Estamos en un momento histórico importante, una etapa en la cual cada día hay más gritos que reclaman la igualdad, porque hay una clara realidad, vivimos en una sociedad clasista y machista, que no permite a las mujeres avanzar en los distintos ámbitos donde los hombres siguen siendo los principales protagonistas.
En el actual contexto, debemos reflexionar sobre si el clasismo tiene un peso más importante que el machismo en nuestra sociedad, o si por el contrario, el machismo predomina sobre la desigualdad de clases sociales. Después de analizar diversas experiencias personales, cada día tengo más claro que ambos: clasismo y machismo, van de la mano y se retroalimentan, alejándonos como sociedad de unos valores en los que primen la inclusión, la empatía y la igualdad social.
Me gustaría centrarme en el sistema patriarcal que aún sigue vigente, esa estructura arraigada donde las mujeres tienen que demostrar continuamente su valía como trabajadoras, donde las mujeres tienen que desempeñar el papel de madre, esposa e hija, donde las mujeres son asesinadas por el simple hecho de ser mujer. En definitiva, donde las mujeres somos silenciadas para mantener el orden establecido, sin importar la clase social.
Cuando ser mujer, trabajadora, madre y militante está visto como una anomalía y te cierran las puertas a otros ámbitos, estamos perdurando una sociedad que nos explota y nos oprime. Ahora más que nunca, necesitamos de mucha pedagogía para poder avanzar hacia la igualdad real.
Soy madre, trabajadora, cuidadora y militante. Soy luchadora, valiente y fuerte. Soy como el resto de personas, pero ante todo soy mujer. Así que continuemos librando día a día cada batalla, porque juntas conseguiremos derrotar al sistema patriarcal.