Quien no ha oído hablar de la palabra “hipnosis”; han sido mucho los medios escritos o audiovisuales que han utilizado esta técnica para fines que no van más allá del espectáculo y el entretenimiento de las personas. Sin embargo, son muy pocas las personas que conocen realmente en qué consiste la hipnosis, la potencialidad de la técnica y sus aplicaciones clínicas.
¿Qué es la hipnosis? ¿Cómo se define?
El primer documento que se registra sobre la hipnosis es el papiro de Ebers, escrito en lengua Egipcia en el año 3000 AC. Describe como los adivinos egipcios empleaban métodos hipnóticos muy parecidos a los que se practican actualmente.
Es difícil establecer con precisión la identidad de un fenómeno tan complejo como es la hipnosis.
La hipnosis no es una terapia en si misma. Es una metodología que pretende reducir la atención externa de la persona y su actividad analítica para potenciar al máximo su capacidad de concentración, y conseguir cambios importantes a nivel de la conducta, el estado de ánimo, la percepción, la memoria, etc. Es un técnica realmente potente y eficaz, por eso la usan para los espectáculos. Si no tuviera tantas probabilidades de éxito, no la usarían.
Algunos mitos sobre la hipnosis
Durante muchos años han circulado gran cantidad de mitos acerca de la hipnosis. El espectáculo ha contribuido al mantenimiento de estos mitos. Sin embrago, las prácticas que se hacen en la clínica son bien diferentes. El desconocimiento en general de la hipnosis, hace que se mantengan algunos mitos como:
– Las personas hipnotizadas están dormidas y pierden la conciencia.
Esto no sucede así, si acaso todo lo contrario, mejora la concentración. Si la persona perdiera la conciencia, el hipnotizador no podría comunicarse con ella.
Por otra parte, el hecho de que la persona pueda tener los ojos cerrados ha generado la creencia popular de que las personas están dormidas. Y no es así. Tener los ojos cerrados facilita la concentración. Pero se puede hipnotizar a la persona con los ojos abiertos.
– La persona hipnotizada se encuentra bajo el control del hipnotizador.
Las personas hipnotizadas son dueñas completamente de su voluntad y tienen intacta la capacidad de tomar decisiones. Si se le ordena a una persona que haga algo en contra de su voluntad o de su código de conducta personal, ésta saldrá de inmediato del estado hipnótico. Las personas obedecen a lo que ellas quieren, nunca hacen nada en contra de su voluntad.
– El éxito para conseguir que una persona entre en un trance hipnótico se debe al “poder” del hipnotizador.
No, todo lo contrario. El éxito se debe principalmente a las capacidades de la persona que va a ser hipnotizada. Todo el mundo puede aprender a hipnotizar, no se necesita ningún “Don” especial para ser hipnólogo, aparte de tener una formación adecuada y reglada.
– Las personas no pueden hablar cuando se encuentran bajo hipnosis.
Como en hipnosis ni se pierde la conciencia ni se está dormido; es evidente que una persona cuando está en trance puede hablar, abrir los ojos, moverse, andar, etc. es decir, puede realizar cualquier actividad.
– Las personas no pueden recordar qué pasó mientras están hipnotizadas.
La mayoría de la gente recuerda todo o casi todo lo que se le dijo e hizo bajo hipnosis, aunque es cierto que algunas personas presentan una amnesia espontánea tras acabar el ejercicio de hipnosis.
– La persona hipnotizada si no se despierta puede quedar en trance indefinidamente.
La persona puede salir del trance por si misma, sin ningún problema, aunque el hipnotizador no la saque.
¿Todas las personas son susceptibles de ser hipnotizadas?
Para conocer el grado de sugestionabilidad de una persona, hay que pasarle unas pruebas de evaluación. A partir de esos resultados, se diseña un método personalizado para conseguir que la persona entre en hipnosis. Después, se aprovecha ese estado para ayudarla en sus problemas (fibromialgia, dejar de fumar, mejorar la concentración para los exámenes, etc.) y demás situaciones clínicas.
Como hay tantos métodos de hipnosis y se conoce previamente el grado de sugestionabilidad de cada persona, la mayoría de la gente puede beneficiarse de la hipnosis con facilidad. Hay un porcentaje mínimo de personas que tiene dificultad para conseguirlo.
Los mitos o prejuicios acerca de la hipnosis que se describen anteriormente, pueden dificultar muchísimo que una persona entre en hipnosis. Por eso es muy muy importante aclarar cualquier duda antes de empezar a trabajar.
¿Qué aplicaciones tiene la hipnosis? ¿Cómo se puede usar en la clínica?
Con deportistas de alto rendimiento, para potenciar la precisión o concentración. Para incrementar la creatividad. Para mejorar el rendimiento académico. Se trabajan los trastornos dermatológicos como la psoriasis, dermatits atópica, etc. Se puede ayudar a personas que sufren fibromialgia, que tiene un gran componente emocional). Otra aplicación es la recuperación de recuerdos para su reestructuración cognitiva. Para dejar de fumar. Paliando síndromes psicosomáticos como las úlceras, el insomnio, etc. En general, la hipnosis tiene muchas aplicaciones, la técnica debe formar parte de una plan de intervención bien definido en la clínica y ser un recurso más.