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Más allá de la duda razonable

Se cumplen 50 años del estreno en TVE de “Doce hombres sin piedad”, la obra escrita por Reginald Rose

«Los necios solo tienen certezas, mientras que los sabios están llenos de dudas». Esta frase, atribuida a Sócrates, Séneca, Confucio, Buda, Maquiavelo, Voltaire, Benjamín Franklin, Óscar Wilde, e incluso a Albert Einstein, nos hace partícipes del concepto de la duda como instrumento para llegar a la sabiduría. O al menos a la objetividad, ya que la verdad es un concepto demasiado abstracto que en estos tiempos se ha desvirtuado y pervertido excesivamente.

«12 hombres sin piedad» plantea un debate ético sobre el peligro de la certeza sin plantearse la «duda razonable». Es una obra del guionista estadounidense Reginald Rose, escrita en 1954. Inicialmente fue un guión para el naciente medio televisivo. Aunque muchísima gente piensa que era una obra de teatro, fue el propio Rose quien adaptó el texto posteriormente para el teatro, y en 1957 Sidney Lumet la adaptó al cine, que es como la mayoría la hemos conocido.

Sin embargo, el formato de teatro resultó ser el más difícil de adaptar, ya que colocar a doce actores en un escenario sentados alrededor de una mesa resultaba incómodo para los espectadores y para los actores. Como curiosidad diré que un director de Broadway estrenó la obra colocando a todos los actores frente al público en una mesa alargada, tal y como lo hizo Leonardo da Vinci en su «Última cena».

Aquí en España pudimos ver una impresionante versión en blanco y negro en el programa «Estudio Uno» de TVE, que se estrenó en 1973. Estaba dirigida por Gustavo Pérez Puig y contaba con un reparto de lujo: Jesús Puente, Pedro Osinaga, José Bódalo, Luis Prendes, Manuel Alexandre, Antonio Casal, Sancho Gracia, José María Rodero, Carlos Lemos, Ismael Merlo, Fernando Delgado y Rafael Alonso. Por cierto, ese programa fue un hito en aquellos años porque acercaba el mejor teatro al público generalizado, y aunque sea en blanco y negro estaría bien que lo repusieron (así como otras series de la época) para que los “millennials” y otras generaciones conocieran otras formas de hacer televisión: más inocentes, con menos medios, pero mucho más auténticas y de calidad muy contrastada.

Creo que obras así deberían verse continuamente, hasta que seamos conscientes de que la duda es la única referencia ética para conseguir la auténtica justicia.

Manuel Buendía Pliego
Manuel Buendía Pliego
Persona inquieta y multidisciplinar. Artista plástico, profesor de dibujo y acuarela, diseñador, gastrónomo, y escritor aficionado. Ha publicado en distintos medios digitales varios relatos, también ha publicado un libro de microrrelatos junto a Carlos Naranjo, y está trabajando en varios proyectos editoriales.
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