Las hojuelas son un dulce tradicional santo y seña de Semana Santa, especialmente en La Mancha. Se caracterizan por ser de masa muy fina y crujiente, típicamente rebozadas en azúcar o con un toque de canela. La elaboración de las hojuelas, aunque requiere de pocos ingredientes, implica un proceso laborioso que ha hecho que en muchas casas se dejen de hacer y optar por comprarlas en obradores.
En el obrador de Marós, dirigido por Charo, se lleva a cabo la elaboración de este producto. El proceso comienza batiendo los huevos a los que se les añade una pizca de sal y ralladura de naranja. Después, se incorpora la harina gradualmente hasta obtener una masa uniforme. También aceite de oliva virgen extra y vino blanco. Este método tradicional ha permitido a Marós responder a una alta demanda de hojuelas, además de otros productos de repostería, como rosquillos y torrijas.
El negocio, que inicialmente surgió de la costumbre de preparar hojuelas en casa para amigos y familiares, ha evolucionado hasta convertirse en una pequeña empresa. Ahora, además de hojuelas, el obrador produce rosquillos, flores, torrijas y una variedad de productos de pastelería. Este éxito se atribuye al compromiso con la calidad, utilizando ingredientes locales como aceite de oliva y vino de la cooperativa, y al esfuerzo personal de Charo y su familia, incluyendo la formación especializada de su hija en repostería.
Durante los días previos a Semana Santa, el obrador puede llegar a producir hasta 120 kilos de hojuelas, lo que requiere de una ampliación de los horarios de trabajo para satisfacer la demanda. El proceso finaliza con el estiramiento de la masa, que se deja reposar antes de ser estirada de nuevo, cortada y frita. Una vez fritas, las hojuelas se rebozan en azúcar y se preparan para su venta en la tienda de la Avenida Juan Carlos I, n° 2, Local 6.
