Este domingo, 1 de diciembre, era una fecha marcada en rojo en el calendario del Atletismo Club Manchathon de Tomelloso. Un total de 14 atletas del equipo se unían a la emblemática Maratón de Valencia para disputar la prueba reina del atletismo, a la que se inscribieron miles de corredores.
Desde el primer momento, la emoción se palpaba en el aire. A medida que el sol comenzaba a asomarse, los miembros del AC Manchathon se reunieron en la línea de salida, con sonrisas nerviosas y miradas de determinación. La energía del evento era contagiosa; el bullicio de la multitud y los gritos de ánimo creaban una atmósfera electrizante. Cada corredor llevaba consigo no solo su propio esfuerzo, sino también el apoyo de amigos, familiares y compañeros de equipo.
Los manchathones se lanzaron a la aventura, cada uno con su propio objetivo en mente: para unos era debutar en la distancia, como Kike Coy, Mari Carmen Becerra, Belen Román, Ángel Miguel González, Raúl Cantos, José Luis Muñoz, Hilario González, Silvia Linares y Miriam Lara. Para otros, como Raúl Cruz, Natalia López, Lorenzo Donoso, María Parra y Pepe Valero, fue mejorar su marca personal. Pero siempre disfrutando de cada km.
Al cruzar la línea de meta, las emociones estallaron. Las lágrimas de alegría, los gritos de celebración y los abrazos se multiplicaron. Cada corredor del AC Manchathon no solo había completado una maratón, sino que también había vivido una experiencia inolvidable.
Según explica el club, la medalla que colgaba de su cuello no solo simbolizaba el esfuerzo físico, sino también la unión y el espíritu de equipo.
