Un colectivo de empresarios de la caza y otros sectores relacionados con el cinegético han recogido más de 3.500 firmas en Castilla-la Mancha, 700 de ellas de empresarios del mundo rural, para pedir la reactivación «de forma inmediata» de la caza en la Comunidad Autónoma y la ampliación del periodo de caza al mes de marzo para paliar los efectos del COVID-19 en sus empresas.
Así lo han puesto de manifiesto Darío Vallano, de la empresa Cacerías Ibéricas; Alejandro Paniagua, de Distribuciones Frigoríficas SL; José Luis Conejo, de Los Conejos Hostelería SL; José Luis Zapata, de Granja Zapirroja SL; y Mayte Nieto, de Artesanos del cuero Rey Pavón, que han apuntado que las restricciones al sector de la caza están suponiendo «un verdadero palo social y económico» y «están dejando a muchas personas sin su jornal».
Darío Vallano ha explicado que son conscientes de que la situación en Castilla-La Mancha «es grave», pero ha insistido en que fueron los propios empresarios del sector los que regularon un protocolo «muy estricto» de actuación, suspendiendo todo tipo de encuentros sociales, como desayunos y comidas, y cuidando del uso de mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos, así como con la realización de test a empleados y clientes.
«No entendemos por qué esta actividad, que es completamente al aire libre, tras la medidas impuestas por nosotros mismos, se ha paralizado de forma tan taxativa», ha señalado, recordando que otras comunidades limítrofes como Castilla y León, Extremadura o la Comunidad de Madrid permiten la movilidad para la caza. «Nos sentimos como ciudadanos de segunda», ha manifestado.
Por todo ello, ha comentado, han pedido al Gobierno regional esta reactivación de la caza y la ampliación de la temporada, reconociendo que aunque ha habido contactos y reuniones, hasta el momento la respuesta «ha sido negativa», aunque ha apostado por «creer y ver si con la recogida de firmas podemos sacarlo adelante».
En su opinión, «no hay una razón de peso» que ampare las prohibiciones al sector «porque es al aire libre, hacemos test y la posibilidad de contagio es nula».
Pasando a los números, Vallano ha manifestado que la situación es «dramática» no solo para los empresarios cinegéticos, sino también «para esas miles de personas que sus rentas dependen en gran medida de la caza, de forma directa o indirecta».
Así, según datos de la Fundación Artemisan, ha puesto de manifiesto que la caza tiene un impacto de 640 millones y da empleo a más de 23.000 personas en la región, sufriendo actualmente un «varapalo» de más de un 90 por ciento respecto a temporadas anteriores.
De igual modo, ha recordado que el temporal ‘Filomena’, que afectó especialmente a Castilla-La Mancha, también ha dejado un enero «inhábil». «Y en un negocio que es de temporada, donde nuestro volumen de trabajo se compacta en cinco meses, la temporada se ha visto más afectada si cabe», ha añadido.
UN «LAMENTABLE EFECTO DOMINÓ»
Por su parte, Mayte Nieto ha expuesto que el sector de la guarnicionería se ha visto «gravemente afectado y con prácticamente ningún apoyo», sufriendo una «bajada importantísima» de las ventas, lo que les ha llevado a tener que acogerse a ERTEs y a experimentar una caída en los puestos de trabajo «horrorosa».
«Ha sido un lamentable efecto dominó y necesitamos una especie de SOS y que esta reactivación se haga cuanto antes, porque si no será un desastre para la economía de Castilla-La Mancha», ha continuado.
Por su parte, José Luis Conejo ha apuntado que la hostelería ha sufrido «un golpe muy duro» y ha relatado que, en el caso de su negocio, la temporada de caza es «temporada alta» y permite mantener los puestos de trabajo también durante el verano.
«Es una situación muy mala y dentro de la hostelería todos pedimos ampliar la temporada de caza, porque nos ayudaría bastante», ha comentado.