El IES Airén de Tomelloso y la Fundación Cadisla han firmado un convenio de colaboración que marca un hito en la integración de la educación y la sostenibilidad. Este acuerdo busca fomentar valores como la economía circular, la sostenibilidad medioambiental y la salud, a través de un proyecto que combina prácticas agrícolas y actividades educativas innovadoras.
En el acto de firma, el director del IES Airén, José Antonio Espinosa, destacó la importancia de esta alianza para la formación integral del alumnado. “Nuestro objetivo principal como centro educativo es formar en todos los aspectos, no solo en lo académico. Este convenio nos permite ir más allá, trabajando con una fundación privada por primera vez, para ofrecer una experiencia educativa única basada en el huerto escolar”, afirmó. Espinosa reconoció la labor del profesor de tecnología, Iván, como impulsor del proyecto, y explicó que el convenio facilitará la creación de un aula didáctica al aire libre, con miras a incorporar un invernadero en el futuro.
“Este tipo de proyectos no solo fomentan el aprendizaje práctico, sino que también refuerzan la convivencia y la participación. Es una oportunidad para que nuestros alumnos conecten con la naturaleza y aprendan valores esenciales a través de una actividad que ya ha dado grandes frutos en el instituto”, agregó Espinosa.
La visión de la Fundación Cadisla
Cristina Marín, directora de la Fundación Cadisla, subrayó el carácter transformador del convenio y su impacto en la sociedad. “Se trata de una unión entre una entidad educativa y una social para avanzar juntos en un camino que puede parecer pequeño, pero que tiene grandes metas”, expresó.
Marín destacó que el proyecto se articula en torno a tres pilares fundamentales: la economía circular, la sostenibilidad medioambiental y la salud. “La agricultura es la base de nuestra alimentación y de una vida saludable. Enseñar a las nuevas generaciones a valorarla es esencial. Además, la economía circular estará presente en cualquier profesión que elijan, y desde pequeños deben aprender a cuidarla y aplicarla”.
Asimismo, insistió en que la sostenibilidad debe inculcarse desde la infancia, y que la educación es el mejor entorno para ello. “Estos valores que los alumnos cultivan en el aula, de forma literal en el huerto, luego los llevan a sus hogares y a la sociedad. Esa es la verdadera transformación”, concluyó.
El apoyo del Ayuntamiento
El alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, felicitó a ambas entidades por la iniciativa, que consideró un ejemplo práctico de educación en valores. “Es una oportunidad para que los alumnos se acerquen al mundo agrícola, tan importante para nuestra economía y nuestras raíces. Además, el proyecto incluye innovaciones como el uso de materiales reciclados y técnicas avanzadas como los sistemas hidropónicos, que optimizan recursos esenciales como el agua”.
Navarro reiteró el compromiso del Ayuntamiento con el convenio, destacando su intención de apoyar la iniciativa dentro de sus competencias y posibilidades. “Somos la administración más cercana, y creemos firmemente en el impacto positivo de este tipo de proyectos para nuestra comunidad”, afirmó.
Proyección a futuro
El convenio tiene una duración inicial de tres años, en los que ambas entidades trabajarán para consolidar el proyecto y explorar nuevas líneas de colaboración. Espinosa y Marín coincidieron en que este acuerdo es solo el inicio de un camino que busca transformar la educación y la sociedad a través de valores sostenibles y sociales.
Este convenio refuerza el compromiso de Tomelloso con un modelo educativo innovador que integra la sostenibilidad y fomenta un impacto positivo duradero en las futuras generaciones.
