El secretario regional de Podemos, José García Molina, ha considerado que es «cuestionable o paradójico» pensar que se puede «resucitar» el acuerdo entre Podemos y PSOE en Castilla-La Mancha.
En declaraciones a los medios antes de participar en la asamblea informativa ‘¡Vamos, Fraternidad Popular!’ en Albacete, García Molina ha insistido en que, antes de plantearse en recuperar el acuerdo, lo primero que quiere es que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, «haga su análisis de qué nos ha traído aquí».
Pensar que el acuerdo se puede resucitar, ha manifestado a los medios García Molina, «es, como mínimo, cuestionable o paradójico» porque «cuando una cosa se ha muerto, se ha muerto». Otra cuestión, ha añadido, «es que hagamos el análisis de por qué hemos llegado a este punto y a partir de ahí se abran posibilidades».
El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha ha insistido en que esta formación ha hecho sus «deberes», y que ha puesto los documentos sobre la mesa y ha enumerado los incumplimientos.
Ahora, García Molina quiere «saber» qué dice el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que «hasta ahora no se ha pronunciado» y, una vez haga su análisis, se podrá ver «si hay pasos adelante o no», porque es «una irresponsabilidad» hablar de qué va a pasar sin haber entendido «qué nos ha pasado previamente».
A preguntas sobre la influencia de la situación nacional en la recuperación del posible acuerdo, José García Molina ha comentado que los acuerdos «se han revisado», recordando que, durante unos meses, las comisiones de seguimiento funcionaron relativamente bien.
Sin embargo, ha señalado que «a partir de Navidades dejaron de funcionar y eso tiene que ver con la buena voluntad porque la clave es entender que los acuerdos están para cumplirse y, cuando no se cumplen, quedan rotos, se convierten en papel mojado».
Para el secretario regional de Podemos, «que el PSOE permita que el PP gobierne por rendición, va a ser un problema para Castilla-La Mancha, para todas las regiones» porque ha dicho que se van a aplicar políticas «que no convienen a un intento de recuperación».
Si se permite al PP que gobierne llegará «una avalancha de ajustes, recortes» y la financiación autonómica se verá «más comprometida», con lo que, ha afirmado García Molina, «no es un problema para la relación de los partidos, es un problema para la política social y para la gente».