La red de tiendas que Mercadona tiene desplegadas en toda Castilla-La Mancha ya están en el camino de incorporar la nueva estrategia de economía circular ideada por la marca, y en el caso de Castilla-La Mancha ya son cinco las tiendas que han desarrollado por completo el concepto de ‘eficiente’, una en cada capital de provincia. En el caso de la de Toledo está ubicada en la localidad de Burguillos.
A partir de estas cinco tiendas piloto, se extenderán las nuevas acciones implementadas en toda la red de supermercados que la marca valenciana tiende desplegadas por toda la región.
De cara a 2025, la cadena pretende reducir en un 25% los plásticos, quieren que todos sus envases sean reciclables y aspiran a poder reciclar el cien por cien de todo lo que se produce en sus establecimientos.
Se retirarán de la venta antes de fin de año todos aquellos productos basados en plásticos de un sólo uso como cubertería o platos de usar y tirar como primera piedra de toque, estrategia acompañada de la implantación de bolsas compostables, bolsas de papel y de rafia o mallas que poco a poco sustituirán a las tradicionales bolsas para embalar la fruta que se llega el consumidor a casa.
Eso sí, defienden que en este camino no hay que «demonizar» el plástico siempre y cuando este tipo de material sirva para añadir valor, bien sea con respecto a ampliar la duración de los alimentos –consiguiendo así reducir el desperdicio de alimento– o en el caso de que no haya alternativas que doten de seguridad alimentaria suficiente a los productos a embalar.
SUMA A LOS PROVEEDORES
Con la ayuda del Instituto Tecnológico ITENE, se llevo a cabo una auditoría de los envases presentes en el surtido de Mercadona a partir de la cual incluso se está implicando a todos los proveedores exclusivos, que, tal y como detallan, ya trabajan en acoplar sus procesos de fabricación a estas premisas.
«Nuestra relación con ellos es de innovar juntos. Nosotros le decimos que el cliente no quiere tanto plástico, y mano a mano con el proveedor nos adaptaremos en el plazo de cinco años que tenemos por delante», ha detallado Castrillo. Si no se implicara a los proveedores, «no tendría sentido» defender una estrategia de economía circular, tal y como argumentan los responsables.
Cerrar el círculo sería imposible si todos los residuos generados no fueran a parar al reciclaje. Así, «el cien por cien del embalaje de Mercadona se recicla», si bien, en cuanto al resto de residuos, se trabaja para que todo lo generado a cuenta de los clientes sea también reutilizable.
En este camino, empleados reponedores se encargan no sólo de mantener los lineales abastecidos, sino también de separar los residuos generados. Para ello, incluso disponen de compactadores de cartón y plástico en las propias tiendas para facilitar su embalaje.
Este material, sale de las superficies en los mismos camiones que traen la mercancía. «Es la ‘estrategia del ocho’. Así nunca tenemos camiones vacíos y reducimos la huella de carbono».
AHORRO EN LOS EMBALAJES
Las políticas implementadas hacen que el ahorro de plástico se deje notar también en todos los embalajes. Por ejemplo, ya se apuesta por aumentar la oferta de fruta a granel con la opción de retirarla en nuevas bolsas de malla.
No obstante, hay excepciones que justifican el uso de plástico, como en el caso del embalado de carnes, o por ejemplo, «productos como el pepino holandés», que al estar envueltos en este material hacen que su vida útil se alargue dos semanas, contribuyendo así a la reducción de desperdicio.
«Hay que quitar el plástico, menos allá donde aporte valor», ha detallado Ruiz, que ha añadido que la reducción de plásticos llega también a los envases de productos manufacturados.
Así, poco a poco se va comprobando en los estantes cómo los envases van cambiando. «Por ejemplo, en el apartado de higiene, los geles exfoliantes se hacían con microplásticos que llegaban al mar. Se han cambiado y ahora se utilizan productos naturales», han aseverado.
Y es que Mercadona, tal y como han explicado Ruiz y Castrillo, quiere que esta ambición traspase al cliente, de manera que va a equipar a todas sus tiendas con cartelería e información que apuesta además por una unificación de pictogramas explicativos que «ayuden a aprender» cómo acometer la separación.
Para ello, todo el personal de Mercadona ha recibido formación, de manera que está preparado para transmitir al cliente cualquier directriz y consejo a la hora de reciclar.
PIONEROS EN EL MENAJE DEL HOGAR RECICLADO
También se incorpora la economía circular en nuevos productos como los relacionados con el menaje del hogar. Cubos, palos de fregona o de escoba ya pueblan las estanterías de Mercadona, y se fabrican a partir de los plásticos usados de los invernaderos en el Levante.
«Así reducimos el coste para los proveedores y reciclamos, consiguiendo además mucha calidad en los productos», detalla Ruiz, quien añade que con este movimiento se consigue ahorrar un desperdicio de 1.200 toneladas de plástico, dándoles además valor añadido a los propios proveedores.
CONSUMO DE ENERGÍA, CASI A LA MITAD
Las tiendas eficientes de Mercadona ya reducen hasta un 40% el consumo de energía frente a una tienda convencional, y han llegado con novedades como puntos de recarga para vehículos eléctricos en los parking de las tiendas.
En 2019 Mercadona eliminó la bolsa de plástico de un solo uso en la línea de cajas y fue sustituida por dos bolsas reutilizables, reciclables y sostenibles: una bolsa de papel y una bolsa de plástico elaborada con plástico reciclado procedente del embalaje de las tiendas.
Mercadona forma parte del grupo de empresas fundadoras de la plataforma ‘Economía Circular en Acción’, que persigue el desarrollo de proyectos, productos, sistemas y estrategias que contribuyan a impulsar el modelo de Economía Circular en España, generando empleo e inversión.
Recientemente, Mercadona ha constituido junto a la Universidad Pompeu Fabra Barcelona School of Management (UPF) la ‘Cátedra Mercadona de Economía Circular’.
El objetivo es generar y compartir conocimiento entorno a la industria agroalimentaria y el sector de la distribución y su dimensión medioambiental.
La Cátedra, de tres años de duración, estará centrada en la búsqueda de soluciones para maximizar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental, y se perseguirá la identificación de los principales retos para mejorar la incorporación de material reciclado en determinadas familias de envases, así como su reciclabilidad al final de su vida útil.