Ahora que ya han pasado los vendavales, las tormentas y los temporales, podemos ver cómo se encuentra realmente el admirado, querido, respetado y obsoleto Hospital Virgen de la Salud de Toledo.
Admirado por todos los profesionales sanitarios que allí trabajan y han trabajado para hacer el Hospital –y lo pongo con mayúscula para diferenciarlo del edificio, al igual que con el significado de la palabra Iglesia- lo más avanzado, lo mejor de cara a la atención al paciente y para seguir estando a la vanguardia estuviera quien estuviera, dentro o fuera, arriba o abajo.
Querido por la gran mayoría de usuarios, porque es un motivo de alegría en los nacimientos de nuestros hijos, de los hijos de nuestros hijos, o simplemente por los milagros que el Hospital obra cada vez que vuelve a traer a la vida a cualquier paciente… “Ese día volví a nacer…”, “Si no es por ellos no estaría aquí…”. (Son frases utilizadas casi a diario en los pasillos).
Respetado por profesionales y usuarios, sobre todo cuando se mira a la cara a la muerte –y eso lo tengo que decir- porque al igual que se realizan muestras de cariño a diario, también de la misma forma se mira a la cara a familiares empatizando para darles cualquier tipo de noticia y ofrecer hasta el propio alma en ocasiones para conseguir aferrar a este mundo un fino hilo de vida.
Y Obsoleto para todos los que allí realizan su labor asistencial o profesional y para todos aquellos que lo necesitan en estos momentos, menos para dos personas: “el crack” del consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Para estas dos personas, aún no se tenía que realizar este cambio innecesario, porque según ellos, en declaraciones a los medios de comunicación a comienzos de la semana pasada y recientemente terminado el temporal Filomena: “En el Hospital de Toledo no hay colapso”.
¡Claro! El hospital sigue funcionando, eso sí, mientras no se venga abajo (aunque partes del mismo lo hicieron durante el temporal), pero durante toda la semana terminaban los días y comenzaban las noches con menos 100 camas, y me explico, 100 pacientes pendientes de ingreso hacinados en los maravillosos y confortables pasillos de urgencias – nótese la ironía-, muchos de ellos ya ocupando sillas de plástico, ni siquiera los sillones que todos conocemos. Tanto es así, que habían dado orden de trasladar todo lo que fueran patologías de carácter menos grave al Hospital Virgen del Prado de Talavera de la Reina. Pues con todo y con eso, el Hospital decían que no estaba colapsado, curioso ¿verdad?
Si señores, la verborrea y la mentira, al igual que en el Gobierno de Sánchez, también está instaurada en el Gobierno de García-Page.
Pero mientras tanto, seguiremos realizando nuestro trabajo, con más ahínco si cabe, doblando los turnos en algunos casos, y con el nuevo Hospital Universitario de Toledo cerrado, con una pseudo inauguración propagandística de por medio, con cartas mandadas a los castellano manchegos justificando lo injustificable de cómo está abierto, pero sin atender a nadie, y que es el hospital más grande de Europa, sobre todo por dentro cuando se escucha el eco…
En fin, Sr. García-Page, por caridad, por necesidad, por obligación, porque ya está bien de jugar con ello: ¡¡ABRA EL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE TOLEDO!!, porque al igual que dice la canción “ahí está, ahí está, viendo pasar el tiempo…”.