Se hace raro, personalmente, y cuesta acostumbrarse en las primeras semanas, a que anochezca tan temprano, mirar el reloj, ver la noche y decir: «¡pero si solo son las 18:00 y es noche cerrada!». También se pierde mucha vida en las calles, de esto, no toda la culpa es de retrasar una hora los relojes, ya que el frío hace mucho.
Por el contrario, amanece más temprano y pueden aprovecharse mejor, las horas de luz en numerosos trabajos.
En este tema, y como en tantos otros, cada uno tendremos un gusto y opinión diferente, aparte de algún interés. Habrá a quien le convenga más así, y quien prefiera el horario de verano.
Sea cual sea su favorito, cada 6 meses toca cambiar la hora.
En los días previos, los medios nos darán consejos para adaptarnos y en la calle volveremos al debate, ¿es mejor está, o la de antes? algunos estarán contentos, otros menos, y así seguirá con todo cambio de hora estacional.
Esta foto es de hace unos días en el paseo Ramón Ugena completamente vacío sobre las 18:30 y con la noche, más que cerrada.