“La risa es el sol que ahuyenta el viento del rostro humano” Víctor Hugo, novelista francés (1802-1885)
El artículo anterior trataba sobre la Psicología Positiva, sobre la importancia para la salud en general de prevenir. La risa es un vehículo excelente para ello. Sólo hay que ver a los niños jugar y reír en el parque. Lo hacen con todo el cuerpo, plenamente, es la imagen de la alegría y la felicidad, es una fuente de salud. ¡Todo un espectáculo! La risa debería ser una práctica habitual en nuestros días, ya que los hace más agradables.
La risa tiene muchos beneficios fisiológicos, se ha demostrado que el buen humor fortalece la acción inmunológica del organismo y aumenta la producción de endorfinas, que una vez liberadas en el sistema nervioso, proporcionan la sensación de bienestar y placer. Además, mejora la respiración y ayuda a oxigenar el cuerpo y el cerebro. Y libera tensiones musculares, soltando los músculos de la cara, del diafragma y del aparato respiratorio, aumentando su capacidad pulmonar.
A nivel psicológico, los beneficios son incontables; ayuda a soltar las emociones, reduce el miedo, la ansiedad, la tristeza, disminuye el estrés, etc. Contagia el “buen rollo”, reduce barreras entre las personas y las acerca, las personas risueñas atraen a la gente que se siente a gusto con ellas, favorece la comunicación, aumenta la autoestima, hace la vida más fácil, con mayor calidad, etc. Y por supuesto, rejuvenece. Recuerda la última vez que te reíste a carcajada, espontáneamente, da igual el motivo porque lo hiciste. Tu vida y tus problemas eran los mismos, pero seguro que ese momento dejó tras de si un mejor estado de ánimo y bienestar que te permitió ver las cosas con otra óptica. La risa “resetea” la mente, atenúa las dificultades o contratiempos, da energía y “carga las pilas” para continuar el día a día.
Reírse de uno mismo, es un gran gesto de inteligencia porque ayuda a reconocer los propios defectos y limitaciones, encajarlos y llevarlo mejor. Recordemos a Cyrano de Bergerac, poeta y dramaturgo francés del siglo XVII quien tenía una prominente nariz de la que, riéndose de si mismo, decía “es una península desde la que podrían botarse barcos”.
En niños y adolescentes, es muy importante, explicar este concepto que los hace más fuertes de cara a sus iguales, ya que, si son capaces de reírse de si mismos dejan sin herramientas de ataque a quienes lo pretendan intentar. Si algo no te hace daño, no lo utilizarán contra ti.
Hay diferentes tipos de risa:
- La risa nerviosa, que surge ante situaciones incómodas como cuando alguien se cae o se resbala o en lugares inoportunos como una misa o una ceremonia silenciosa y solemne. En cualquier caso, socialmente no está muy bien vista.
- La risa irónica, socarrona y, en ocasiones, retorcida que se apoya en el ingenio, la rapidez, la agudeza y los juegos de palabras.
- La risa silenciosa que se intenta reprimir a toda costa, aunque cuesta. Para ello, se aprieta fuerte la boca, casi siempre con las manos delante y el aire sale por la nariz, como una olla a presión.
- La risa tímida, ante la cual no se sabe qué decir. Ocurre, por ejemplo, entre los primeros encuentros de los enamorados o con personas de confianza ante alguna situación “embarazosa”.
- Reír por no llorar, cuando nos invade la decepción y nos sentimos “atados de pies y manos”, impotentes, sin saber qué hacer. La frustración sale, se drena a través de la risa.
- La risa sincera, que es saludable y contiene los beneficios arriba descritos. Es espontánea, transmite alegría.
- La carcajada. Es muy expresiva, ¡sale a borbotones! Tanto es así que a veces, hasta hace que salten las lágrimas.
La risoterapia es una terapia alternativa o herramienta que recoge una serie de técnicas y ejercicios que, basados en la risa, nos hacen sentir mejor y favorecen una actitud positiva y de bienestar general. Normalmente, se aprende a practicar en talleres diseñados para ello, con un montón de actividades desinhibidas como el juego, la música, la respiración, la creatividad y el contacto con otras personas que persiguen el mismo objetivo de soltar tensiones, relajarse , abrir la mente y disfrutar.
Este artículo se cierra con un pequeño ejercicio por todos conocido; hacer cosquillas. Hay que dirigirse a una persona querida con una pluma en la mano y localiza su “punto de la risa” que puede ser los pies, flancos, las axilas, etc. Arrancarle una buena carcajada, hará que se siente muy relajado y ¡lo agradecerá!