A mi parecer, Mariano Rajoy no tiene muy buena agilidad mental a la hora de contestar preguntas o hacer declaraciones. Suele meter la pata, sí, parece incluso que hasta le gusta. Supongo que, sin quererlo, se mete en unos berenjenales que luego dan para memes y chistes de todo tipo durante bastante tiempo. Imposible olvidar sus meteduras de pata y la última que ha tenido también será recordada. Carlos Alsina le entrevistó en Onda Cero y, como siempre, el periodista le saca jugo al entrevistado; esta vez la carnaza ha venido sobre la igualdad salarial. Alsina le preguntó si haría algo para equiparar esta brecha salarial que sufrimos en España y él, sin inmutarse, respondió que no se iba a meter en ese asunto, dando a entender que no era de su cometido. “Ojipláticos” nos quedamos todos, sobre todo las mujeres, al escuchar esta respuesta porque, sino es cometido de Mariano Rajoy, del Presidente del Gobierno de España, entonces, ¿de quién es?
Desde el día de la entrevista no dejo de preguntarme que hemos hecho los españoles para merecer esto: corrupción y políticos egocéntricos que miran por y para su bien y no para el bien de quienes les votaron y gobiernan. Hemos sufrido una crisis económica brutal y, mientras ellos nos pedían un esfuerzo y que nos abrochásemos los cinturones, ellos mismos nos robaban a destajo, los de aquí y los de allá: los de Valencia, los de Madrid, los de Cataluña, los de Andalucía… Millones y millones por ahí perdidos mientras los españoles pagábamos por el despilfarro y el ladroneo de otros. Sinceramente, me decepciona la respuesta de Mariano Rajoy. Hubiera sido tan fácil como decir que sí, que lo va a intentar, que presentará un proyecto de ley –como ha ocurrido en Islandia, que ya ha legislado esta igualdad- para que hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo cobren lo mismo. Porque es lo lógico. Porque somos muchas las mujeres que no cobramos lo mismo realizando el mismo trabajo que otros hombres -incluso realizando mayor trabajo, también cobramos menos-. Porque son muchas las mujeres que han trabajado toda la vida en su casa, limpiando, educando, criando y manteniendo un hogar y jamás se les ha reconocido. Son muchas las mujeres que todavía, a día de hoy, se ven en la calle porque se quedan embarazadas o no se las contrata por si acaso. Es más, esas mujeres que se arriesgan a tener hijos, en la mayoría de ocasiones no pueden ascender en su carrera profesional por culpa de esos hombres que no asumen la misma parte de crianza de los hijos que ellas. ¿Cuántas amas de casa se ven sin nada y con la necesidad de trabajar cuando se separan? Teniendo en cuenta que no tienen experiencia porque han dedicado su vida al marido y a los hijos, difícilmente van a encontrar un trabajo que no sea de eso, de fregona. ¿Cuántas mujeres hay que han trabajado duro toda la vida pero que, llegada la hora de descansar, no ven un duro por su jubilación porque nadie, nunca las ha reconocido?
El Gobierno de España, sea de Mariano, de Pablo, de Albert o de Pedro, -todos hombres, por cierto-, tiene que preocuparse y ocuparse de este asunto urgentemente. Soy mujer y sufro y he sufrido en muchas ocasiones estas y otras desventajas con respecto a compañeros de trabajo. ¿Que no es asunto suyo ni del Gobierno? Ojalá algún día se haga justicia ante tanta injusticia y se acabe con este machismo pestilente que, a día de hoy, sigue vigente y tan a flor de piel en nuestra sociedad. Por cierto, ayer Mariano Rajoy se arrepintió de su respuesta, -un poco tarde-, y sí hará algo al respecto, dijo. ¡Con los votos hemos topado!