El auditorio del Museo López Torres acogió la presentación del libro “Prosa 1950-1982”, del escritor de Tomelloso Juan Torres Grueso. Se trata de la recopilación en un volumen de los dos libros de prosa que el autor publicó a finales de la década de los sesenta y que permanecían agotados desde hacía tiempo: “Meditaciones en Ruidera” y “Estampas de mi tiempo”. A ello se ha unido un breve libro inédito que dejó escrito, titulado “Cartas a una mujer” y una selección de artículos periodísticos, (género al que se dedicó muy asiduamente), la mayoría publicados en la década de los cincuenta y por ello prácticamente desconocidos para el lector actual.
El libro, magníficamente editado por Posada de los Portales, sello del Ayuntamiento de Tomelloso, con la dirección y coordinación de Rocío Torres, cuenta con prólogos e introducciones del alcalde de Tomelloso, Carlos Cotillas; la concejala de cultura, María Dolores Coronado; Juan Van-Halen, Araceli Olmedo, Ignacio García-Noblejas y Javier Busto. Está ilustrado por Santiago López Palacios, Roberto Carretero, Paz Algora, Clara López Cantos, Antonio López Torres, José Mexicano Otegui y Encarna Morales. El volumen ha sido editado con el patrocinio de Globalcaja.
Un acto emotivo, presentado por Mercedes González, al que asistieron los colaboradores en la edición. Actuó la coral del Conservatorio de Tomelloso, se leyeron textos por parte de la nieta de Juan Torres, Cecilia Ortiz y por Tomás Casero.
La concejala de Cultura, María Dolores Coronado señaló que el Ayuntamiento de Tomelloso pretende que “Prosa 1950-1982” sirva como nexo de unión con el volumen de poesía de Torres Grueso editado en 2003. Coronado destacó el apoyo incondicional de la familia del escritor. La concejala quiso agradecer la colaboración de todos los que han hecho posible que este libro vea la luz.
Preguntamos a Juan Van-Halen, prologuista y poeta, sobre la prosa de un poeta, asegurándonos que generalmente quienes se dedican al verso suelen ser buenos prosistas, algo que no ocurre tanto en sentido contrario. Para Van-Halen, Juan Torres Grueso era sobre todo una persona entrañable, lo conoció en la década de 1960 y tuvo trato con él. Asegura que Torres era lo que ahora se llamaría “animador socio-cultural” , una persona “que allá donde estaba movilizaba las actividades culturales». Recuerda Van-Halen las actividades que Juan Torres desarrolló en Ruidera y en Tomelloso. Además, fue un hombre consecuente consigo mismo, aseguraba Juan Van-Halen, que salió del Ayuntamiento de Tomelloso “por un acto de consecuencia que cuento en el prólogo” y que no es muy conocido, aseveró. Acabó señalando que a Juan Torres Grueso “Tomelloso le debe mucho” y que la ciudad ha pagado esa deuda con generosidad, mediante la edición de libros y acciones en pro de su memoria.