Hasta mediados de junio Sonia Ruiz Parra expone en el Rinconcito una selección de fotografías. Nos acercamos al bar, una suerte de parnaso en el centro de Tomelloso, en el que nunca falta una exposición o un guiño a la cultura local. La organización de la muestra corre a cargo de “El viejo ciervo”. Mario, el dueño, ocupa todo el local con su humanidad y saber.
Sonia nos atiende, en principio azorada tras sus inmensos ojos, con cercanía. Durante la conversación descubrimos a un alma inquieta, enamorada del arte y apasionada por lo que hace. Pertenece a la asociación cultural Acento.
La fotografía y el teatro (no sabemos si ese es el orden correcto) son las pasiones de Sonia: «Hago teatro en Tomelloso, desde siempre con Carmen Abad en “Entremedias”; también muchos años con “Carpe Diem”; este año voy a hacerlo con Ana Lomas, de Tadzio».
A pesar de nuestra idea inicial, Sonia no ha salido de ninguna escuela. «Soy autodidacta, solo sé ver algo y hacerle una foto. No he estudiado nada, ni siquiera sé cosas de photoshop. Hago fotografía por el gusto de crear».
Y llega el momento de mostrar las obras al público. «La exposición viene a partir de las colaboraciones entre Ideo y Acento para las muestras que hemos hecho en el Rinconcito. Mario me sugirió la posibilidad de que yo expusiera… ha sido más una cuestión de amistad que otra cosa.
»A partir de ahí me puse a seleccionar en mis carpetas. No encontraba ningún hilo conductor en las que seleccioné. Pero luego descubrí que sí había algo en común: una línea horizontal. Por eso esta exposición se llama “Una mirada horizontal”».
La horizontalidad como leitmotiv. «Sin darme cuenta, tengo muchas fotografías de la anatomía de las formas; la simetría de los espacios. Me interesa mucho el espacio y la gente en ese espacio. Por eso puse esas dos fotografías (las señala), que son Roberto y Marta en el horizonte manchego. Se llaman “Simbiosis”… por eso precisamente, por cómo llegan a contagiarse uno de otro. Eso, un poquito más en todas las demás, pero no tan patente como en esas».
Le preguntamos que si las fotos tienen algún tipo de tratamiento digital. «Solo se ajustar niveles con el Photoshop». Hay una con los Portales reflejados en un charco, «fue una suerte, yo venía al Rinconcito y se veía eso en el charco, hice la foto, le ajuste los niveles… y ya está».
Fotografía todo lo que ve, «sí, tengo la suerte de tener una cámara muy buena que me regalaron entre todos mis amigos. La mayoría de las fotos que hay aquí expuestas están hechas con esa cámara, menos tres. Una estenopeica de cartón que fabrique en Chile y que se llama Dolores Parra. Con ella hice ese autorretrato, tiene cinco minutos de exposición… tuve que mover un pie, pero de todo lo demás estoy muy contenta. Hay otras dos hechas con una digital normal». Transcribiendo la charla con la fotógrafa nos arrepentimos de no haberle preguntado el por qué del nombre.
Tal vez Sonia haya pensado preparar una exposición en un recinto mayor, sin desmerecer, ni mucho menos al local que nos acoge y que tan bien nos trata, «no, no… no tengo ni idea de esto, además me siento una intrusa». Las fotos de Sonia van a estar colgadas un mes en el Rinconcito.
Sonia es profesora de lengua en Mora, pero “está” en Tomelloso Y claro, le preguntamos cómo ve la cultura local «Tomelloso es una paradoja, por un lado un panorama cultural muy rico, a todos los niveles. Pero el apoyo, digamos logístico, de la administración es muy pobre. Si el apoyo de la administración fuese tan grande como las ganas de la gente que hace cosas por amor al arte, el panorama cultural sería inmejorable».
