En las Cortes de Castilla-La Mancha, la diputada de Ciudadanos, Úrsula López, enarbola un dato incorrecto sobre el porcentaje de mujeres que ocupan altos cargos en el Gobierno regional y no es la primera vez que, de forma errónea y seguramente sin mala intención, lo utiliza esta formación política.
El problema es que, si no se corrige algo equivocado, lo podemos dar por bueno y creérnoslo. De hecho, considero que hasta sus señorías de Ciudadanos creen que ese dato es cierto y, por eso, lo defienden con tanta vehemencia, pese a ser completamente inexacto.
López dijo desde la tribuna de las Cortes de Castilla-La Mancha que las mujeres solo ocupamos un 31% de los altos cargos del Gobierno de Castilla-La Mancha, una afirmación que no es exacta puesto que las mujeres ostentamos el 43% de la alta representación en la Junta de Comunidades.
Si bien, lo deseable es que las mujeres ocupemos el 50% de los puestos de responsabilidad porque somos la mitad de la sociedad, se puede afirmar que el Gobierno regional cumple con los criterios de paridad.
Si comparamos la realidad del mundo empresarial, la representación femenina en los puestos de dirección es del 34% y, aún siendo la mejor de nuestra historia, esta cifra demuestra que aún queda mucho por hacer. Aún más si analizamos las cifras en los consejos de administración de las sociedades que conforman en Ibex35 donde las mujeres sólo ocupan el 24% de sus puestos.
Y si comparamos nuestro Gobierno con los de otras Comunidades Autónomas, Castilla-La Mancha también está mejor posicionada, sirvan como ejemplo aquellas donde existen gobiernos de coalición entre el PP y C,s, como Andalucía, Madrid o Murcia, donde estas cifras son sensiblemente inferiores.
No obstante, y con los datos en la mano, en Castilla-La Mancha no caemos en la autocomplacencia por cumplir con los criterios de paridad, que son 60%-40%, ni por estar en mejor situación que otras Comunidades Autónomas en este aspecto, sino que seguimos trabajando para avanzar cada día y lograr una representación homologable a nuestro peso poblacional.
Hay que hacer todos los esfuerzos políticos para que esto sea así, pero no se debe perder de vista que si aún no se ha logrado no es porque el Gobierno de Castilla-La Mancha o su presidente no tengan la voluntad suficiente para seguir en ese camino de avance hacia la igualdad.
De hecho, les tengo que confesar que existe una enorme dificultad para “fichar” a mujeres más que preparadas para ostentar cargos políticos o de gestión. ¿Por qué? La respuesta es clara: sus “obligaciones”, y evidentemente lo entrecomillo porque no son solo suyas, en la crianza o en el cuidado de personas con dependencia que les ha llevado a decir que no.
¿Por qué les cuento esto? ¿Para responsabilizar a estas mujeres? Evidentemente no y no hay nada más lejos de mi intención. Lo que pretendo al contárselo es que entiendan que la brecha de género que se produce en nuestra carrera profesional, tanto en el sector privado como en el público, tiene que ver con lo que repetimos las feministas de manera incansable: Si no se comparte de manera equitativa la responsabilidad del hogar y los cuidados, si no hay CORRESPONSABILIDAD, será muy difícil que alcancemos esa representación paritaria en la toma de decisiones.
Esto no es bueno para nadie, ni para los hombres ni para las mujeres porque nos perdemos la voz, la mirada y la perspectiva ante la vida y sus complejidades de la mitad de la sociedad, eso no enriquece la política. Por eso, el camino iniciado por el presidente Page de apostar por la presencia de mujeres con mucha visibilidad en su gobierno no es baladí, es importante y ese es el camino.