Isidro José Martínez, de Siles en Jaén, es el ganador de Premio de Poesía José Antonio Torres de la LXVI Fiesta de las Letras “Ciudad de Tomelloso” con “Samsa”. Según explicó el jurado, es un poema muy sencillo pero delicadamente intenso en el que se habla del proceso de metamorfosis en una conciencia que empieza a despertar.
Isidro Martínez lleva escribiendo desde la adolescenciaintentando aprender en cada nueva línea que redacta, sin prisa pero sin pausa, con ilusión y con la firme pretensión de poner alma, corazón y vida en una afición que le llegó de pequeño.
PREGUNTA: —El jurado calificó “Samsa” como poema muy sencillo pero delicadamente intenso.
RESPUESTA: —Estoy totalmente de acuerdo con el análisis que hace de mi texto el jurado. En efecto, la sencillez formal y la intensidad son pautas que considero primordiales a la hora de escribir poesía o cualquier otro tipo de género literario. La sencillez es el preámbulo de la clarividencia y, en el lenguaje poético, la considero un recurso bastante certero cuando nos movemos en el ámbito de la sugerencia, que es por donde yo intento transitar; para que el lector acceda, por la vía emocional, a una identificación lo más completa posible con lo que el poema nos cuenta. La intensidad de fondo no sería posible, a mi entender, sin ese enraizamiento de la conciencia del lector en lo que el poema nos propone.
P: —Además, Guadalupe Grande, destacó que en él habla del proceso de metamorfosis en una conciencia que empieza a despertar.
R: —Y así es, en él subyacen evidentes referencias literarias y vitales al alcance, creo, de cualquier individuo: la soledad, las dudas sobre nuestra propia identidad, la felicidad de las pequeñas cosas, el amor paterno-filial…, pero, como indica Guadalupe Grande, la temática dominante es el proceso de transformación que todo ser humano experimenta con el paso de la infancia a la edad adulta, con todo lo que conlleva, tanto en el aspecto positivo como en el negativo: la independencia sí, pero también el miedo al cambio, a la pérdida de ese edén de seguridad y confortabilidad que supone la familia; la marginalidad, la zozobra con la que uno empieza a transitar por una nueva etapa de su vida y que siempre –como le sucede al protagonista de la novela de Kafka, el inefable Gregorio Samsa− produce extrañeza e incomprensión, la amenaza más o menos velada de que lo que el futuro nos depara no siempre es bonanza y felicidad…
P: —¿Lleva mucho tiempo escribiendo? ¿Cuándo y cómo llega a la literatura? ¿Sólo cultiva la poesía?
R: —Llevo escribiendo desde la más temprana adolescencia, intentando aprender en cada nueva línea que redacto, sin prisa pero sin pausa, con ilusión y con la firme pretensión de poner alma, corazón y vida en una afición que me llegó de pequeño, a través, como todo amante de la literatura confiesa, de los clásicos juveniles: Salgari, Julio Verne, Stevenson, Conan Doyle…, pero también Enid Blyton, De Amicis, J.M. Barrie… Más tarde, ya rozando la edad adulta, me convierto en un ávido lector de poesía: Luis Cernuda, Gil de Biedma y Ángel González; últimamente Roger Wolfe, García Casado… Así, hasta hoy, sin parar de leer ni un solo día, pero también haciendo pinitos en cuanto a la creación se refiere, y no sólo a través de la poesía, sino cultivando, sobre todo, el relato corto.
P: —Aunque sea una pregunta manida ¿qué va a encontrar el lector en “Samsa”?
R: —Lo que señalé anteriormente, referencias vitales y literarias yo diría que universales, y que se encuentran en el sentimiento colectivo de más de una generación, en el imaginario popular de la modernidad y en el corpus de la obra de tantísimos escritores que, creo, son admirados por todos los amantes de la verdadera literatura. En “Samsa” aparecen (o, al menos, esa era mi intención) el vértigo de la existencia, el sinsentido que acaba mareándonos casi siempre, el camino que se antoja plagado de peligros, pero que, llegado el momento, hay que emprender a pesar de que se avecina tormenta, el sentimiento, más o menos afianzado, de que el transcurso de la vida tiene lugar a través de la superación de determinadas situaciones y que su principal motor siempre ha sido la transformación y el Cambio. Creo que el lector va a encontrar en “Samsa” un poema con el que espero se identifique por momentos, bien como niño o adolescente, bien como padre, bien como hombre lleno de miedos, pero con esperanza…
P: —¿Qué supone para usted este premio?
R: —Además de una profunda satisfacción por el trabajo desplegado y por conseguir una meta que siempre se me había antojado demasiado lejana, una enorme alegría, dada la importancia del premio y la categoría del jurado. Para mí, el que ilustres poetas de la talla de los que conforman el jurado hayan coincidido por unanimidad en que mi obra es merecedora de tan ilustre galardón es la confirmación de que lo que escribo raya a la altura deseada y que es capaz de conmover las almas y agitar los sentimientos de quienes se acercan a mis textos, amén del encendido elogio de quienes considero referentes literarios y a quienes he leído con absoluta devoción.
P: —La Fiesta de las Letras de Tomelloso es un referente literario y artístico ¿Qué le parecen iniciativas como esta? ¿Había participado antes en ella?
R: —Jamás había participado en un evento de semejante calado, pues considero que, efectivamente, la Fiesta de las Letras de Tomelloso es un auténtico referente en el mundo de la cultura prácticamente a nivel nacional. Estas iniciativas son dignas siempre de respeto y elogio y, a mi entender, cumplen un papel primordial en cuanto a la promoción del mundo del arte y de la literatura y a la deseable interconexión entre éste y el más amplio tejido social, pero este tipo de iniciativas son más bien escasas, poco notorias y no siempre cuentan con la financiación necesaria.
P: —¿Conoce Tomelloso?
R: —Lamentablemente, no. En adelante procuraré conocer a fondo la localidad y a sus habitantes. A partir de ahora, desde luego, ocupará un lugar destacado en mi corazón. Espero poder visitarla a menudo, ahondar en su historia y en sus tradiciones, y espero sea, en un futuro, un ilustre referente en mi vida personal y literaria.
P: —¿En qué anda metido actualmente?, si se puede contar, claro.
R: —Al no dedicarme profesionalmente a la literatura ando metido de lleno en el quehacer cotidiano de mi vida laboral y familiar. Sí que cada día voy dedicando más tiempo a lo que considero es mi gran pasión y, con esfuerzo, intento sacar adelante mi primer libro de relatos y dar los últimos retoques a un poemario que se titulará “Montar en Bici”.
