En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre Miguel de Cervantes seguro que se acuerda muy bien, ocurrió algo lamentable el pasado día. Algo que tristemente, aunque cada vez menos, sigue ocurriendo en nuestro país, en nuestra región y en nuestros pueblos. Y es que al Partido Popular que gobierna en la localidad toledana de Esquivias le pareció una genial idea que menores de edad torearan y, además, nos lo presentaron y adornaron como si fuera un evento feminista, porque, ojo, toreaban mujeres.
Como cuando intentan arreglar el hecho de que las Damas y Reinas de las fiestas sea una costumbre machista colocándonos también a un míster. Pero nosotras, que al contrario que ellos, nos formamos, leemos y crecemos como feministas, tenemos muy claro que no lo es aunque nos lo vistan con un traje de luces violeta.
No hace falta reflexionar mucho para llegar a la conclusión de que hay muy pocas cosas tan heteropatriarcales como una tarde de toros. Imaginemos la escena: ese torero, muy hombre, muy macho, que no deje lugar a dudas su marcado paquete, siendo sacado a hombros de la plaza manchado de sangre del animal que acaba de torturar hasta matar por un montón de hombres, fuertes, envalentonados y borrachos todos de adrenalina y violencia, portando en las manos partes del cuerpo de ese animal al que han mutilado a modo de trofeo. Eso sí, antes de irse le dedicará “el toro”, a la mujer más guapa de todo el tendido, para que ella desde la grada le tire un beso. Va por ti, guapa: dolor y sufrimiento.
El feminismo lucha contra la opresión del sistema patriarcal hacia las mujeres, lucha contra eso y contra muchas cosas más. Porque los sistemas de opresión con los que lamentablemente se organiza el mundo se sostienen unos a otros y se relacionan, por eso luchamos también contra el capitalismo que divide el mundo entre ricos y pobres, explotando a estos últimos. Lo de “Patriarcado y capital, alianza criminal” no lo gritamos por casualidad en las manifestaciones. Las feministas luchamos también contra el racismo que divide el mundo en razas consideradas poderosas que oprimen a otras razas.
Luchamos también contra un sistema que agota los recursos naturales en aras del beneficio económico, por eso el feminismo es ecologista. Y luchamos también contra esa dominación que ejercen unos seres vivos, los humanos, sobre otros, los animales. Si bien es cierto que en este último aspecto avanzamos con cierta lentitud, sobre todo en lo referido a las costumbres alimentarias, no podemos negar que cada vez somos más quienes exigimos una forma diferente y respetuosa de tratar a los animales. Todo esto y mucho más se combate desde el feminismo, con los valores y principios que ello implica.
Torturar a un animal hasta matarlo, como ocurre en las corridas de toros exige desenchufarse de un montón de sentimientos, como por ejemplo la empatía, la capacidad de ponernos en el lugar de otra persona. Implica sadismo, ya que se disfruta con el dolor que se le está infringiendo a un ser vivo, que sufre, que siente dolor. Implica no sentir pena, no sentir lástima, no sentir amor. ¿Acaso son estos comportamientos los que promueve el feminismo? Más bien todo lo contrario.
No podemos olvidar tampoco que numerosas organizaciones infantiles e incluso la ONU recomiendan alejar a los niños y niñas de la violencia de la tauromaquia o ¿es que acaso queremos criar personas a las que nos les importe el sufrimiento ajeno? La entrada a menores de edad a cualquier tipo de evento taurino debería estar prohibida si en este país de verdad se quisiera proteger a los niños y niñas, pero ¿qué vamos a esperar de un país que llama “Fiesta” a una tortura o de una región como la nuestra que emite en su televisión pública, la que se paga con el dinero de todos y todas maltrato animal incluso en horario protegido?
Sabemos que el camino es largo, pero también sabemos que ya se lleva mucho andado, gracias a todas esas personas que llevan años reclamando respeto por los animales. Sabemos también que en nuestra organización nos queda mucho trabajo externo y también interno que hacer, y lo estamos haciendo, paso a paso. El bienestar animal está dentro de nuestras políticas y somos nosotras casi siempre quienes llevamos medidas animalistas a los Ayuntamientos y otras instituciones.
Felicitamos a “La Tortura no es Cultura” por su trabajo y celebramos su iniciativa de recogida de firmas para hacérsela llegar a Emiliano García-Page, el que promete canales de caza y toros en la tele pública y a todo organismo responsable de cuidar de nuestros menores. Por nuestra parte, Izquierda Unida de Castilla-La Mancha llevaba la medida de no permitir la entrada a menores a eventos taurinos en nuestro programa electoral con el que acudimos a las elecciones del pasado mes de mayo. Seguiremos trabajando para conseguir esto y una Ley de Bienestar y Protección Animal adecuada al año en el que vivimos y a las necesidades de nuestra región.
Seguiremos siendo la voz de quienes no la tienen y unidas seremos más fuertes.