Llevamos varios artículos desmenuzando las diferentes técnicas que se pueden aplicar para un mejor manejo de las situaciones sociales a las que nos enfrentamos de forma cotidiana. Resumiendo brevemente hemos conocido cuales son los estilos de comunicación pasivo, asertivo y agresivo, viendo cómo las personas nos movemos por el continuo comunicacional en función de las situaciones a las que hacemos frente. De igual forma concluíamos la necesidad de aproximarnos cada vez más a la postura más asertiva, primando la expresión de las propias opiniones y deseos junto con el respeto a los derechos de los demás.
Conocimos algunas técnicas que nos facilitarían poder hacer peticiones de una forma más efectiva y cómo hacer una crítica buscando la forma más adecuada de obtener un cambio en la otra persona sin que sienta la hostilidad frecuentemente asociada a este tipo de eventos.
En el presente artículo vamos a centrarnos en algo frecuentemente olvidado: cómo recibir adecuadamente una crítica. Es mucho más fácil expresar un deseo, hacer una petición o criticar una conducta o actitud, frente al hecho concreto de tener que recibir una crítica de otra persona. Esta situación social desencadena en la mayoría de seres humanos un “pánico” que fácilmente hiere nuestra sensibilidad. Es por ello que conviene estar preparado para cuando tenga lugar este momento, e incluso ayudar a la persona que nos está criticando a que lo haga de una forma adecuada, para que nos facilite la comprensión y el cambio. Diferenciaremos entonces entre dos situaciones concretas:
LA PERSONA O LA CRITICA NOS INTERESA voy a ayudarle a que me haga una buena crítica. Para ello, puede hacerle preguntas que favorezcan mi comprensión. Por ejemplo: ¿A qué te refieres exactamente?, ¿Cómo te hace sentir eso?, ¿Cómo crees que podríamos solucionarlo?
Una vez que conozco todos los datos que necesito para comprender qué debo cambiar, tengo que decidir si realmente la crítica es o no verdadera.
- Aceptar la crítica sin justificarme en exceso. Por ejemplo: “Tienes razón, he llegado tarde, me surgió un imprevisto”
- Facilitar y proponer alternativas:
- QUIERO CAMBIAR: “mañana llegaré a la hora acordada”
- QUIERO CAMBIAR PERO ME CUESTA. “No quiero que te molestes, pero esto me suele pasar, ¿qué te parece si…?”
- NO ESTOY EN DISPOSICIÓN DE CAMBIAR (ejercer derecho a ser como soy y asumir las consecuencias). Por ejemplo “no puedo comprometerme a estar a esa hora, ¿podemos cambiarlo?”
LA PERSONA O LA CRITICA NO NOS INTERESA: En este caso lo que más prima es no alterarnos, conseguir que acabe lo antes posible y que la relación quede en buenos términos. Para ello nos podemos servir de la siguiente técnica:
- TECNICA DEL BANCO DE NIEBLA: Dar la razón parcialmente para que cese la crítica y dar una alternativa. Ejemplo “Es posible que tengas razón y que sea una sosa, pero no me apetece beber más”, “Lo tendré en cuenta para otro momento, te agradezco que me lo digas…”
Es una técnica bastante efectiva tanto para recibir críticas que no nos interesan sin entrar en conflictos ni dar explicaciones como para rechazar peticiones que no deseamos llevar a cabo.
Como venimos insistiendo siempre, desde O-PSIgeno Centro de Psicología consideramos que leer estas cosas aumenta la motivación para aplicarlo en lo aprendido en eventos de la vida cotidiana. Recomendamos paciencia en la puesta en práctica de todas estas técnicas, no por saber lo que hay que hacer va seguido inmediatamente de un éxito en la ejecución. Muchas veces requiere de práctica e insistencia, y otras muchas de la ayuda de un profesional de la salud mental, que nos guíe en la aproximación sucesiva a situaciones cada vez más complejas, evitando sentimientos de ineficacia y frustración.
O-PSIgeno Centro de Psicología (Madrid)
Ana Gómez Mensayas
Ana Martín Hernández
Alicia Pérez González