En Tomelloso se ha agravado aún más el problema del tráfico. Decenas de calles están cortadas por obras, y muchas de ellas están cerradas sin motivo aparente, creando un ambiente tenso e inseguro entre los vecinos y usuarios de las vías, quienes deben sortear a diario este laberinto, cuyo resultado a menudo es la pérdida de tiempo valioso.
Los ciudadanos se preguntan: ¿Era necesario ejecutar todas esas obras de golpe? Los motivos detrás de esta decisión nos son desconocidos, y sobrevuela la sospecha de que el anterior equipo de gobierno no tuvo tiempo de llevarlas a cabo, y las aplazó pensando que continuarían en el poder. Sin embargo, hay más misterios, como los rumores que se están convirtiendo en leyendas urbanas acerca del peligro de hundimiento en ciertas zonas de la ciudad debido a una capa de tosca más delgada que en las viviendas del centro. Recordemos que ya se han registrado casos similares, ya que la ancestral costumbre de Tomelloso de excavar cuevas en las viviendas se realizó en todos los barrios sin un estudio geológico previo que respaldara estas prácticas.
Sea como sea, el problema es real, y el nuevo gobierno de Javier Navarro ha heredado una situación que deberá resolver con urgencia, ya que en exactamente dos meses comienzan las fiestas patronales de la ciudad, durante las cuales -como todos los años- recibiremos a miles de visitantes. Se espera que la concejalía de Urbanismo y Obras se ponga en marcha de inmediato y que, de paso, pueda explicar a los ciudadanos qué es lo que ha ocurrido, con más transparencia que en la legislatura anterior bajo la dirección de Inmaculada Jiménez.
