A las 18:08 horas de este jueves, el característico humo blanco empezó a salir de la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano, anunciando al mundo que los cardenales reunidos en cónclave han elegido al sucesor del papa Francisco. Apenas unos segundos después, las campanas de numerosas iglesias y parroquias de Castilla-La Mancha comenzaron a repicar, sumándose al júbilo por la elección del nuevo pontífice.
En Tomelloso, el campanario de la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora se convirtió en testigo sonoro de este momento histórico. Las campanas repicaron con fuerza en señal de alegría y comunión con el anuncio de que la Iglesia Católica cuenta ya con su 267º Papa.
El repique se produjo de forma sincronizada en muchas localidades de la región, como es tradición tras la confirmación de la fumata blanca, indicativa de que el nuevo Papa ha sido elegido con al menos 89 votos, mayoría necesaria en este cónclave que ha culminado en su segundo día de deliberaciones.
Expectación mundial a la espera del «Habemus Papam»
Mientras tanto, los ojos del mundo permanecen fijos en la Plaza de San Pedro, donde miles de fieles y peregrinos han recibido la noticia entre aplausos, vítores y lágrimas. Muchos han inmortalizado el momento con sus teléfonos móviles, ondeando las banderas de sus países mientras las campanas del Vaticano también marcaban el esperado anuncio.
En los próximos minutos, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti será el encargado de pronunciar desde el balcón de la Basílica de San Pedro las palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam”, tras las cuales se conocerá tanto el nombre civil como el nombre pontificio del nuevo líder de la Iglesia.
El nuevo Papa, tras aceptar el cargo, se encuentra ahora en la conocida como habitación de las lágrimas, donde se viste por primera vez con la sotana blanca papal. Después regresará a la Capilla Sixtina para una breve ceremonia, y más tarde a la Capilla Paulina para una oración personal. A continuación, saldrá al balcón para ofrecer su primera bendición Urbi et Orbi y, si lo desea, unas breves palabras al mundo.
En Tomelloso, como en tantos otros rincones del planeta, los sonidos del campanario han sido símbolo de unidad, fe y esperanza en una nueva etapa para los más de 1.400 millones de católicos que siguen esta jornada histórica.