Este jueves 25 de julio, el humor tiene una cita en la Discoteca de Verano La Terraza a las 21:30 horas para celebrar la OCTAVA EDICIÓN DE LA VELADA DE MONÓLOGOS, un clásico de los veranos tomelloseros, donde artistas locales y nacionales del más alto nivel dejan todo su talento y su corazón en el escenario por un fin solidario. Este año los fondos recaudados serán destinados a AFAS, Club Deportivo de Nadadores Especiales Los Delfines y Fundación Elder.
Con la presentación de nuestros queridos Álvaro Márquez y Jesús Perona, las actuaciones estarán a cargo de Miguel Espejo, Dani De La Cámara, Luis Fabra y Antonio Moya.
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Hoy entrevistamos a Miguel Espejo, organizador de COMEDIA EN ACCIÓN.
¿Qué es COMEDIA EN ACCIÓN?
Es una asociación sin ánimo de lucro que nace con la intención de poder ayudar económicamente, no en forma directa, sino poniendo nuestro trabajo a la disposición de niños y niñas enfermos de colectivos necesitados. Siempre digo que «Comedia en Acción» es la niña de mis ojos, es algo que sale con la mejor intención del mundo y siempre cuento con la colaboración de otros amigos profesionales dispuestos a ayudar. Hace cinco años que organizo galas con Comedia en Acción, y se ha recaudado mucho dinero y espero que podamos seguir haciéndolo por muchos años más. Cuando el humor y la solidaridad se unen es algo muy bonito, ayudamos a los niños y damos esperanza a las familias.
No es la primera vez que actúas en el pueblo, ¿qué te parece Tomelloso como público?
El público de Tomelloso es un público maravilloso, yo la experiencia que tengo de haber actuado allí es la de gente que viene a pasarlo bien, un público abierto de mente que no tiene prejuicios a la hora de que puedas hacer humor sobre cualquier tema, siempre dentro de determinados parámetros, por supuesto. Vienen a pasarlo bien y al final eso te lo contagian y tienes ese feedback que los cómicos necesitamos para poder disfrutar tanto nosotros como ellos dentro del espectáculo. Es un público predispuesto, agradecido y eso es de agradecer.
¿Es difícil ser cómico de stand-up?
A ver, ser cómico de stand-up es como todo, o sea al final tienes que disfrutarlo para llegar a la gente, tienes que confiar en ti y al final muchas veces cuando acabamos la gente me dice «es que sois muy grandes» y nosotros al final somos gente que disfrutamos lo que hacemos pero que trabajamos mucho. El trabajo grande es lograr que el público se la pase bien esos minutos que estoy actuando, que se olvide de sus problemas y se centre en reír. Es un trabajo que tiene sus cosas, eres tú, el micrófono y el público. No deja de ser el cómico desnudo ante la gente, eres tú ante el peligro. No es fácil, pero no es imposible, hay que amar la profesión y con el tiempo se va haciendo más fácil.
¿Cuándo decidiste que querías ser monologuista?
Yo soy una persona que no cree en el destino pero que si pienso que todo pasa por algo. Yo tenía una empresa, tenía a cargo un número de trabajadores importante y debido a la crisis me vi obligado a cerrar esa empresa donde había dejado los últimos años de mi vida y de la noche a la mañana me encontré con que todo esos sueños ya no existían. Decidí dar un giro total en mi vida, decidí divorciarme y arrancar de cero en este mundo.
Yo empecé en la comedia desde cero, desde la base. Me apunté en una academia, entré en certámenes y gané cuatro concursos nacionales. Invertí hasta el último céntimo en viajar por toda España para hacerme conocer. Fui presentando a muchos compañeros que ya llevaban una trayectoria o estaban en circuito y me dejaban cinco minutos para presentarme. Me fui enfrentando al público real. Luego tuve un espectáculo en Barcelona, MAXISINGLES junto a otra compañera, Beluni, con el que estuvimos en cartelera año y medio.
Eso me dio tablas y me fue perfeccionando en la escritura de mi propio texto. Arranqué solo con un texto de una hora y aquí estamos, es una trabajo que no cambiaría por nada del mundo. Cuando miro para atrás y pienso en aquellos tiempos en que tenía mi empresa y económicamente no tenía problemas, me digo a mi mismo «antes lo tenía todo y ahora soy feliz. Hago lo que me hace feliz, hacer reír no es fácil pero es lo más gratificante del mundo».
¿Crees que a la sociedad actual le cuesta reír?
No creo que a la sociedad le cueste reír, pero sí creo que la sociedad actual está menos abierta a reír. Sí que creo que últimamente se están analizando con lupa los comentarios cómicos, los chistes, los gags que hago y que hacen todos mis compañeros. Creo que se están extrapolando mal textos que son producto del sentido del humor para llevarlos al plano personal.
Hoy en día es verdad que hacer humor es más difícil que hace un tiempo, pero no porque la gente no quiera reír sino porque la gente analiza el chiste y se lo lleva al plano personal, cosa que a lo mejor hace unos años no pasaba tanto. Yo siempre digo que este país cambiará el día en que nos deje de preocupar que se rían todos y lo que nos preocupe realmente es que se rían de todo. Por eso digo que no creo que a la sociedad en general le cueste más reír, pero sí creo que está mucho más quisquillosa y analiza más todo lo que decimos.