Opinión
“Lo mejor para el verano es un polo de limín”, por F. Navarro
—¡Este año hace más calor que ninguno de los que me acuerde!
Las mujeres revuelven los géneros que hay sobre las mesas, parece que con...
Opinión
Arreglando el mundo, por F. Navarro
Esta mañana gracias a una cita he estado un rato en un bar del estilo de los que, en otros tiempos, me servían de...
Opinión
El amor es la luz, por F. Navarro
El palomo hace la rueda a la paloma, buscando lo de siempre. La paloma finge timidez, caminando a pasitos lentos.
—¿Quiere un pitillo?
—No gracias, no...
Opinión
¡Otra vez!, por F. Navarro
Quien diga que no le conmueve ver a un cincuentón llorando como un niño es que no tiene entrañas. Este que te escribe lo...
Opinión
Don José, el cura, por F. Navarro
Era un hombre sencillo, con piedad aldeana y tierna, de evangelio apócrifo, como el romance de la Virgen y el ciego. Admiraba a San...
Opinión
¿Quieres ser rico?, por F. Navarro
No te lo vas a creer, agradecido lector, pero a la largo de la vida a un servidor tuyo le han ofrecido varias veces...
Opinión
Historias de perros, por F. Navarro
La perra es color canela, o más claro, de una raza indefinida que parecía labradora cuando llegó; sólo le falta hablar. Se llama Reina...
Opinión
Las Puertas del Cielo, por F. Navarro
A las Puertas del Cielo hay un agustino alemán caminando en círculos y que se acerca a las almas que llegan al Paraíso. Les cuenta (sotovoce) con ampu
Opinión
Quizás eso sea el arte, por F. Navarro
El dolor verdadero jamás es público, ese dolor que se expresa de espaldas a los testigos curiosos e impertinentes.
Te inventas una mujer, la describes en...
Opinión
La escarpia solitaria, por F. Navarro
Uno escribe, casi siempre, a salto de mata. Conforme las pocas luces con que el Señor nos ha agraciado se van iluminando. Es extraño...
Opinión
Flamenco, otra vez
Tomelloso, nuestra levítica ciudad, no es tierra de fados, ¡qué va! Aquí no ha habido nunca un negro mulato y portugués que los cantara...
Opinión
Filosofía rural, por F. Navarro
Los filósofos rurales visten pantalones de pana. No de color verde oliva como los del alcalde del pueblo o los del terrateniente. Un verdadero...
Yo tuve el ombligo frío
Las cosas de la calle tienen poca importancia, por F. Navarro
Diluvia. Como si el cielo quisiese lavar nuestras culpas. Las gentes cuando llueve se meten en los bares, ¿qué van a hacer? Un café, una copa, otra, y
Opinión
El tío Pío cantaba por Escobar, por F. Navarro
El tío Pío no fue a Eaton, ¡qué va! Ni conocía a Wilde, ni a nadie que fuese un dandy. Tampoco recibió clases de...
Opinión
El pájaro en el alambre o el final de don Arturo, por F. Navarro
Don Arturo Sánchez Manzanares está sentado plácidamente a la sombra de los escuetos arboles, en la terraza del casino de San Fernando, —cuando los...
Opinión
Miércoles de ceniza, por F. Navarro
El chino va montado en una bici, de niño, las rodillas le dan en la barbilla. La rueda de atrás es lenticular, tiene dibujadas secciones de colores co
Yo tuve el ombligo frío
La benevolencia de los vecinos, por F. Navarro
«El día 5 de febrero de 1917 acordó la Corporación solicitar al Estado una Estación Enológica. El día 19 del mismo mes ya apareció...
Opinión
Pepito, el periquito, por F. Navarro
A sor Amparo, la hermana más vieja del convento, las monjas jóvenes la engañaban. Ponían voz de falsete e imitaban al periquito que había...
Opinión
El músico evanescente, por F, Navarro
La única y efímera referencia que este servidor tuyo tiene, incuestionable lector, de Juan Ruiz (o Rodríguez) de Mena, fue escuchada en una emisión...
Opinión
La vida secreta de los libros, por F. Navarro
La calle, llena de desconchones, parece más iluminada de lo que debiera. Nadie en su sano juicio espera un día brillante, con pájaros cantando,...
Yo tuve el ombligo frío
Domingo de otoño y música, por F. Navarro
Las tardes de domingo tienen mucho de melancólicas y gandulas. Están hechas para languidecer con el pecho presionado, románticamente, en el sofá, viendo películas...
Opinión
Las señas de identidad, por F. Navarro
En cada sitio tienen sus costumbres; viene a ser su acervo como si dijéramos. Los quintos, las águedas, los carnavales, la vendimia, San Antón…...
Yo tuve el ombligo frío
Llega el otoño, por F. Navarro
Las hojas de los árboles de la calle Doña Crisanta amarillean. Como en París. En la esquina de la calle Carboneros un hombre subido...
