¡Pues vámonos al Mercadona
supermercado de confianza
que además está fresco!
Por partes, a simple vista, sin comeros muchos la cabeza…
¿Podéis sacar alguna conclusión de estas dos compras?
Seguramente sí, aunque ya depende de lo retorcidas que sean vuestras mentes perversas y del individuo que porte ambas compras, no es lo mismo que la Compra B la realice una chica de 29 años que una señora de 65, porque posiblemente el rol cambie de madre a abuela veraniega ocupada en cuidar de los nietos.
O que la Compra A la realice un chico joven de unos 20 años o un señor de unos 40, porque posiblemente el chico joven está solo en casa porque sus padres están disfrutando de un crucero por el Mediterráneo mientras el vive de lo que el supermercado cocina por él, mientras que el señor posiblemente está solo en casa porque ha mandado a su señora a casa de su madre con los niños y es feliz comiendo basura que le prohibe el médico, por poner un ejemplo.
Pues bien esto es mi juego de detectives cuando voy al supermercado, me dedico a inspeccionar la compra del individuo de delante y a inventarle una vida que con total seguridad no tenga nada que ver con su vida real, pero a mi me entretiene, imaginadme una semana de cajera… No dejaría títere con cabeza.
Pues bien ayer se lo contaba a mi Sr. Patata como algo normal de mi día a día sí es una cosa que al menos hago una vez a la semana y que me entretiene en las interminables colas del súper de al lado de mi casa… Total, que dice que estoy loca, que no es normal esta afición y ahora viene mi duda…
¿Soy la única que hace estas cosas?
¡Mentira! ¡Eso es mentira!
Fijo que algunos degenerados más también lo hacéis, o al menos a mi me consuela pensar que no soy la única que juega a detectives con las cestas ajenas.
Buen miércoles a todos 🙂
Pd.- Seguro que habéis adivinado que este es el post chorra de la semana ^^
