Comienza su andadura el proyecto Tomelloso Cultural, una plataforma de promoción y apoyo a la cultura de nuestra ciudad. No es la primera iniciativa de éste tipo, ni será la última, pero si somos capaces de aunar esfuerzos la cosa promete. La iniciativa ha partido de la asociación Acento Cultural, y el periódico digital enTomelloso.com, teniendo como espoleta al escritor y artista Dionisio Cañas. Mi implicación en el proyecto es obvia, ya que soy colaborador de las dos primeras y amigo del tercero.
Para entender la importancia del proyecto Tomelloso Cultural hay que hacer un análisis objetivo de la situación de la cultura en Tomelloso. Nuestra ciudad cuenta con el índice más alto de creadores, de todo tipo de disciplinas, de toda España, y me atrevería a decir que del mundo. Las raíces de éste fenómeno estarían en aquellos pioneros que trabajaban de sol a sol en la soledad del campo, en un entorno hostil, eso creó una cultura del esfuerzo individual que enlaza con el espíritu individualista e inquieto de los artistas. Pero también está el fenómeno del efecto dominó. Nuestro individualismo nos ha llevado a la competitividad, en el sentido de pensar que si el vecino hace esto, yo lo haré mejor que él.
No debemos rasgarnos las vestiduras por ésta autocrítica, y dejar de ser autocomplacientes, pues no nos sirve de mucho excepto para seguir en el pozo cultural en el que nos encontramos. Voy a intentar analizar los problemas con los que nos encontramos, y como esto es una opinión particular, posiblemente muchos de vosotros no estéis de acuerdo conmigo. Debemos ser realistas y no creernos las cifras que dicen que el 70 % de los tomelloseros leen de forma habitual, ya que una ciudad de casi 40.000 habitantes con ése índice de lectores debería de tener varias librerías, y varias bibliotecas, sin embargo en éste momento no existe ninguna librería, y los pocos libros que se pueden comprar están en pequeños apartados de algunas papelerías. Por otro lado nuestra biblioteca municipal no dispone de la suficiente oferta para una población de nuestras características. Debemos recordar que tuvimos otra biblioteca que pertenecía a la obra social de una entidad financiera, la cual cerró y no sabemos que habrá sido de ésos fondos (al menos yo no lo sé). No obstante eso no es óbice para que en Tomelloso, haya habido y siga habiendo, grandes generaciones de literatos.
Nuestro potencial en las artes plásticas bate todos los records que se nos puedan plantear, y eso en sí mismo podría ser un patrimonio exportable, un recurso natural del que obtener beneficios para toda la población. El caso es que tenemos dos museos infrautilizados, uno público, y otro semiprivado, ya que el maravilloso museo de la Cooperativa Virgen de las Viñas contó para su puesta en marcha con ayuda pública, y además no debemos olvidar que el museo pertenece a todos los socios de la cooperativa, cuyo número es muy importante.
Tenemos también un patrimonio etnográfico-cultural único del que podemos disfrutar en el Museo del Carro, donde podemos hacernos una idea de lo que eran esas edificaciones en Piedra Seca, únicas en el mundo como son Los Bombos, de los que van quedando pocos, aunque su número aún es alto. La nota negativa se la llevan las bodegas-cueva, de las que llegó a haber en Tomelloso más de mil, y a las que la burbuja inmobiliaria ha dejado al borde de la extinción. Otro patrimonio que sí se ha podido salvar han sido las chimeneas de las antiguas destilerías, las cuales con sus estilizadas siluetas anunciaban a los viajeros desde los cuatro puntos cardinales, que estaban acercándose a nuestra población.
No debemos olvidarnos de otras disciplinas como la música y el teatro, disciplinas que por ser de trabajo colectivo resultan más dificultosas para nuestro carácter individualista, y sin embargo hay numerosos grupos de ambas. En teatro tenemos alrededor de 14 grupos, que a una media de 10 personas por grupo nos darían 140 aficionados, sin embargo en las muestras locales de teatro a veces el número de espectadores no llega a la mitad de esa cifra.
Nuestro espíritu emprendedor se manifiesta en el curioso dato de que una gran mayoría de actividades culturales nacen de la iniciativa privada, como el caso de los habituales conciertos internacionales de la sala Beat, a la que se le ha unido la sala Combo, además de los clásicos actos y conciertos del Cafetín, o los conciertos de promoción de grupos nóveles del Mirador. Contamos así mismo con dos grandes bandas de música y una Orquesta Sinfónica de promoción privada como es la Orquesta Verum.
El panorama pues, es a priori alentador, pero sin embargo no tiene repercusión fuera de aquí, e incluso muy poca dentro de nuestro pueblo. Quizá la gran oferta haga que los actos se diluyan en la indiferencia colectiva. He enumerado algunos de los problemas, pero son muchos más. Las soluciones, cada uno tenemos las nuestras, principalmente se trataría de crear espacios de creación y difusión colectivos, donde la interdisciplinaridad genere un movimiento más dinámico, donde se pueda dar difusión y estímulo a toda aquella persona con un mínimo de inquietudes culturales. Pero sobre todo se trata de vender esa particularidad de Tomelloso a todo el mundo, y junto al vino y la gastronomía, tendríamos tres pilares básicos para el progreso de nuestra peculiar Atenas de la Mancha.