El sobre
El sobre se perdía
Cuando mi madre imaginaba otros mundos
y buscábamos el sobre por la casa:
En los cajones,
en los libros,
en la caja de los zapatos de tacón alto,
en la caja de los zapatos de tacón bajo.
Y yo nunca lo encontré,
a veces aparecían dos ¡vacíos!
¿cómo era posible?
El sobre contenía dinero,
en aquel tiempo mi padre traía el dinero del mes
a casa, siempre en un sobre,
y mi madre lo guardaba
cada vez en un sitio distinto,
nunca entendí muy bien por qué.
Cientos de sobres blancos perdidos,
Cientos de sustos de mi madre:
¡Hija mía dónde!
Hoy recuerdo esta imagen:
todos deshaciendo los armarios en orden
nunca volvieron a estar así-
con sus guantes y pañuelos
y un olor a madera de verdad
pero sin sobre;
la cómoda, la mesita de noche,
el galán,
el cajón del tocador,
en alguna parte del salón de adorno…
Aparecía, supongo que aparecía,
que mi madre recobraba la memoria,
porque de repente dejábamos de hablar de ello.
A veces pienso que somos poca cosa:
La ropa que vestimos,
el dinero del bolsillo,
los campos escriturados, la vida pasada,
el porvenir incierto,
los sobres perdidos para siempre,
las personas que se fueron
quedándose en nuestros ojos.
Las anécdotas en la memoria se vuelven más amables
,
reaparecen salvadoras,
como los sobres del dinero de entonces.