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viernes, 20 diciembre
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La Hora Roja

Así se llama la nueva exposición de Andrés Ruiz Paraíso que fiel a su inagotable búsqueda de nuevos retos sorprende y deleita con esta colección que va de lo grande a lo pequeño y de la carne a la idea. La muestra se inaugura este 24 de abril en el Museo López Torres de Tomelloso

Cristina Gargiulo: ¿Por qué elegiste la Hora Roja cómo título?

Andrés Ruiz Paraíso: En principio iba a llamarse DARSE, como el cuadro que abre la muestra. Es una obra donde exploré el duelo por la muerte de uno de mis seres queridos. El dolor inevitable que uno siente sobre el cual no se hace otra cosa más que caminar en círculos. Pero a la vez existe también la presencia de una salida o varias, que en mi cuadro son luces. DARSE viene de darse cuenta de que las salidas están en nuestras narices. Intentando explicar esas emociones con palabras fue que encontré la expresión de la Hora Roja de un poeta francés que vive en la Martinica y trabaja por sobre todo en la negritud. En su obra de teatro la Hora Roja es ese momento en el que defines algo de tu vida que va a tener trascendencia, eso expresaba de un modo más completo mi proceso de búsqueda en el cuadro. Cuando uno se pone a pintar no importa la idea que tengas en la cabeza, al final es el cuadro el que manda, uno tiene una idea que está contenida en una imagen, en una persona, y la figura concreta desaparece o mejor dicho es reemplazada por otro idioma estético y la imagen pesa más que la idea.

C.G.: ¿Cuándo empezaste a pintar?

A.R.P.: Empecé como a los doce o trece años y fue por casualidad en un trabajo manual de la escuela que se pintaba óleo sobre cristal. Una vez que se terminó el trabajo nadie sabía qué hacer con el óleo que había quedado y entonces yo dije ¨me lo dais que yo quiero seguir utilizando¨. Antes de cumplir los dieciocho conocí en el taller de Marcelo Grande a una amiga que fue la que vio algo distinto en mi obra y a través de ella hice mi primera exposición aquí, en el Café de la Glorieta, en la sala de arriba que en aquellos tiempos era una sala de exposiciones. Toda la obra eran trabajos desechables, maderas pintadas con yeso y cosas así. Luego de la exposición empecé a ir a la Escuela de Arte en nocturno.

La Hora Roja
Cristina Gargiulo y Andrés Ruiz Paraíso durante la entrevista en ‘El Café de la Glorieta’

C.G.: ¿Cómo te defines como artista?

A.R.P.: No lo sé, alguna gente me llama conceptual pero la palabra conceptual ni siquiera existe. Tampoco soy abstracto porque ninguno de mis trabajos nace de la abstracción. Yo soy ¨matérico¨, me gusta la materia,  incluso en los dibujos de desnudos hay trozos que los he aislado para introducir materia. En esta exposición hay varios trabajos hechos con papel, es un papel especial japonés que se pliega húmedo, lo cual me hizo desarrollar también el arte de la paciencia. He elegido papel precisamente por el tipo de materia en cual se potencia esa sensación de que todo son casualidades, lo mismo que pasa por ejemplo con la acuarela, pero tú sabes que para buscar esa casualidad hay que trabajar mucho, es como una interpretación en una obra de teatro, para meter dos o tres líneas hay que saber mucho del texto y en pintura pienso que es eso.

C.G.: De esa serie me gusta mucho un cuadro que se llama YA NO MIRAN y representa una ventana cerrada. Mi pregunta es ¿Vive alguien detrás de esos visillos?

A.R.P.: Si claro, viven los vecinos cotillas, esos que en mi juventud me hacían desear irme del pueblo. Los que me criticaban por cómo me vestía o como me peinaba, pero llegó un momento en que ellos desaparecieron y el hueco que dejaron pasó a ser la indiferencia. Entonces empecé a echar de menos a esa gente que preocupaba aunque sea maliciosamente por ti.

Torre de Gazate Airén

C.G.: Dentro de la muestra presentas la serie de dibujos de desnudos llamada PAISAJES DE LA PIEL. Sorprenden por lo bellos y equilibrados, pero además porque es la primera vez que veo dibujos de personas en una de tus muestras.

