jueves, 4 diciembre, 2025

Yo tuve el ombligo frío

La corriente de Teruel, por F. Navarro

Es extraño (y a veces conmovedor), como en los ambientes rurales nos creemos a pies juntillas el funcionamiento de determinados conjuros. Personas cultivadas y con carreras de ciencias puras llaman por teléfono o ponen un mensaje por Whatsapp, solicitando un sortilegio contra el mal de ojo; la celebrada oración

El golf, un deporte de caballeros, por F. Navarro

El golf es un entretenimiento de caballeros que se empezó a jugar en Escocia en el siglo XV. El objetivo del juego es introducir una bola en los agujeros que hay distribuidos estratégicamente por el campo. Para ello hay que golpear la esfera con una serie de palos en forma de garrota, eligiendo el que más conviene y dándole a la pelota con la vuelta de la garrota, como si dijésemos. A los practicantes se les llama golfistas y no golfos, pese a lo que se pueda creer.

La puerta verde (esperanza), por F. Navarro

Estamos en la sala de espera de un quirófano a primera hora de la mañana. La pieza es estrecha, vieja y sucia; pintada de amarillo, no es rectangular ya que el excusado está levantado en un vértice del paralepípedo. La habitación huele a enfermedad y amoniaco.

Treinta y dos años, nada menos, del Café de la Glorieta, por F. Navarro

El Café de la Glorieta cumplió ya los treinta y dos años. Tiene el zócalo de arpillera. La arpillera es estopa tejida. La estopa es la parte basta del lino, lo que queda en el peine al cardarla

Permutaciones para una vida mejor, por F. Navarro

Previniendo revueltas en todas las ciudades, la Corporación programó un método con el que todo el mundo tuviese trabajo, dinero y comodidades, al menos unas cuantas veces a lo largo de la vida

El cambio y los derechos asertivos, por F. Navarro

El verdadero cambio —creo modestamente— llegó cuando desaparecieron de las calles los perros callejeros, anuentes, con el rabo cortado y las orejas gachas.

El maldito abanico, por F. Navarro

La noche prometía. Luna llena, temperatura perfecta y, extrañamente, con tiempo de sobra. La trasnochada parecía el día del nacimiento de Abenamar, moro de la morería, grandes señales presagiaban una velada de disfrute y alimento espiritual

El ego, que no cesa – por F. Navarro

No sé a ti, inexorable lector, pero a uno, seguramente se deba a la provecta edad que va alcanzando, cada vez le agotan más determinadas actitudes, especialmente la presunción vana y, quizás más, la condescendencia. Ambas macas suelen casi siempre darse, a la vez, en las mismas personas

Los abanicos son para el verano, por F. Navarro

Hay gentes con habilidades extrañas. Doña Pepita me viene a la memoria en estos tórridos días de entrada del verano, tiene una especial maña en mover el abano

Don Saturnino el inventor y la disculpa del Rey, por F. Navarro

Don Saturnino Alcolea es inventor y sofista. El obrador de don Saturnino Alcolea es lóbrego y húmedo. Don Saturnino Alcolea es de la cercana villa de Socuéllamos. El obrador de don Saturnino Alcolea es bajo de techo; lo tiene en la cochera de una reciente casa unifamiliar, adosada y con una placa en la puerta que señala que está construida bajo la protección y el amparo del estado

La naranja no es fruta de verano, por F. Navarro

Pese a lo que se diga, la naranja es una fruta de invierno. El verano es una época catártica de fuego y purificación pero sin toronjas. La única alegría en la casa del pobre durante el frío septentrión es la voluptuosidad de la fruta; ese olor a frondosidad, sol y levante augura —para el que llegue—lo que espera en el estío

El señor Benigno, el del peluquín, por F. Navarro

Al señor Benigno le dicen en el barrio “Peluquín” y le gusta dormir la siesta en una hamaca de playa. En verano sin camisa y en invierno tapado con una manta de pachtword regalo de su abuela; cuadrados unidos, hechos a ganchillo, con el fondo azul y escasas variaciones en el color de las líneas paralelas a la base o a la altura: amarillo, blanco y verde. De vez en cuando lila

Don Lucio el pintor, por F. Navarro

Don Lucio era artista; pintor por más señas. Ejercía de ello en una ciudad en la que le das una patada a una piedra...

Las tres (o cuatro) gracias, por F.Navarro

No recuerdo su nombre. O tal vez no lo quiero decir y me guardo el secreto: una de las ventajas del contador historias. Es menuda, tirando a pequeña, va siempre con mandil, (el mismo), lleva el pelo sembrado de pinzas metálicas y cubierto con una tupida red; tiene el síndrome de Diógenes, el de Tourette y un hermano gilipollas

Es peligroso tener la conciencia tranquila, por F. Navarro

A veces es peligroso tener la conciencia tranquila. La preocupación y la culpa nos mantienen despiertos, o al menos en duermevela y evita que a uno le roben la parva o le quiten la ropa

Las campanas de Tirteafuera, por F. Navarro

Tirteafuera es una aldea de la provincia de Ciudad Real, pedanía de Almodóvar del Campo. Almodóvar está cerca de Puertollano y tiene el quinto término municipal más grande de España y el segundo, tras Lorca, más extenso de poblaciones que no son capital de provincia

Lecturas, por F. Navarro

Uno siempre ha leído. Menuda declaración de principios. Antes de los tres años el abuelo me enseñó a descifrar la escritura, no sé cómo. Cuando llegué al colegio, con cuatro años, ya sabía leer perfectamente y sin silabear. Él leía compulsivamente el periódico, de arriba abajo, moviendo los labios

Principios, por F. Navarro

Los escritos deben principiar de una manera agradable para el lector, está mal empezar con una pregunta, que era lo que uno iba a hacer. Comenzar con: «Escribir, ¿para qué?». Cómo justificando el hecho de la no escritura y lo que a continuación haré: citar

La Semana Santa, por F. Navarro

Tras ver la película “El abrazo partido” convine conmigo mismo en cambiar mi mayor deseo —que no es otro, pascual lector, que el de...

El chiflo del afilador, por F. Navarro

Hay gente que a la flautilla de Pan que hacen sonar los afiladores como reclamo le llaman chiflo; otros le dicen siringa; también zanfoña, siku, antara, fusa, etcétera. Hay pocas profesiones que han logrado tener un sonido tan identificativo como el del chiflo de los afiladores, esa de suerte de jingle que una vez oído nadie duda de que aparecerá un orensano armado de una piedra de afilar

Participar de un sueño, por F. Navarro

Hace un año, poco más o menos (ya se sabe como va la primera luna llena de la primavera: a su antojo), un servidor escribió esta pieza, perfectamente válida para hoy

El síndrome de la sala de espera del ambulatorio, por F. Navarro

En la lista de los mayores enemigos de la humanidad debería figurar una clase de personas que voy a intentar describir. O en una próxima revisión de l

La puntualidad, tan devaluada, por F. Navarro

En Talavera de la Reina, provincia de Toledo, hay una pequeña iglesia mudéjar en una plaza recoleta entre calles estrechas. El atrio enrejado alivia...

Guardia Civil caminera… y fútbol, por F. Navarro

La pareja de la guardia civil es el epítome de las uniones de hecho cañís. Circunspectos, olivados, amostachados, serios, charolados parsimoniosos y camineros (dadme unos sorbitos de agua. / Agua con peces y barcos, / agua, agua, agua, agua)