Yo tuve el ombligo frío
La corriente de Teruel, por F. Navarro
Es extraño (y a veces conmovedor), como en los ambientes rurales nos creemos a pies juntillas el funcionamiento de determinados conjuros. Personas cultivadas y con carreras de ciencias puras llaman por teléfono o ponen un mensaje por Whatsapp, solicitando un sortilegio contra el mal de ojo; la celebrada oración
Opinión
El golf, un deporte de caballeros, por F. Navarro
El golf es un entretenimiento de caballeros que se empezó a jugar en Escocia en el siglo XV. El objetivo del juego es introducir una bola en los agujeros que hay distribuidos estratégicamente por el campo. Para ello hay que golpear la esfera con una serie de palos en forma de garrota, eligiendo el que más conviene y dándole a la pelota con la vuelta de la garrota, como si dijésemos. A los practicantes se les llama golfistas y no golfos, pese a lo que se pueda creer.
Opinión
La puerta verde (esperanza), por F. Navarro
Estamos en la sala de espera de un quirófano a primera hora de la mañana. La pieza es estrecha, vieja y sucia; pintada de amarillo, no es rectangular ya que el excusado está levantado en un vértice del paralepípedo. La habitación huele a enfermedad y amoniaco.
Opinión
Treinta y dos años, nada menos, del Café de la Glorieta, por F. Navarro
El Café de la Glorieta cumplió ya los treinta y dos años. Tiene el zócalo de arpillera. La arpillera es estopa tejida. La estopa es la parte basta del lino, lo que queda en el peine al cardarla
Opinión
Permutaciones para una vida mejor, por F. Navarro
Previniendo revueltas en todas las ciudades, la Corporación programó un método con el que todo el mundo tuviese trabajo, dinero y comodidades, al menos unas cuantas veces a lo largo de la vida
Opinión
El cambio y los derechos asertivos, por F. Navarro
El verdadero cambio —creo modestamente— llegó cuando desaparecieron de las calles los perros callejeros, anuentes, con el rabo cortado y las orejas gachas.
Opinión
El maldito abanico, por F. Navarro
La noche prometía. Luna llena, temperatura perfecta y, extrañamente, con tiempo de sobra. La trasnochada parecía el día del nacimiento de Abenamar, moro de la morería, grandes señales presagiaban una velada de disfrute y alimento espiritual
Opinión
El ego, que no cesa – por F. Navarro
No sé a ti, inexorable lector, pero a uno, seguramente se deba a la provecta edad que va alcanzando, cada vez le agotan más determinadas actitudes, especialmente la presunción vana y, quizás más, la condescendencia. Ambas macas suelen casi siempre darse, a la vez, en las mismas personas
Opinión
Los abanicos son para el verano, por F. Navarro
Hay gentes con habilidades extrañas. Doña Pepita me viene a la memoria en estos tórridos días de entrada del verano, tiene una especial maña en mover el abano
Opinión
Don Saturnino el inventor y la disculpa del Rey, por F. Navarro
Don Saturnino Alcolea es inventor y sofista. El obrador de don Saturnino Alcolea es lóbrego y húmedo. Don Saturnino Alcolea es de la cercana villa de Socuéllamos. El obrador de don Saturnino Alcolea es bajo de techo; lo tiene en la cochera de una reciente casa unifamiliar, adosada y con una placa en la puerta que señala que está construida bajo la protección y el amparo del estado
Opinión
La naranja no es fruta de verano, por F. Navarro
Pese a lo que se diga, la naranja es una fruta de invierno. El verano es una época catártica de fuego y purificación pero sin toronjas. La única alegría en la casa del pobre durante el frío septentrión es la voluptuosidad de la fruta; ese olor a frondosidad, sol y levante augura —para el que llegue—lo que espera en el estío
Opinión
El señor Benigno, el del peluquín, por F. Navarro
Al señor Benigno le dicen en el barrio “Peluquín” y le gusta dormir la siesta en una hamaca de playa. En verano sin camisa y en invierno tapado con una manta de pachtword regalo de su abuela; cuadrados unidos, hechos a ganchillo, con el fondo azul y escasas variaciones en el color de las líneas paralelas a la base o a la altura: amarillo, blanco y verde. De vez en cuando lila
Opinión
Don Lucio el pintor, por F. Navarro
Don Lucio era artista; pintor por más señas. Ejercía de ello en una ciudad en la que le das una patada a una piedra...
