En una entrevista concedida a soMosCLM.com y enTomelloso.com, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha realizado un balance sobre la vendimia de este año, en un diálogo donde también ha habido hueco para hablar sobre la cultura del vino, producto estrella de la región, o la nueva Ley de la Viña y el Vino.
A falta de pocos días para cerrar la campaña, ¿cuál es el balance de la vendimia de este año?
Ha sido una vendimia atípica, porque la han cortocircuitado las tormentas y no se ha percibido con la potencia de otras campañas. Aún así, alcanzaremos una gran producción, porque somos la región que más vino produce del mundo, somos la bodega del mundo, y vamos a seguir siéndolo aunque haya campañas con menos producción. Nos faltan dos semanas para cerrar la campaña, pero en torno a los 21-23 millones de hectolitros podría ser una previsión razonable, aunque todavía hay variedades tardías que no se han empezado a recoger.
Llevamos un recorrido de éxito en las últimas décadas, el sector se ha profesionalizado, las empresas son capaces de comercializar y prácticamente llegan a cualquier rincón del mundo. Así, llegan con nuestras 9 Denominaciones de Origen, con un producto excelente que por primera vez en nuestra historia está consiguiendo poner encima de la mesa el valor de marca que significa Castilla-La Mancha y sus DO. Ya no vamos a bajarnos de esta locomotora que está en marcha.
Se avanza en calidad de vino, crece la cantidad de su producción, pero el precio de la uva sigue más o menos igual…
Hay que intentar que las vendimias fluctuen en relación a los precios. Eso se hace de una manera muy sencilla: acomodando la oferta a la demanda. En el vino, como en cualquier sector productivo, hay una demanda, en este caso por parte de los consumidores. Las empresas deben adaptarse a lo que pide el consumidor.
¿Cómo se consigue esto? A través de medidas que se han puesto en marcha en esta legislatura, con gran implicación por parte de las bodegas y las cooperativas, como el pago diferenciado de la uva en función de la calidad; la diferenciación varietal en función de lo que se pague finalmente por la botella en destino; la limitación del rendimiento máximo por hectárea; la apuesta por las DO o la integración comercial de las empresas cooperativas -esto último teniendo en cuenta que tenemos cooperativas muy grandes pero con poca facturación-.
Estamos en una dirección adecuada, el problema es que no somos capaces de controlar suficientemente la oferta, y para controlar la oferta es necesario que el sector tenga herramientas e instrumentos. Por eso es importante la nueva PAC, y que cuando hablemos de PAC nos acordemos no solamente de los agricultores sino de todos esos instrumentos de mercado que si existen nos ayudan a que los sectores funcionen, y si no existen nos impiden que los sectores avancen.
La Interprofesional del Vino es una herramienta muy importante, la existencia obligatoria de un contrato o el pago de la uva a 30 días son avances logrados en los últimos años, y la Interprofesional tiene la capacidad de regular la oferta.
¿Sería muy descabellado diferenciar la uva en función de su destino para alcohol, mosto o para vino?
Es otra cuestión que puede plantearse el sector, la Interprofesional del Vino lo puede hacer. Si tenemos una uva que además es muy característica de Castilla-La Mancha, que es la que mejor se adapta al clima de la región, que es la Airén, y que tiene una salida comercial que en muchos casos puede ser el mosto, y en otros el alcohol de uso de boca, es posible que los rendimientos máximos permitidos en esa uva puedan ser mayores.
Esto no solamente va en el ‘debe’ o en el objetivo de la Interprofesional, va también en la Ley de la Viña y el Vino que estamos elaborando en Castilla-La Mancha. Hemos empezado a trabajar en una Ley de la Viña y el Vino que deberíamos tener y que nos va a permitir, entre otras cosas, garantizar la trazabilidad de la uva, que es fundamental para todo: no solamente para que los consumidores tengan la información correcta sobre el producto que consumen, sino para identificar el destino de la uva desde el inicio. Esa ley de la Viña y el Vino va a estar finalizada en esta legislatura y se apoyará en una estrategia del sector vitivinícola que está pactada ya y que incluye medidas como esta.
Se invierte en promoción en Europa y en otros países, pero el consumo de España y de Castilla-La Mancha sigue bajo mínimos, ¿hay algún plan para revertir esta situación?
Tenemos mucho por hacer. Cuando hablamos de fomentar la cultura del vino, es algo que debemos hacer. Estamos haciendo mucho a través de la Fundación Tierra de Viñedos, alcanzamos un acuerdo con la Interprofesional para hacer catas comentadas en los lugares que los jóvenes eligen para su ocio. No hemos pedido a los jóvenes que vengan a buscar el vino, sino que se los hemos llevado.
Es la primera vez que esto sucede en Castilla-La Mancha, las catas están teniendo mucho éxito, pero hay que hacer un esfuerzo mayor. La Interprofesional del Vino de España está haciendo grandes esfuerzos en promover la cultura del vino. Tenemos que recordar siempre que el vino es un alimento, forma parte de la pirámide de la dieta más saludable del mundo: la mediterránea. Detrás de una copa de vino está la gente de la región, cuando seamos capaces de convencernos de esa realidad seguro que en CLM se incrementa el consumo del vino.
Para finalizar, se atreve con un brindis
Vamos a brindar por los viticultores de Castilla-La Mancha, por 85.000, porque puedan seguir al pie del cañón como están hoy, porque cada vendimia sea igual o mejor, y porque cada vez seamos más competitivos, hay que seguir siendo la bodega del mundo.