Hoy en día, más que estar la pareja en crisis, lo que está en crisis es el matrimonio. La evolución a nivel social, laboral, intelectual y cultural de la mujer (especialmente en Europa), hace que las bases sobre las que se establecían hace unas décadas las relaciones de pareja de cara a formar una familia, han cambiado; por tanto es papel del hombre y la mujer el establecer otras bases diferentes a las que se establecían anteriormente. No sólo el papel de la mujer ha cambiado en la sociedad, sino que también los sistemas de valores, orientados mayormente hacia el respeto, al igual que el papel de los medios de comunicación, que posibilitan por medio de la radio, tv, prensa e Internet una actitud más activa para denunciar conductas reprochables.
En toda relación de pareja sobrevienen crisis o momentos difíciles que son completamente normales y que se inscriben dentro del proceso de maduración de la vida conyugal. Si bien no todas las crisis son de éste tipo y las hay que afectan a la relación drásticamente, teniendo por tanto connotaciones adversas.
TIPOS DE CRISIS CONYUGALES:
- Normales: crisis típicas, en las cuales la pareja pasa por momentos más difíciles o delicados, pero que a diferencia de otras crisis tienen buen pronóstico y en las cuales lo que hace falta es un mínimo espíritu de lucha y poner un poco de orden en las ideas de cada uno. La vida en pareja tiene una serie de etapas que pueden llevar a situaciones de riesgo. Son: etapa de formación de la estabilidad de la pareja (corresponde a los primeros meses o años de relación); etapa de afirmación (la pareja avanza hacia una solidez); etapa de la mitad de la vida (período de balance biográfico, de examen retrospectivo); etapa de la vejez (cuando uno examina su vida y piensa sobre lo que ha sido su vida, el amor, etc.).
- Por desgaste de la convivencia: estas crisis son parecidas a las anteriores, aunque a diferencia de ellas, los problemas no han sido resueltos tan favorablemente. Lo que hace que la vida de pareja tienda a erosionarse cada vez y tienda a la ruptura si no se ponen remedios.
- Por crisis de identidad: Dejan al descubierto, por uno o por los dos de los miembros de la pareja, flancos demasiado negativos, proyectos que no se cumplieron, metas accesibles que se abandonaron, etc. Esto conlleva a amargura, frustración y por tanto a un deterioro en la relación.
- Por infidelidad: por regla general este tipo de crisis son graves y suelen terminar en ruptura, ya que están teñidas de fuertes tensiones emocionales y de un acentuado deterioro de la vida en común. Al miembro de la pareja que ha sido engañado, además, aunque pueda perdonar el desliz, le queda la duda de que la situación pueda volver a repetirse.
- Por intromisión de la familia política: Suele darse, cuando la actuación desacertada e inoportuna de alguna parte de la familia política, provoca una situación difícil y cargada de tensiones psicológicas. En España existe una larga tradición de esta intromisión debido a la suegra.
- Por hipertrofia profesional: se da más en el hombre, especialmente en el profesional liberal. Sucede cuando el tiempo que se dedica al trabajo es desproporcionado; repercutiendo a otras áreas de la vida del sujeto entre ellas a la pareja.
- Por enfermedad psíquica o física de uno de los miembros: cuando una enfermedad psíquica como una depresión, esquizofrenia, agorafobia; o física como diabetes, sordera, ceguera, etc., puede afectar a la normal convivencia.
- Por monotonía: cuando la vida en pareja se vuelve uniforme, previsible y aburrida. Cuando los miembros notan que a la vida le falta ilusión y entusiasmo. Se resuelve muchas veces mediante imaginación, satisfaciendo objetivos que quedaron pendientes, gratificaciones psicológicas o materiales recíprocas, planes compartidos, comunicación, confianza.
- Por ascenso profesional no compartido: Cuando, por ejemplo, esto puede suponer en la persona que ha ascendido múltiples viajes o eventos sociales, que el otro miembro de la pareja no aprueba. Cuando pueden darse celos por el status logrado por uno de los miembros y las consecuencia que esto conlleva que no se dan igualmente en el otro,…
- Cuando 1 o los 2 miembros de la pareja son inmaduros: la persona inmadura no sabe lo que quiere, es cambiante, no se conoce, está lleno de contradicciones y muestra una escasa responsabilidad. Evidentemente ésta inmadurez afecta a la relación de pareja y, aunque es más frecuente que se de en parejas adolescente o jóvenes, pueden presentarse signos de inmadurez en cualquier etapa de la vida.