Castilla-La Mancha es el mayor viñedo del mundo. Su extensión, la producción de sus vides, la elaboración de la uva, y el enorme esfuerzo de los viticultores han conseguido que seamos una región puntera en el sector. Pero nosotros, no nos conformamos con eso: queremos más. Queremos ser el gran viñedo del mundo. Grande en producción, en comercialización, en calidad, en tradición, en innovación… De ahí, el lema escogido para esta I Cumbre Internacional del Vino, que se celebrará desde hoy hasta el 26 de octubre, que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido promover para dar el impulso definitivo que el sector vitivinícola necesita: Castilla-La Mancha, el gran viñedo del mundo.
Esta región lleva años demostrando dentro y fuera de España que la calidad de nuestros caldos se encuentra a la altura de los mejores. Además, las 436.000 hectáreas y las 90.000 explotaciones vitícolas de Castilla-La Mancha, que representan el 5,7 por ciento del viñedo mundial y el 45,5 por ciento del español, nos avalan. Por ello, a través de la plataforma que va a suponer esta Cumbre, nuestra región se reivindica como la primera potencia mundial en esta materia.
Desde el Gobierno regional tenemos el convencimiento de que esta iniciativa, no solo representa una de las mejores formas de apoyar a un sector de primer nivel, sino que también nos da la oportunidad de situarlo en el lugar que se merece y brindarle, de una vez por todas, el respaldo institucional tan justamente reclamado durante años.
Además, la buena salud de nuestro sector vitivinícola supone una gran oportunidad para favorecer al amplio tejido económico que se genera en torno al vino, ya que su impulso conlleva el fomento del turismo y el de nuestra gastronomía y, con ello, el crecimiento y la generación de empleo.
Pocos alimentos como el vino han generado una cultura tan maravillosa como la que emana de su consumo y del cultivo de la vid que aglutina en torno a sí disciplinas tan aparentemente alejadas como la gastronomía, la literatura, la química, la estética y la economía. Éstas y muchas otras, junto al lenguaje propio de la enología, componen todo un mundo complejo y apasionante, indispensable en nuestra dieta, pilar de nuestra cultura mediterránea y seña de identidad de Castilla-La Mancha.
En nuestra región sabemos de vinos; sabemos hacerlos y tenemos mucho que ofrecer en este ámbito pero, para alcanzar el éxito, el primer paso es ser conscientes de ello y valorar nuestro enorme potencial. O lo que es lo mismo, presumir con orgullo de que el vino entronca con nuestras tradiciones más antiguas y genuinas y constituye uno de los elementos sobre los que se asienta nuestra historia, nuestro presente y sobre el que podemos construir un futuro más próspero.
Y todo esto es lo que vamos a mantener y potenciar en los próximos días y en los años venideros con esta I Cumbre Internacional del Vino. Un magnífico escaparate para nuestros excelentes caldos que incluirá actividades tan importantes como la Conferencia Internacional del Vino, el concurso ‘Tempranillos al Mundo’ o la ‘Noche en Vino’, que pretenden llegar a un amplio abanico de público que va, desde los grandes expertos, hasta los no iniciados que quieran aprender un poco más sobre este apasionante mundo.
Entre ellos, de manera muy especial, hemos querido tener en cuenta a los jóvenes, ya que son la garantía de continuidad de una cultura que combina el consumo responsable con el mantenimiento de la tradición, una cultura que este evento va a consolidar a escala internacional.
Por ello, me gustaría invitar a todos los castellano-manchegos a implicarse en esta Cumbre, que, además de su carácter pedagógico, supone una oportunidad para reunirse en familia o con amigos en torno a una copa de buen vino. Así mismo, animo a todos aquellos amantes del sector vitivinícola de dentro y fuera de España a que se unan a nosotros; que participen en los diferentes eventos que tendrán lugar en estos días y saboreen la esencia de nuestra querida región.
Esta tierra respira a través de las miles de vides que alfombran nuestros campos. Es una región que huele y sabe a vendimia, a fruta madura, de la que extraemos nuestros inigualables vinos. Nuestra tradición vitivinícola también ha cincelado la forma de ser de los castellano-manchegos: el amor por lo bien hecho, el respeto a nuestro entorno, el empeño en el trabajo y la voluntad de sacar adelante nuestros proyectos pese a las adversidades.
Castilla-La Mancha es vino y el vino es Castilla-La Mancha y estoy segura de que con esta Cumbre vamos a cosechar el éxito que necesitamos para convertir a esta comunidad autónoma en el referente mundial del vino que siempre debió ser.
María Dolores Cospedal
Presidenta de Castilla-La Mancha