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‘Para fijar la población somos imprescindibles las mujeres’, por Isabel Álvarez

Artículo de opinión de Isabel Álvarez, responsable del Área de Mujer IU CLM

Este 15 de octubre celebraremos el Día de la Mujer Rural y, en Castilla-La Mancha, las plazas se llenarán de ferias de productos artesanos y talleres de jabón o manualidades, apadrinadas por Ayuntamientos y organizadas por alguna asociación de preferencia institucional.

El resto del año la vida en el medio rural seguirá presentándose extremadamente difícil para las mujeres, tanto que dentro de poco no encontremos generación que quiera seguir trabajando y habitando el espacio rural.

Incrementaremos sin remedio el espacio de la despoblación si no actuamos con políticas claras y urgentes que fijen la población y hagan que los proyectos de vida sean duraderos en el medio rural.
Para ello son imprescindibles las políticas para el arraigo rural femenino entre la juventud y que atiendan igualmente a la feminización progresiva del envejecimiento en el medio rural.

Son imprescindibles propuestas políticas que atenúen el trabajo de cuidados que será realizado por las mujeres en las próximas décadas y que aumentarán la carga para una población femenina envejecida que debe cumplir con el rol de cuidadoras que nos asigna el patriarcado y que estará marcado por una inexistencia de recursos públicos de ayuda o mitigación de esta carga.

Porque un Estatuto de Mujer Rural en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha por muchas portadas y titulares que se den, como ocurre en nuestra región, sin presupuesto y sin objetivos calendarizados no obrará por si solo ningún milagro. Quizá, sirva para titularizar algunas explotaciones a nombre de las mujeres que también las trabajan, pero no alejará de la dureza de sus condiciones a una mayoría de mujeres que viven en el ámbito rural y son asalariadas por cuenta ajena, son temporeras o trabajan en la economía sumergida para completar los ingresos de sus hogares.

La población rural y las mujeres como colectivo imprescindible junto a los y las jóvenes, para fijar la población, tal y como señala “el Comisionado para el reto demográfico”, necesitan que se establezcan farmacias, tiendas de alimentación, consultorios médicos, matronas, enfermeras, acceso a repuestos y suministros, redes de transporte seguras y redes de comunicaciones garantizadas como telefonía, internet, gas, luz y agua. Con ello se hará atractivo habitar el ámbito rural pero además se garantiza acabar con una doble discriminación: la de sexo y la geográfica.

Porque la desigualdad territorial aumenta la brecha entre mujer rural y mujer urbana incluso en el acceso a los recursos públicos para acabar con la violencia sobre las mujeres, ya que también en el medio rural se hace muy difícil encontrar una red de apoyo y ayuda que saque del silencio esta violencia y la visibilice. Los informes del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial señalan que el 70% de asesinatos se cometieron en lugares del ámbito rural.

No contar con transporte, centros de la mujer, casas de acogida o ayudas cuando se necesita porque están a muchos kilómetros, tienen horarios no compatibles o no cuentan con el estigma que sobre las mujeres se cierne en los pueblos y núcleos de población pequeños, hace que en muchos casos las mujeres rurales se encuentran sumidas en una situación de pobreza y violencia de género muy difícil de revertir.

Torre de Gazate Airén

Todo esto, el emprendimiento, las ferias o un estatuto sobre papel, no será capaz de solucionarlo por sí mismo, solo una apuesta firme y decidida con dotación suficiente que aumente las posibilidades de las mujeres en su desarrollo personal ligado al desarrollo integral de las zonas donde habitan, facilitarán que las propias mujeres sean un elemento de arraigo permanente y duradero y un eslabón imprescindible para formar una cadena con otras generaciones de mujeres.

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