosas… y para escribir bien hay que leer mucho».
A María José García Bolós, le gustan —y además cultiva— las artes plásticas, hace unos meses expuso en la Posada de los Portales “Fotopoemas”, muestra que visitó anteriormente otros lugares. «Me gusta todo. La pintura me encanta… Lo de la fotografía fue algo curioso, una casualidad. Participé en un curso sobre poesía visual en el que estaba Chema Madoz y otros fotógrafos muy buenos. Y de ahí surgió. Fue un trabajo muy divertido que dio lugar a una exposición. Ha sido un coqueteo con otro arte. Sigo haciendo cosas de fotografía, pero me interesa mucho la imagen como concepto, el retrato, el objeto descontextualizado… En realidad son cosas que tienen mucho que ver».
Incidimos en lo alejada que está la poeta de ese arquetipo de artista afectado y pretencioso «El movimiento se demuestra andando. Si alguien le interesa se acercará… La vida es así. Hablo muy poco de mi trabajo. Con una persona que comparto muchos temas de este estilo es con el dibujante José Luis Cabañas, tenemos una complicidad, sabemos que no nos cansamos mutuamente».
“Leo poesía en los sitios más insospechados”
Le preguntamos por su referentes «Leo muchísimo, la poesía me gusta mucho y siempre he leído mucha. Me gusta leerla en los sitios más insospechados, la poesía es algo tan rápido que puedes dejarla y no pasa nada. Llevo bastantes libros en rueda… Me interesa mucho Chantal Maillard, una poeta belga que vive aquí en España. Me gusta mucho como escribe, es una poesía como de reflexión filosófica. Me encanta Olvido García Valdés… Todo lo que va cayendo lo voy leyendo. Algunos me gustan más, otros menos…».
El leer tanto es un hándicap, le deslizamos, cuanto más se lee más se da uno cuenta de lo que le falta para escribir bien «Claro, es que es de lo que se trata. Además, la literatura es una vía magnífica para poder mentir. No me refiero a echar mentiras, sino a inventar mundos y crear historias que no tienen que ser lo que tú crees. Ahí te escapas de lo que los demás puedan opinar de ti. Puedes cambiar, ahora me pongo en la posición de un hombre, ahora le pongo voz a una persona en una situación ridícula. Me interesa ese mundo». Y claro, eso se presta a que los lectores confundan al escritor con lo que escribe «En Notas al margen pongo cosas que no pienso».
Notas al margen
Hablando de Notas al margen, la obra con la que María José García Bolós ha obtenido el Premio de Poesía, le señalamos que nos parece que hace un uso quirúrgico del lenguaje, sin concesiones. «Jesús Urceloy, miembro del jurado, me comentó que le había sorprendido el vocabulario, la forma de escribir y la sintaxis. Me alegró un montón y, sobre todo, de que el jurado me diese el premio por unanimidad. Pero me sorprendió mucho… y más con ese poema, pero bueno… les gustó. De todas formas nunca he escrito con un diccionario al lado, donde esté me saco el cuaderno y empiezo a escribir. En el ordenador lo retoco y lo pongo visualmente como un poema».
El Premio de Poesía “Ángel López Martínez” de la fiesta de las letras ha supuesto para ella un orgullo grandísimo «Es una satisfacción, Tomelloso es nuestro pueblo y estoy muy contenta. La Fiesta de las Letras es algo precioso, que espero que no se pierda nunca. La Feria es estupenda pero la Fiesta de las Letras es lo que la hace diferente. Además es un certamen importante y muy conocido. Estoy muy contenta». Ya ganó en 1996 este mismo Premio con Breve trilogía de un escapado sueño azul.
Notas al margen «no es algo que parta de mi filosofía de vida, ni mucho menos. Alguien puede pensar que son alumnos, o que es un sueño. Que cada uno piense lo que crea, ya no hay marcha atrás».
Cuando el lector se acerca a una obra, la hace suya
Hablamos de poesía, de los dos autores que nombra en Notas al margen. De la interpretación del texto, incluso de su traducción a un lenguaje más coloquial. Suena un bebop metálico y estridente; pausado como un blues, que viene fenomenal para la charla. Llegamos a la subjetividad de lector y para María José «Cualquiera que se acerca a la lectura literaria de la obra que sea, es un lector apropiado. Lo hace desde su libertad y, a la vez, se adueña de ella. En ese momento la obra es suya. La manera que tiene de entenderla en ese momento, con su situación y su vida, no tiene que ser ni parecerse a la tuya».
Está preparando actualmente un libro de literatura infantil, que va a editar la Diputación Provincial. También ha presentado otro poemario al Fondo de Cultura Económica, a México y va a participar en el Premio de Poesía para niños de Orihuela. Va a presentar otro, también infantil e ilustrado por José Luis Cabañas a la Diputación de Badajoz. «Estoy un poco por ese lado, por el de la poesía para niños».