José Antonio Jiménez, conocido como ‘Quillo’, párroco de San José Obrero, en el barrio toledano del Polígono, explica como ante esta nueva necesidad, surgió una respuesta nueva. «A través del Facebook de la parroquia, con un trípode que me dejó un amiga y el móvil empecé a dar las misas».
De las primeras 65 personas que empezaron a seguirlas, el pasado domingo llegaron a los 600 usuarios, y en cada sesión, además de relatar la palabra de Dios, se recuerdan cosas del barrio para que sus vecinos puedan colaborar. «El objetivo es llegar a los corazones de las casas», ha afirmado.
Para cuidar la belleza de la liturgia, este párroco mima detalles como la luz, los planos y el sonido, elemento clave este último «para que la palabra de Cristo» llegue, y además, saca algunos carteles a lo largo de la misa, para la que pide «puntualidad».
Son sencillas y breves, la diaria de 20 minutos y la del fin de semana, de 40 minutos. Los usuarios las comentan en directo o mandan sus mensajes por Whatsapp al mismo párroco, que contesta «todos los días», sobre todo si se trata de peticiones particulares.
SAN BIZUM Y DAR DE COMER
Entre las anécdotas en este formato, ‘Quillo’ y su parroquia han añadido a un nuevo santo, ‘San Bizum’, en referencia al modo en que los feligreses pueden hacer sus aportaciones a la colecta. «Me lo mandan al móvil, lo recopilo y va a la cesta solidaria de Cáritas. El objetivo de abril y mayo es dar de comer a todo el que lo necesita», ha explicado.
La confesión, la comunión o el rezo se mantienen en esta parroquia toledana, aunque con poca afluencia, entre unas 15 o 20 a lo largo del día, siempre respetando las medidas de seguridad, hasta que las iglesias puedan abrir.
De esta pandemia, ‘Quillo’ quiere extraer una lección: «O salimos más egoístas o salimos más buenos», y él se quiere decantar por que la ciudadanía optará por ofrecer mayores dosis de bondad a los que le rodean.
«COMO EN UN ESTUDIO DE TELEVISIÓN»
Por su parte, el cura de Villalgordo del Júcar (Albacete), José Alberto Garijo, ha relatado que, aunque en un principio no había pensado retransmitir las misas, «gracias» a su amigo Antonio, un «manitas» de las tecnologías, descubrió la aplicación ‘StreamYeard’, «muy sencilla, para que los más mayores puedan participar».
Mediante grupos de Whatsapp Antonio y su otro amigo, Ángel, se encargan de organizar la participación de la gente la cual «entra como en un estudio de televisión virtual», algo que está gustando «mucho», una experiencia «muy buena» que está «uniendo» a los vecinos.
Entre risas, José Alberto cuenta que «hay veces que la gente se olvida del directo» y en ocasiones empiezan a hablar en voz alta «o incluso a pedir vasos de agua o cualquier cosa, como si nadie les escuchara».
Ha valorado que ahora hay «incluso más participación que en las misas ordinarias» habiendo espectadores «de fuera del pueblo», y es que con esta celebración se consigue «llenar el vacío» que en muchas ocasiones se siente por esta situación.
Por el momento, se han cancelado las recogidas de bandeja, pero todas las iniciativas que se han realizado para recaudar dinero «se están canalizando para ayudar en la epidemia», por lo que lo envían a aquellas zonas donde «más se necesitan», estando siempre en contacto con Cáritas.
EMOTICONOS Y «SIN CORTAPISAS»
Jesús de Heras, deán de la catedral de Sigüenza (Guadalajara), está utilizando su página personal de Facebook para la retransmisión de la misa que cada día oficia desde su móvil desde la iglesia de San Pedro, situada dentro de la catedral.
Según De las Heras, «no hay cortapisas ni para comentarios ni para emoticonos pero lo importante es el servicio, casero de los pies a la cabeza», pero que ha alcanzado los 5.000 seguidores. Le piden solicitud de amistad pero no puede admitir a más gente, al ser una página personal.
«Todo ha pillado por sorpresa», afirma, pero en su misa no falta «su pequeño telediario», que consiste en mencionar en sus oraciones a las peticiones que le formulan o las alusiones a acontecimientos «reseñables por buen comportamiento ciudadano» en el municipio.
«Hace varios días empezamos la misa cantando los salmos que no eran pero no hay ningún problema, ni se corta ni nada. Nos hemos equivocado y eso tiene el vivo y el directo», ha apuntado en tono jocoso el sacerdote.
Su experiencia, también contempla el envío de audios con responsos de difuntos vía WhatsApp o de felicitaciones o saludos, así como llamadas de estímulo y ánimo. Lo que no hay por el momento son colectas, salvo hipotéticos ingresos vía bancaria, puntualiza.
QUE SIGAN LAS MISAS ONLINE
El sacerdote Jesús García, párroco en Calzada de Calatrava (Ciudad Real) ha confesado que no sabía nada de redes sociales hasta que grabó la primera misa solo, tras establecerse el confinamiento. «No pude mandarla a nadie porque el archivo pesaba mucho».
Desde que se decretó el confinamiento su misa la siguen unos trescientos feligreses por la página de Facebook creada por el consejo del delegado de medios del Obispado. «Ha tenido una acogida impresionante». Algo que explica en la gran cantidad de calzadeños que no residen en el pueblo y que «ven la misa de su pueblo».
Entre las anécdotas, destaca que una feligresa le preguntó si podía ver a los asistentes «porque parecía que les respondía». Estas vivencias, ha confesado, le han hecho reflexionar sobre que las tecnologías al final no son tan frías como parecen.
Ha recogido la petición de que las misas virtuales sigan aunque se vuelva a la iglesia. «Las redes me han dado esta oportunidad y esto viendo cómo mejorar las retransmisiones».
Esta celebración online un «poco diferente» incluye la comunión espiritual y el final de la misma ahora está dedicado a dar «ánimos y fuerza a la gente» ante la situación que se está viviendo, con alusiones a la importancia del confinamiento como «una oportunidad de recargar pilas».
UN SEPELIO E INTERNET
En Cuenca, el párroco de la Iglesia de San Julián, en el barrio de la Fuente del Oro, Ramón Page, ha explicado que, en estos días, la misa tradicional y la que ofrece a través de Internet «es exactamente igual», pero en vez de mirar a los bancos, a la gente, tiene que mirar a la cámara situada en medio del pasillo central de la parroquia.
En apoyo al sector sanitario, ha explicado Page, este sábado 2 de mayo se va a hacer una misa dedicada a todos los vecinos del barrio que trabajan en el hospital Virgen de la Luz de la capital. «Quiero que sea una misa en la que todos nos sentamos muy unidos».
Sobre anécdotas, Don Ramón recuerda como esto días atrás le llamaron para acudir al cementerio a oficiar el entierro de un vecino del barrio. Después de acabar el sepelio, la viuda le dijo que el párroco había estado presente en el momento de su muerte, ya que falleció mientras estaban escuchando la misa por Internet. «Esta es una cosa que nunca me había pasado».
Respecto a la confesión, no se puede hacer online. «Es como jugar al fútbol por Internet, que al final no estás jugando al futbol, aunque sea un partido de verdad: esto es algo parecido. Yo personalmente prefiero escuchar, la gente necesita ser escuchada estos días».
Por último, sobre la colecta, como ahora no se está pasando el cestillo, en el número de cuenta de la parroquia, esta semana ha visto como ha habido varios ingresos de donativos desde su casa, ha explicado este párroco, incidiendo en que todo aquel que quiera realizar una aportación debe ponerse en contacto con Cáritas.