De nuevo llegó el cambio de hora, dio paso al sol resplandeciente con la llegada de abril, pero ¿qué nos supone el cambio de hora? o, dicho de otra manera, ¿en que nos afecta a las personas que haya más horas de luz?
Entre los distintos círculos de trabajo, familia o amistades, seguro que alguna vez habéis oído o comentado, que cuando sale el sol las personas están más alegres, tienen mayor motivación, se sienten con más energía… ¿verdad? O incluso vosotros/as mismos/as lo habréis experimentado o comentado también.
Pero, a veces ocurre que las personas se sienten presionadas a tener que hacer más actividades porque “aún es de día” y si no lo hacen tienen la sensación de “no estar aprovechando el tiempo” o “que deberían hacer más cosas”
Realmente el sol, el cambio de hora, más horas de luz… o simplemente son las asociaciones que hacemos sobre situaciones, eventos, clima… Si observamos a nuestro alrededor o incluso nuestras propias reflexiones tendemos a asociar nuestro estado animo a factores externo (tiempo, días…) incluso a personas y lugares, es decir, “si hace buen tiempo, puedo hace más cosas, porque me siento mejor, más animado” por el contario “si un día es lluvioso, es un día triste, gris”
Realmente no debería de ser así, nuestro estado de ánimo es propio y deberíamos aprender a gestionarlo en función de factores internos y no de otros que no podemos controlar como son personas o clima , ya que, entonces no dependería de nosotros y se escaparía a nuestro manejo. Por lo que, en función de lo que percibamos, estaríamos anticipando como sería nuestro día, es decir, estaríamos dando por hecho por ejemplo, “que si las próximas semanas hará frío y lloverá, me encontraré peor” y “si sale el sol estaré alegre y motivado” por lo que me estoy generando una predisposición a estar de una determinada manera en función de lo que creo que pasará y no puedo cambiar ni influir sobre ello, lo cual me afecta a mi estado de ánimo. Entonces, ¿qué deberíamos hacer?:
- Aprender a gestionar tu estado de ánimo, sentimiento y emociones en base a situaciones concretas, no en base asociaciones a estímulos generales, pregunta ¿cómo estás hoy? ¿cómo quieres que sea tu día? Decídelo tú.
- Pregúntate, ¿por qué si hace mal tiempo no puedo salir, o estar bien? ¿no será lo mismo que si ha salido el sol? La motivación parte de la propia persona.
- Si hay más horas de luz, no me tengo que presionarme a hacer más cosas o a estar mejor, tengo que hacer lo que necesite y planificar mi tiempo en función de mi contexto y necesidades.
- Evitar anticipar en función de factores externo y cambiantes, sufrimos más por lo que creemos que va a pasar, que por lo que realmente pasa. Céntrate en el presente y planifica como quieres que sea tu futuro inmediato.
- Evita compararte con lo que hacen otros, pues ellos tienen su propia vida, estilo o actitudes, tú tienes la tuya propia, y debes elegir en función de tus inquietudes y necesidades propias.
A veces no le damos la suficiente importancia a las emociones y su influencia en nuestro día a día, pero si te paras y lo piensas, las emociones, influyen en nuestra toma de decisiones, en la resolución de problemas, miedos, inquietudes, actitudes, … por lo que deberíamos darle la importancia que tienen, para prevenir situaciones desagradables, o sufrimientos innecesarios. Por lo que, os animo a conoceros más, preguntaros de vez en cuando, ¿qué emoción estáis experimentando? ¿cómo te has sentido estos días? ¿cómo te gustaría estar? ¿tu estado está asociado a ti o a algo externo?… conocer tu estado de ánimo es una parte fundamental de la persona, que os ayuda a prevenir sintomatología desagradable, y sobre todo te ayuda a conocerte mejor a ti mismo y gestionar las situaciones desde otro punto de vista, e influirá en un cambio de actitud ante situaciones, eventos, personas, clima,… de la vida en general.
Que TÚ estado dependa de ti, no lo des el poder de cómo tú quieras estar a estímulos impredecibles o que se escapan a tú control.
