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miércoles, 25 diciembre
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«Contad la verdad», por Aure Hormaechea

Artículo de opinión de Aure Hormaechea, Licenciada en Psicopedagogía

Desde que hace unos días se estrenara en una cadena privada de televisión “Contar la verdad para seguir viva”, un desgarrador relato que protagoniza Rocío Carrasco sobre sus vivencias personales, han sido muchos los medios de comunicación que se han hecho eco de sus palabras y, haciendo o no juicios de valor, han emitido una y otra vez las imágenes.

Hasta aquí, entendemos que un programa puntero en audiencia genere mil comentarios y opiniones sobre su idoneidad, etc. Lo que no se puede aceptar es que se confunda a la audiencia sobre la realidad de la violencia de género, lanzando mensajes totalmente erróneos y que no solo no ayudan, sino que pueden provocar auténticas equivocaciones con efectos lamentables para las mujeres que estén sufriendo violencia de género.

Durante un coloquio en la misma cadena, escuchaba que “la violencia psicológica no se puede demostrar”. Quedándose tan tranquilo el autor de la frase. Nada más lejos de la realidad, la violencia, sea física, psicológica, sexual, económica, simbólica o institucional, produce en la persona una serie de secuelas, tanto físicas como psicológicas, que son claramente detectables y demostrables a través de los informes que emiten los y las profesionales, tanto en partes médicos como en informes psicológicos.

Centrándonos en las patologías que producen los malos tratos psicológicos, algunas de ellas son altos niveles de ansiedad, trastornos del sueño, síntomas depresivos, sentimientos de culpa, estrés crónico, estrés postraumático, baja autoestima, falta de concentración, pérdida de memoria, aislamiento emocional, indefensión aprendida y un largo etc. Son trastornos causados por un maltrato psicológico continuado. Las secuelas del maltrato físico, no sólo son las lesiones que se pueden ver, como hematomas o heridas, fracturas, etc; sino que se han llegado a diagnosticar hasta casos de fibromialgias, trastornos de síntomas somáticos (TSS), etc.

Pero realmente ¿cuál es el problema de lanzar este tipo de mensajes? Primero y más grave, es que si una mujer está siendo víctima de violencia psicológica, y es consciente de ello, puede pensar ¿para qué voy a ir a pedir ayuda o denunciar si no lo voy a poder demostrar? Cuando nada hay más lejos de la realidad. Por lo tanto, esa mujer se va a sentir sola, sin apoyo, y va a continuar en un infierno que puede llevarla a realizar un gesto autolítico. Es por tanto muy peligroso lanzar opiniones al aire sin tener conocimientos ni ser expertos en la materia.

Incomprensiblemente, el tema de la violencia de género va unido en determinados coloquios al de las denuncias falsas, confundiéndose en la mayoría de los casos con los casos sobreseídos o archivados.

Recordemos que según el Observatorio de la Violencia, en la Memoria que se presentó en relación al 2019, de la Fiscalía General del Estado, de  168.057 denuncias que se presentaron, sólo 7 lo fueron por denuncia falsa. Además, estas 7 causas por denuncia falsa están todavía en tramitación, por lo que podemos afirmar con rotundidad que ese pasado se cerró con cero condenas por denuncia falsa. Frente al 20% que anunciaba una colaboradora de dicha cadena televisiva, sacándose los datos de la chistera. Lamentar igualmente la afirmación de que son los/as las trabajadores/as sociales “los que quitan a los niños”, otra perla escuchada durante el coloquio.

Falsos mitos que únicamente generan desconfianza entre las víctimas y llevan únicamente hacia la desinformación, con sus graves consecuencias. Sería muy bueno que este tipo de programas se preocuparan por difundir una información veraz y constatada, más cuando sus índices de audiencia son tan elevados, y sus mensajes erróneos llegan a los hogares causando un pésimo efecto sobre las mujeres que se encuentren sufriendo violencia machista.

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