Opinión
Las tres (o cuatro) gracias, por F.Navarro
No recuerdo su nombre. O tal vez no lo quiero decir y me guardo el secreto: una de las ventajas del contador historias. Es menuda, tirando a pequeña, va siempre con mandil, (el mismo), lleva el pelo sembrado de pinzas metálicas y cubierto con una tupida red; tiene el síndrome de Diógenes, el de Tourette y un hermano gilipollas
Opinión
Es peligroso tener la conciencia tranquila, por F. Navarro
A veces es peligroso tener la conciencia tranquila. La preocupación y la culpa nos mantienen despiertos, o al menos en duermevela y evita que a uno le roben la parva o le quiten la ropa
Opinión
Las campanas de Tirteafuera, por F. Navarro
Tirteafuera es una aldea de la provincia de Ciudad Real, pedanía de Almodóvar del Campo. Almodóvar está cerca de Puertollano y tiene el quinto término municipal más grande de España y el segundo, tras Lorca, más extenso de poblaciones que no son capital de provincia
Opinión
Lecturas, por F. Navarro
Uno siempre ha leído. Menuda declaración de principios. Antes de los tres años el abuelo me enseñó a descifrar la escritura, no sé cómo. Cuando llegué al colegio, con cuatro años, ya sabía leer perfectamente y sin silabear. Él leía compulsivamente el periódico, de arriba abajo, moviendo los labios
Opinión
Principios, por F. Navarro
Los escritos deben principiar de una manera agradable para el lector, está mal empezar con una pregunta, que era lo que uno iba a hacer. Comenzar con: «Escribir, ¿para qué?». Cómo justificando el hecho de la no escritura y lo que a continuación haré: citar
Opinión
La Semana Santa, por F. Navarro
Tras ver la película “El abrazo partido” convine conmigo mismo en cambiar mi mayor deseo —que no es otro, pascual lector, que el de...
Opinión
El chiflo del afilador, por F. Navarro
Hay gente que a la flautilla de Pan que hacen sonar los afiladores como reclamo le llaman chiflo; otros le dicen siringa; también zanfoña, siku, antara, fusa, etcétera. Hay pocas profesiones que han logrado tener un sonido tan identificativo como el del chiflo de los afiladores, esa de suerte de jingle que una vez oído nadie duda de que aparecerá un orensano armado de una piedra de afilar
Opinión
Participar de un sueño, por F. Navarro
Hace un año, poco más o menos (ya se sabe como va la primera luna llena de la primavera: a su antojo), un servidor escribió esta pieza, perfectamente válida para hoy
Yo tuve el ombligo frío
El síndrome de la sala de espera del ambulatorio, por F. Navarro
En la lista de los mayores enemigos de la humanidad debería figurar una clase de personas que voy a intentar describir. O en una próxima revisión de l
Opinión
La puntualidad, tan devaluada, por F. Navarro
En Talavera de la Reina, provincia de Toledo, hay una pequeña iglesia mudéjar en una plaza recoleta entre calles estrechas. El atrio enrejado alivia...
Opinión
Guardia Civil caminera… y fútbol, por F. Navarro
La pareja de la guardia civil es el epítome de las uniones de hecho cañís. Circunspectos, olivados, amostachados, serios, charolados parsimoniosos y camineros (dadme unos sorbitos de agua. / Agua con peces y barcos, / agua, agua, agua, agua)
