La máxima actividad de la lluvia de estrellas de las úsidas se espera que tenga lugar la noche del 22 al 23 de diciembre. La luna creciente, muy cerca del pleniunio, iluminará el cielo durante casi toda la noche, por lo que las condiciones de visibilidad serán malas.
El mejor momento para su observación se producirá en las horas cercanas al amanecer, cuando la Luna desaparezca por el horizonte, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional.
La lluvia de meteoros de las úrsidas es visible, en el hemisferio norte, entre el 17 y el 26 de diciembre. Su tasa de actividad es modesta, entre 10 y 50 meteoros por hora, con una velocidad de unos 33 kilómetros por segundo.
Las úrsidas suelen pasar desapercibidas debido a que están situadas entre dos lluvias de meteoros con una tasa de actividad mucho más alta, la de las gemínidas, que alcanzan su máximo una semana antes que las úrsidas, y la de las cuadrántidas, que alcanzan su máximo dos semanas después que las úrsidas.
El 2023 es un mal año para la observación de las úrsidas, puesto que su momento de máxima actividad se producirá cuatro días antes de la luna llena del 27 de diciembre.
Los meteoros de las úrsidas son fragmentos del cometa 8P/Tuttle, descubierto en 1858. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa 8P/Tuttle en anteriores pasos cerca del Sol.
Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se vaporiza por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que se conoce como meteoro o estrella fugaz.
Todos los meteoros de una lluvia parecen tener un único punto de origen. Este punto se denomina «radiante», y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Las úrsidas tienen su radiante cerca de la estrella Kocab en la constelación de la Ursa Minor (Osa Menor).
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión.
Aunque las úrsidas parecen venir de la constelación de la Osa Menor (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.