El presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, ha urgido a los gobiernos tanto de España como de la región a empezar a planificar el corto plazo y el horizonte de medidas a partir del 10 de mayo, cuando haya decaído la situación excepcional de estado de alarma para aplacar la pandemia, exigiendo poder retomar una «movilidad y conexión» que asegura son «necesarias» no sólo en lo económico, sino también en lo «emocional».
Por ello, ha pedido «más claridad» en las reglas del juego que están por venir y adoptar medidas «escuchando a la gente que sabe».
Para Núñez, «ha llegado el momento de hacer compatible la gestión de la pandemia y de la crisis económica», para lo cual aboga por «conectar los territorios».
En todo caso, asegura que no puede aportar medidas más concretas porque no cuenta con información por parte del Gobierno regional. «No podemos tomar una decisión fundada porque no tenemos datos, pero queremos libertad y propiciar que la senda se pueda recuperar. Lo necesitamos desde lo sentimental y lo económico, pero los gobiernos no tienen planificación para el 10 de mayo y están pidiendo a la oposición que piense en algo que tendrían que hacer ellos», ha afirmado.
En cuanto a la situación particular de Castilla-La Mancha y las restricciones en la hostelería, ha criticado la disparidad de decisiones a lo largo de todo el territorio, considerando que aunque se han relajado algunas medidas «por la presión del PP y de los hosteleros», falta una «declaración clara y rotunda» de que no se volverán a cerrar bares y restaurantes. «El Gobierno tiene que comprometerse a que nunca va a cerrar la hostelería salvo en casos de confinamiento general», ha insistido Paco Núñez.
NO SE CREE LOS DATOS OFICIALES
Poniendo el ejemplo de la Comunidad de Madrid como argumento de que se puede mantener la hostelería abierta «y controlar la pandemia», ha reparado en que en la región vecina «se hacen cribados masivos y análisis de aguas residuales» para testar la evolución de la incidencia del coronavirus.
Un modelo que «está funcionando y hace compatible la actividad cultural y económica con la lucha contra el virus», razón por la que, considera, es un ejemplo a «imitar».
«Abrir la hostelería se acompasa con medidas de control sanitario que el Gobierno de Castilla-La Mancha no está tomando porque está más preocupado por la imagen y la estadística», ha asegurado Núñez, quien ha opinado que si se hicieran «más pruebas y cribados», los datos de incidencia acumulada oficiales que presenta Castilla-La Mancha serían mayores.
«SÓLO UN 8% DE LA POBLACIÓN ESTÁ VACUNADA»
Al respecto de la campaña de vacunación, ha puesto el acento en que «sólo el 8% de la población» está inmunizada a estas alturas del mes de abril, por lo que se muestra poco confiado en conseguir el objetivo del 70% a final de verano.
Eso sí, se ha comprometido a «felicitar a todas las administraciones y profesionales sanitarios, sin ningún tipo de rubor», en el caso de que se consiga esa meta, y si el 1 de septiembre hay siete de cada diez castellanomanchegos inmunizados, se pronunciará en ese sentido.
Pero, de momento, «vemos más veces a políticos hablando de vacunas que a gente vacunándose» y «más imágenes de venta mediática que inyecciones».