Ante el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, Cáritas Regional en Castilla-La Mancha pone su foco en el compromiso con la inserción social a través del acceso al empleo digno de las personas vulnerables, pues es uno de los ejes de Cáritas en la lucha contra la pobreza y la exclusión social.
Cáritas apuesta por un modelo de economía solidaria que pone en el centro a la persona y que se traduce en la actividad que llevamos a cabo en el ámbito de la inserción laboral y las empresas de inserción, una acción que en estos tiempos de emergencia se está adaptando con creatividad a la nueva situación.
Por todo ello, desde el Programa de Empleo y Economía Social de las Cáritas Diocesanas se diseñan distintas líneas de acción en función de las necesidades de cada persona, que van desde la acogida hasta la inclusión social, autonomía personal y participación social, a través de acciones como la Orientación para el Empleo, las diferentes acciones formativas, la intermediación laboral, las acciones de autoempleo y las empresas de inserción.
Debido a este momento de crisis sanitaria, económica y social desde Cáritas se ha tenido que intensificar aún más el trabajo con las personas, con el fin de que la dignidad de las mismas esté por encima de todo, incluso en estos momentos tan complicados. Cáritas ha rediseñado su programa de empleo durante todo este tiempo de crisis, para poder adaptarse a las personas y que no sean estas las que se adapten al programa.
Cáritas, desde su programa de empleo ha atendido durante este tiempo de crisis a 631 personas. Siguen siendo personas vulnerables, personas con las que se viene trabajando desde Cáritas, pero también estamos detectando que las personas que estaban trabajando en economía sumergida, han perdido sus trabajos y por lo tanto, su situación es de grave exclusión social, por lo que recurren a Cáritas para solicitar trabajo. También se detectan personas provenientes de familias normalizadas, hasta ahora no atendidas en la Institución.
Cáritas insiste, que esta crisis está teniendo y tendrá consecuencias sociales, y lo enmarca con dos problemáticas que ya hace tiempo que desde Cáritas se denuncian y que corrobora el último informe FOESSA. En primer lugar, queremos poner el foco en la situación de precariedad laboral que viven muchas personas, lo que ha implicado que se hayan quedado sin trabajo durante este tiempo de crisis sanitaria y social y que ya no cuenten con ningún tipo de ingresos ya que muchas personas tenían contratos temporales, sobre todo en el sector servicios, y aquellas que trabajaban en el mercado informal, han perdido el trabajo. Además, muchas de las personas que trabajaban en el mercado informal no disponían de contrato, y por tanto no podrán acogerse a la prestación de paro.
Como consecuencia del covid-19 se ha generado una grave crisis sanitaria que está afectando gravemente a nivel social y económico. Para intentar paliar esta situación el Gobierno está adoptando una serie de medidas, entre las que no se ha tenido muy en cuenta a un sector especialmente vulnerable como son las empleadas del hogar. Según las últimas informaciones, este sector profesional sí tendrá derecho a subsidio por desempleo pero solo por un mes sin estar llegando en tiempo y forma a las personas afectadas.
También están sufriendo fuertemente la crisis las personas que han trabajado en los sectores de la hostelería o temporeros.
Acompañamiento
Cáritas se ha ido adaptando a estos tiempos de crisis, realizando su acompañamiento vía online, a través del ordenador, de whatApps, teléfono, pero con la misma eficacia, calidez, calidad y dignidad. Se están gestionando ofertas de empleo, realizando asesoramiento de la nueva normativa en el estado de alarma a empleados y empleadores a través de comunicados, haciendo seguimiento de ofertas y llevando a cabo el seguimiento de participantes. Incluso se están desarrollando cursos de formación telemáticamente, se trata de continuar dando herramientas a las personas más vulnerables en este tiempo de crisis.
Cáritas observa, que en la mayor parte de la Región las ofertas de empleo se han incrementado y las demandas han sido las siguientes: personal para las residencias de ancianos; personal de limpieza, auxiliares de atención de personas dependientes, cocineros, cuidadores, empleadas de hogar para casas particulares, peones agrícolas… En relación con la necesidad de trabajadores en el sector agrícola, Cáritas cree que, habiendo demanda, no es fácil cubrirlas, por las dificultades de desplazamiento de los trabajadores y el alojamiento en el lugar de trabajo. Es muy difícil aplicar las medidas de protección exigidas en el Real Decreto en este sector laboral En un ambiente hostil como este, las empresas de inserción que Cáritas tiene en toda la Región, están haciendo todos los esfuerzos para que nadie se quede atrás: en algunos casos manteniendo los empleos y ofreciendo acompañamiento a la plantilla de trabajadores, especialmente a aquellos que peor lo están pasando. Pero lo más destacable es que muchas de estas empresas han sabido aprovechar las dificultades provocadas por el coronavirus como una oportunidad para mantenerse en pie y reorientar su actividad con objeto de apoyar las respuestas sociales de Cáritas a las personas más vulnerables.
Datos 2019
Por último, recordamos que durante 2019 se han atendido a 4.950 personas, de las cuales se han insertado 477 personas, e invirtiendo 4.579.985,75 €
Como advierten los expertos de FOESSA, durante los últimos 10 años las clases más desfavorecidas han estado esperando alguna medida de calado que pudiera revertir, o al menos parar, su proceso de acumulación de dificultades. Sin embargo, las medidas de contención del gasto, más allá de donde vinieran, han sido las prioritarias, abandonando a personas y hogares sin capacidad de resistencia en el espacio de la exclusión más severa.
Aun en esta situación de pandemia tan complicada que vivimos, Cáritas sigue apostando por la responsabilidad de todos los poderes públicos y de la sociedad, para devolver la esperanza a todos estos hermanos nuestros que están sufriendo el desempleo de una manera tan brutal en sus propias vidas y las de sus familias y trae las palabras del Papa Francisco cuando dice: “Trabajando nos volvemos más personas. Nuestra humanidad florece, los jóvenes se vuelven adultos trabajando, los hombres y las mujeres se nutren del trabajo como el trabajo es fuente de dignidad”.