A.R.P.: Es la primera vez que tu las ves (ríe) pero siempre están allí, como ya he dicho DARSE comenzó con el dibujo de una persona que ahora se ha perdido. Paisajes de la piel, son diecisiete desnudos que he hecho durante todo un año en el taller de Caroline Colubret, con posado de modelo en vivo. Los dibujaba con lapicero y luego en casa lo sustituía por el acrílico. Encontré un lenguaje diferente. Son días en que el arte depende mucho de las fotos y de la belleza ornamental, pero a mí me interesa más la creatividad que la artesanía. Prefiero un modelo en vivo a una foto del pinterest. El pintar bien y el pintar para ¨que se parezca¨ es cuestión de tiempo, es dale que te pego a dibujar y dibujar, pintar y pintar. Lo difícil es salirse de esa mecánica. He estado un año haciendo dibujo con modelos en vivo porque llevaba desde los dieciocho años que no lo hacía, tuve que coger las proporciones y el sombreado, para luego desde ahí hacer lo que he hecho, que a lo mejor no es nada nuevo, pero sí que me identifico mejor con eso que con lo otro académico. No podría perderme en la textura de una piel, mi ilusión no es hacer un cuadro de fulanito de tal, mi ilusión es hacer un cuadro que me identifique a mí, para mí la pintura son los cuartos que no le pago al psicólogo.

La Hora Roja
DARSE

C.G.: Claro, te entiendo, y te digo que no sólo tú te ahorras los cuartos. En obras tan de ´hemisferio izquierdo¨ como la tuya el espectador también se conmueve y mezcla sus tensiones con los del artista, esas que se aflojan, en fin la catarsis. Ahora cuéntame un poco más sobre la serie sobre los inmigrantes. Al contrario de los desnudos, la inmigración y en especial el cruce en pateras viene siendo un tema recurrente de tu obra. ¿Por qué?

A.R.P.: El efecto llamada y todas esas cosas que dicen me cuestiona mucho. En RECONVERSIÓN he pintado unos faros que se han convertido en una muralla. El concepto de llamada que tiene un faro ahora lo trasforman en una barrera. En TOTEM, en principio la imagen parece una figura sagrada pero es en realidad un cayuco en vertical y al fondo se ve una ciudad que no está definida pero de la cual se ven antenas repetidoras. En ambos caso está el tema de la inmigración y de cómo los llamamos con falsas señales y luego les negamos el paso. Un tótem es algo sagrado, algo que me hace feliz que me va a llevar a esa felicidad. Queremos venderles toda la mierda enviándoles la publicidad de un estilo de vida donde todo lo que se vende es necesario y entonces cuando ellos ven que nuestros animales comen de sacos y de latas pensarán ¿Qué comerán los pobres? Así se embarcan en una quimera que demasiadas veces sale mal.

La Hora Roja
TOTEM

TRANSFORMERS también trata sobre eso pero de un modo más genérico, si tú pones una especie de muralla muy alta cuando tu saltas, nada más ese espíritu que tú tienes de aventura de cruzar, de llegar, de conseguir lo deseado te transforma y dejas atrás lo negro. ¿Cómo puedes explicar eso? No conseguir, sino el desear. El problema siempre lo tiene el inmigrante nunca el estado del que emigran y nosotros al comernos sus melones tan baratos o al presumir que llevas un traje de 10 euros fabricado por un trabajador esclavo tampoco nos importa. El foco de la inmigración es la punta visible de todos los males, nos rasgamos las vestiduras por el muro que quiere levantar Trump entre México y los Estados Unidos se nos olvida de que en este momento hay 53 murallas en el mundo. Estamos aquí en España que están prometiendo que van a hacer una muralla y hay quienes aplauden encantados.

La Hora Roja
TRANSFORMERS

C.G.: Antes de despedirnos cuéntame algo sobre TREMOLANTE, una obra muy importante de la muestra.

A.R.P.: TREMOLANTE es un cuadro que ha sido seleccionado para la colección privada del museo Infanta Elena de la Cooperativa Virgen de las Viñas. Es un cuadro de 2x2m que representa un puente de cuerdas y por la perspectiva da la sensación de que estás dentro sintiendo la pérdida del equilibrio.

La Hora Roja
TREMOLANTE

C.G.: Por último, esta es una exposición que se sale de lo común en muchas cosas. ¿Qué otras actividades están integradas a La Hora Roja?

Bogas Bus

A.R.P.: El día 4 de Mayo va a haber una lectura dramatizada de textos de Francisco García Pavón (con mi grupo de teatro) con música en directo, y los sábados 11 y 18 de Mayo, estaré en el museo a partir de las 18:30 para explicar la exposición y el contexto entero.

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