La Asociación “NO al acoso escolar” (www.noalacoso.org) es una organización sin ánimo de lucro, integrada por psicólogos, profesores, abogados y especialistas seriamente comprometidos con las víctimas de acoso escolar y sus familias, a quienes brindan apoyo y asesoramiento en caso de sufrir o haber sufrido el acoso escolar. Tiene varios objetivos fundamentales:
Prevenir el acoso escolar en cualquiera de sus formas.
Intervenir tanto con los alumnos y sus familias como con el profesorado y equipos directivos de los centros educativos.
Valorar y derivar casos, si fuera necesario, a especialistas del campo de la salud y/o del derecho.
Recoger datos estadísticos actualizados sobre la dimensión social real del acoso escolar.
Sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad de acabar con la lacra del acoso escolar.
Desde la Asociación se define el acoso escolar, también conocido como ‘bullying’ en su acepción inglesa, como cualquier actitud agresiva, intencionada y repetida, que ocurre sin motivación evidente, adoptada por un o más estudiantes contra otro u otros compañeros. Es una forma de maltrato psicológico, verbal o físico, producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. El tipo de violencia dominante es el emocional, y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares.
Carmen Cabestany, profesora en la enseñanza pública y Secretaria de la Asociación “NO al acoso escolar” ofreció el pasado de diciembre la ponencia “Acosados, acosadores y espectadores del acoso” en el encuentro Gestionando Hijos, celebrado en Madrid el 12 de Diciembre daba el dato de que aproximadamente 2000000 de niños sufren acoso escolar en las aulas, de los cuales el 5-10% con alta intensidad.
Los niños que sufren bullying son víctimas de burlas, bromas pesadas, motes ridículos e insultos, escupitajos, molestias de todo tipo, agresiones, etc. En el juego en grupo son los últimos en ser elegidos. En el patio suelen quedarse cerca del profesorado, no tienen amigos o muy pocos. Les involucran en discusiones y peleas en las que se encuentran indefensos y siempre acaban perdiendo.
En clase, tienen dificultades para hablar, dan una impresión de inseguridad, baja autoestima, ansiedad y bloqueo, tienen un aspecto contrariado y triste. Presentan un deterioro gradual del rendimiento escolar (bajada en las notas). Es frecuente que les obliguen a chivar en los exámenes o hacer los deberes a los acosadores.
En casa están apáticos, con el estado de ánimo bajo, tristes, a veces con ganas de llorar sin motivo aparente. Caminan con los hombros caídos, poco erguidos, como si quisieran desaparecer. Manifiesta cambios súbitos de humor (irritabilidad) e incluso tiene reacciones agresivas como dar una patada a la puerta. Tienen síntomas de ansiedad, somatizan (aseguran que le duele el estómago y no quiere ir a clase, por ej.) y tienen pesadillas. Muestran fobia escolar (dicen claramente que lo pasa mal en el colegio y que les angustia muchísimo ir). Cambian de amigos. Normalmente, evitan determinados lugares, como el patio del colegio o un parque cercano donde les han amenazado con que les van a pegar al salir de clase. Es posible que cambien el itinerario para ir a la escuela y así evitar encontrarse con las personas que les molestan. No son invitados a las casas de otros chicos en reuniones, para merendar, cumpleaños, etc.
También hay que revisar el material escolar, ropa y juguetes y, en caso de que venga estropeado, roto o falten cosas preguntarle dónde está, qué ocurre. Lo más probable es que diga que lo ha perdido, sobre todo al principio de esta situación, cuando todavía el niño no ha tomado la decisión de contarlo en casa, a un amigo o profesor. Sin embargo, no debemos conformarnos con su respuesta y si algo nos alarma, investigar más, preguntar más y darle confianza para que hable.
A veces el maltrato es de carácter colectivo, va dirigido a grupos concretos que presentan rasgos diferenciales étnicos como los gitanos, culturales como las personas de otra religión, o diferencias de otro tipo (bullying racista, sexista, homófobo…). Y también de forma colectiva, toda una pandilla o cuadrilla de clase pueden ir a por un niño o niña y quedar para darle algún tipo de maltrato.
El acoso escolar es un problema muy serio para las personas, padres, familias que lo sufren, docentes y, en general, toda la sociedad. Y nos lleva al planteamiento ¿qué está pasando? No se puede tolerar esta situación. ¿Cómo prevenir? ¿Soluciones?
Debemos estar muy atentos a nuestros niños. Mirarlos y escucharlos que es mucho más que verlos y oírlos. Poner toda la atención ante cualquier síntoma de los que se acaban de mencionar. Es fundamental observar, hablar con el niño y estar preparados para escucharle, por duro que sea. ¡Muy atentos! ante cualquier síntoma de salud general, golpes y arañazos, cambio de comportamiento, y deterioro o pérdida de material u objetos personales ya que detrás puede haber una situación de maltrato en las aulas. El menor se encuentra en una situación de indefensión y necesita la ayuda de los adultos para solucionar sus problemas.
Si en algún momento, un adulto tiene la intuición de que se está produciendo una situación de acoso (cree estar cerca de una víctima, de un niño acosador o de un niño que es testigo de acoso) hay que seguirla e investigar qué ocurre hasta tenerlo claro.
El acoso escolar es un tema en el que actualmente se está trabajando mucho con gran profesionalidad, mucha ilusión y compromiso. Afortunadamente, contamos con Asociaciones como “NO al acoso escolar” y con profesionales especializados que ayudarán a encontrar la solución adecuada. Desde aquí, ¡muchas gracias a todos ellos!
En el siguiente artículo seguiré profundizando sobre el tema del acoso escolar, abordando la postura del niño que acosa, de los niños que son testigo de acoso, de los padres y de los profesores.