Elena Benito Lara, doctora en Psicología y colaboradora de enTomelloso y somosteuve, ha pasado por los estudios para hablar en profundidad sobre el duelo. La doctora ha desgranado las distintas fases, síntomas y estrategias de afrontamiento de un proceso que, como ha recordado, “por desgracia lo vamos a vivir todas las personas”.
“La mayoría de la gente asocia el duelo a la pérdida de un ser querido, pero también puede aparecer tras perder un trabajo, una pareja, la salud o incluso una mascota”, ha explicado la psicóloga. En todos los casos, lo que define al duelo es “la ruptura de un vínculo afectivo y el cambio vital que esa pérdida conlleva”.
Un proceso con fases, síntomas y tiempos propios
Elena Benito ha insistido en que el duelo “es un proceso” y, como tal, requiere tiempo y comprensión: “No todas las personas recorremos esos pasos de la misma manera”.
Entre los síntomas más comunes se encuentran el bloqueo emocional inicial, la tristeza, la irritabilidad, la ansiedad, la alteración del sueño o del apetito, entre otros. “Es frecuente que haya personas que no lloren, pero estén muy enfadadas, culpando a familiares o a médicos; eso también forma parte del duelo”, ha subrayado.
En cuanto a la duración, ha señalado que “se suele estimar entre 12 y 18 meses”, aunque depende de cada caso. Factores como la personalidad, el apoyo social percibido o las estrategias previas para afrontar el malestar pueden acelerar o alargar este proceso. “Tener muchas herramientas no elimina el dolor, solo ayuda a gestionarlo mejor. Pero el sufrimiento va a estar presente”, ha afirmado.
La importancia de hablar y no compararse
Una de las claves para afrontar el duelo, según ha destacado Elena Benito, es la expresión emocional: “Poder hablarlo, permitirnos llorar, reconocer que estamos mal… son pasos necesarios para liberar el dolor”.
También ha advertido sobre el riesgo de comparaciones. “Cada persona vive el duelo a su manera. No sufrimos más o menos que otros, simplemente lo vivimos de forma distinta”, ha explicado, insistiendo en que no se puede cuantificar el dolor emocional.
Recuperar poco a poco las rutinas, exponerse gradualmente a los recuerdos o lugares vinculados a la persona fallecida y retomar actividades de ocio, son otras herramientas útiles en este proceso.
El duelo anticipado y el papel de los acompañantes
Durante la conversación, la psicóloga también ha abordado el duelo anticipado, que aparece cuando se diagnostica una enfermedad grave o terminal. “En ese momento ya comienza un proceso de pérdida, porque hay un cambio evidente y la mente empieza a anticipar el futuro”, ha explicado.
En esos casos, Elena Benito ha recomendado hablar abiertamente con la persona enferma, siempre desde el respeto: “Es importante preguntar, dar pie a que esa persona se exprese si quiere hacerlo. A veces solo con decirle ‘estoy aquí si necesitas algo’, ya estamos ayudando”.
Por otro lado, ha recordado que las personas del entorno también atraviesan su propio proceso emocional y deben permitirse compartirlo: “No solo sufre el paciente, también quienes le cuidan. Es importante que se expresen, que no se repriman por miedo a preocupar”.
Un tabú que conviene romper
“Nos cuesta hablar de la muerte porque genera tristeza, incertidumbre y miedo”, ha reconocido. Sin embargo, ha defendido que hacerlo puede ayudarnos a estar más preparados emocionalmente: “Cuando hablamos del duelo, parece que entre unos y otros nos ayudamos, nos reflejamos y aprendemos estrategias”.
Como mensaje final, la psicóloga ha hecho un llamamiento a la comprensión, la paciencia y el respeto a los tiempos de cada persona: “Si alguien necesita tiempo, hay que dárselo. Si necesita hablar, hay que escuchar. Y si necesita espacio, también hay que respetarlo”.
