Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos”.
La mutilación genital femenina es una práctica ancestral que ha perdurado en diversas culturas alrededor del mundo y que afecta a millones de mujeres y niñas, constituyendo esta práctica una vulneración de los derechos humanos, un ataque a su integridad, a su salud física y mental y a su libertad.
Las consecuencias físicas y psicológicas para las mujeres y niñas afectadas son devastadoras, abarcando desde complicaciones médicas hasta traumas psicológicos de largo alcance.
La violencia contra las mujeres que entraña la MGF pone de manifiesto la invisibilidad a la que han estado y están sometidas las mujeres, ya sean niñas o adultas, presentes en nuestra sociedad, debido a la imposición de un sistema que les discrimina solo por ser mujer y cercena sus derechos fundamentales como son la salud, la educación y el control de su capacidad sexual y reproductiva.
Por esta razón, La Ley 4/2018, de 8 de octubre, para una Sociedad libre de Violencia de Género en Castilla-La Mancha amplió el concepto de violencia de género para recoger todos los tipos de violencia que sufren las mujeres por el hecho de serlo, incluyendo la mutilación genital femenina.
El 6 de febrero es reconocido como Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina y, desde el PSOE de Castilla-La Mancha, reiteramos nuestro rotundo rechazo contra este tipo de violencia de género por lesionar la dignidad, la integridad y la libertad de las mujeres.
La tolerancia cero con la mutilación genital femenina implica no solo condenar y rechazar esta práctica, sino también trabajar para prevenirla y erradicarla, como estamos haciendo en Castilla-La Mancha, puesto que como con cualquier otra forma de violencia de género, lo más importante en la erradicación tiene que pasar por la sensibilización, la información, la prevención y la actuación en casos de riesgo a través de la implementación de protocolos, como el puesto en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha en 2017.
La erradicación de la MGF es un proceso complejo, que requiere la colaboración y el compromiso de gobiernos, organizaciones internacionales, entidades sociales, sociedad civil y comunidades. La sensibilización, la visibilización, la educación y la acción coordinada son cruciales para asegurar un futuro donde todas las mujeres y niñas vivan libres de violencia de género.
