Cáritas Diocesana de Ciudad Real presenta la campaña de Temporeros 2018

Cáritas nos anima a escuchar la historia que hay detrás de las personas temporeras, para comprender mejor la situación que viven

Cáritas Diocesana de Ciudad Real vuelve a lanzar su Campaña de Temporeros, este año 2018 con el lema “Escucha su historia. Todos somos necesarios”. Una campaña a trabajar durante tres años, en la que teniendo como eje central la historia y vivencias de la persona temporera, cada año se abordará una problemática concreta de las que Cáritas detecta durante las tareas agrícolas de temporada.

Dar a conocer la historia, sus pensamientos, expectativas, sufrimientos y decepciones, permite conocer más a fondo las situaciones de exclusión y de vulneración de derechos que están sufriendo. Permite mirar a la persona temporera con otros ojos y cambiar la mirada hacia ellos.

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Por ello, Cáritas este año quiere hacer ver que todos somos necesarios y que todas las personas que trabajan en el campo en las distintas campañas agrícolas, necesitan un trabajo digno, en el que no se vulneren los derechos laborales y se cumpla con lo establecido en el Convenio para el sector agrario de Ciudad Real.

Este año Cáritas adelanta la presentación de su campaña, ya que viene detectando en los últimos años, que la llegada de personas temporeras a nuestra provincia, es cada vez más pronto, ya que no se centra exclusivamente en la recogida de la uva, si no que otros cultivos como el melón, pimiento o cebollas también requieren de la contratación de mano de obra, enlazándose unas campañas con otras.

Esto supone la llegada de personas temporeras, tanto extranjeras como de otros puntos de nuestro país, buscando una oportunidad de trabajo. Son meses en los que temporeros y agricultores deben trabajar unidos y en armonía, ya que unas condiciones de trabajo dignas y justas significan futuro y beneficio para ambas partes.

Cáritas no puede permitir que existan condiciones de trabajo indignas y degradantes, que reduzcan y rebajen a la persona temporera que se desplaza a realizar una labor agrícola, a ser un mero instrumento de lucro.

La Campaña de Temporeros no es únicamente un dispositivo en el que Cáritas, sola o en coordinación con otras entidades, organiza la ayuda que se va a prestar durante los meses de recolección, sino que también supone la denuncia de la situación en la que muchas de estas personas viven o los abusos que se cometen.

Así, una vez más, Cáritas Diocesana reclama que la falta de justicia social, están mermando los derechos de todos, especialmente de los más empobrecidos, que ven en muchas ocasiones como se va minando la dignidad en las condiciones de trabajo y su dignidad como persona.

“No podemos consentir situaciones de abuso, en las que se aprovecha la desesperación de las personas por encontrar unos días de trabajo, como es el caso de personas en grave situación de exclusión, personas sin permiso de trabajo o aquellos que no tienen empleo y las labores agrícolas de temporada suponen un pequeño respiro para la familia”.

Trabajadores sin contrato, sin alta en la Seguridad Social, salarios por debajo de lo que marca el convenio agrícola, pago por el desplazamiento al lugar de trabajo o por las herramientas, alojamientos que no reúnen unas condiciones mínimas de habitabilidad, otros que ni siquiera tienen donde dormir y asearse, es un claro ejemplo de que no todos los trabajadores temporeros disfrutan plenamente de los derechos, lo que supone en ocasiones enfrenamientos y disputas que no posibilitan la convivencia. Por lo tanto la vulneración de derechos termina afectando y perjudicando tanto a otros empresarios como al resto de trabajadores temporeros.

Este año, Cáritas vuelve a hacer especial hincapié en el tema de la “subcontratación ilegal”, ya que es una práctica que viene observando año tras año y que no puede permitir que se pase por alto.

Existe la figura del subcontratador o intermediario, que es una persona encargada de ponerse en contacto con el agricultor para ofrecerle los trabajadores que necesita. Es una práctica muy cómoda, en la que el agricultor a veces desconoce lo que conlleva, ya que en la mayoría de los casos, supone una brutal vulneración de los derechos de los trabajadores.

La persona que subcontrata, es la que paga al temporero. Y desde Cáritas han podido constatar casos de impago o pago por debajo del salario establecido, amenazas, retención de documentación, malos tratos… Por lo que recuerdan, que esta práctica puede ser denunciada a la Guardia Civil.

Acciones

Durante la Campaña de Temporeros, desde las Cáritas de diversas localidades se van a organizar distintos dispositivos de atención a personas temporeras, teniendo servicios de acogida a las personas que llegan en busca de trabajo y dando respuesta a necesidades básicas como alimentación, aseo personal, higiene, ropa o calzado.

Además, voluntarios y trabajadores escucharán los problemas que plantean: situaciones de abuso, precariedad de las condiciones de trabajo, falta de alojamiento…, informará y/o asesorará sobre la situación planteada y los recursos locales y trabajará con la comunidad para que sea acogedora.




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