Tomelloso ha vivido este jueves, 20 de febrero de 2025, un acontecimiento histórico con la exhumación y el traslado de los restos de Ismael Molinero Novillo, conocido como Ismael de Tomelloso. La ceremonia ha sido realizada por el Tribunal eclesiástico de la diócesis, con el objetivo de avanzar en su proceso de beatificación.

Exhumación y traslado a la parroquia
El acto ha comenzado a las 11:00 h en el cementerio de Tomelloso, donde los restos mortales de Ismael de Tomelloso han sido exhumados del panteón que llevaba su nombre. En presencia de testigos nombrados por el Tribunal eclesiástico y operarios del camposanto, se ha iniciado el proceso con un momento de oración y el juramento de los participantes.
Posteriormente, los restos han sido trasladados a la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, donde han sido examinados por un médico. Tras esta revisión, han sido inhumados nuevamente en un nicho especialmente preparado y bendecido en una de las paredes del templo. Este lugar se convierte así en un punto de oración y petición de favores por intercesión de Ismael de Tomelloso.

El camino hacia la beatificación
La causa de beatificación de Ismael de Tomelloso sigue abierta. Según el proceso canónico, para su reconocimiento como beato es necesario que se produzca un milagro atribuido a su intercesión. En caso de confirmarse un segundo milagro, se podría considerar su canonización y su reconocimiento como santo de la Iglesia católica.
El 23 de mayo de 2024, el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto relativo a las virtudes heroicas de Ismael de Tomelloso, otorgándole el título de Venerable. Este reconocimiento implica que, tras una exhaustiva investigación, la Iglesia ha confirmado que vivió las virtudes cristianas en grado heroico, ofreciendo su vida y sufrimientos con una fe excepcional.
Un joven de fe en tiempos de guerra
Ismael de Tomelloso nació el 1 de mayo de 1917 y falleció el 5 de mayo de 1938 en plena Guerra Civil Española, en Zaragoza, donde se encontraba prisionero. Conocido por su carácter alegre y su pasión por la música, fue movilizado en septiembre de 1937 por el ejército republicano con la «quinta del biberón». Tras la batalla del Alfambra, fue hecho prisionero y trasladado al campo de Santa Eulalia del Campo.
Pese a tener la posibilidad de ser liberado como miembro de Acción Católica, decidió no hacer valer esta condición y asumió el sufrimiento del cautiverio en silencio. Poco antes de su muerte, pidió la confesión y la comunión, declarando su vocación sacerdotal.
Su fama de santidad creció tras su fallecimiento, generando peregrinaciones a su tumba en Zaragoza. En 1950, sus restos fueron trasladados a Tomelloso, donde fueron recibidos con gran devoción y se erigió un panteón en su honor gracias a una suscripción popular.
Un proceso largo en la Iglesia
El camino hacia la santidad tiene cuatro etapas: el reconocimiento como Siervo de Dios, la declaración como Venerable, la beatificación y, finalmente, la canonización. Actualmente, Ismael de Tomelloso ha alcanzado la segunda fase y su proceso sigue en marcha.
Si se produjera un milagro atribuido a su intercesión, la Congregación para las Causas de los Santos podría avanzar hacia su beatificación. La comunidad cristiana de Tomelloso y de otros lugares sigue rezando y esperando que este reconocimiento llegue pronto.







