CCOO ha denunciado este lunes la «generalización del fraude, los abusos y la precariedad laboral» en el sector del ajo en Castilla-La Mancha y ha lanzado una campaña para dignificar el empleo y las condiciones salariales y laborales de las más de 3.000 personas, sobre todo mujeres, que trabajan en el manipulado del ajo en la región.
«El ajo es un producto emblemático de Castilla-La Mancha y las empresas del sector pueden y deben competir en calidad e innovación, no en costes salariales, fraudes a la seguridad social, presión laboral y precariedad», ha reclamado el secretario general de CCOO-Industria de Castilla-La Mancha, Ángel León, en una rueda de prensa ofrecida junto a las secretarias generales de CCOO en las provincias de Cuenca y Albacete, María José Mesas y Carmen Juste.
León ha detallado «las múltiples y generalizadas irregularidades laborales» que el sindicato ha detectado en el medio centenar de empresas y cooperativas que se dedican a la producción, almacenamiento, manipulado y comercialización del ajo y ha reclamado la implicación de patronales, gobierno regional e inspección de trabajo para «dignificar este sector», según ha informado CCOO en nota de prensa.
«El ajo supone para Castilla-La Mancha una seña de identidad y un emblema de su producción agraria, en especial por la calidad y excelencia que lleva aparejada la Indicación Geográfica Protegida Ajo Morado de Las Pedroñeras, marchamo de autenticidad del que gozan desde 2001 los productores de esta variedad de ajo de más de 200 localidades ubicadas en las comarcas naturales de La Mancha, Mancha Alta, Mancha Baja, Manchuela y Centro», ha explicado León.
Incluyendo todas las variedades del ajo, la región aporta el 57,7 por ciento de total la producción nacional, 156.570 toneladas de un total de 270.949 en 2018, según los datos de avance de superficie y producción del Ministerio de Agricultura.
Por provincias, la de Albacete destina al cultivo del ajo 9.380 hectáreas y produce 93.800 toneladas; le siguen Ciudad Real, con 5.002 hectáreas y 35.014 toneladas, y Cuenca, con 2.905 hectáreas y 23.491 toneladas. A mayor distancia, Toledo (360 hectáreas, 3.600 toneladas) y Guadalajara (95 hectáreas, 665 toneladas) también tienen zonas dedicadas a este producto.
MILES DE PUESTOS DE TRABAJO
Sin computar la recolección, el sector «mantiene miles de puestos de trabajo en las áreas rurales de las comarcas productoras de Albacete, Cuenca y Ciudad Real, con una destacada presencia la mujer, especialmente en el manipulado», ha señalado María José Mesas
«Pero esta realidad esconde en el ámbito laboral una situación bien distinta por las condiciones del empleo. No es de recibo que un producto ligado a la calidad y excelencia lleve aparejadas condiciones de trabajo precario y de claro abuso empresarial», ha explicado la secretaria general de CCOO en Cuenca.
Según Mesas, «se abonan salarios por debajo del convenio colectivo, provocando una competencia desleal entre las propias empresas. Y hay también excesos de jornada ordinaria sin retribuir».
En este sentido, la presión laboral es «desmesurada», con unos ritmos de trabajo «inadmisibles», con «deficiencias graves» en materia de salud laboral y prevención de riesgos, así como «inexistencia de vigilancia de la salud e inaplicación de medidas de conciliación laboral y familiar».
Por ello, Carmen Juste ha emplazado a las patronales, Gobierno regional y a la inspección de trabajo a llevar a cabo actuaciones que «dignifiquen el empleo y que eviten fraude y los abusos hacia los más débiles, los trabajadores».
«Estas medidas pasan por la incorporación de los trabajadores no agrarios al régimen general de la seguridad, la contratación regularizada en el empleo utilizando la figura del fijo o fijo discontinuo, la aplicación y cumplimiento del convenio colectivo estatal del sector de frutas y hortalizas, el cumplimiento de la ley de prevención de riesgos laborales y la promoción de medidas de conciliación de la vida familiar y laboral.»
Juste también ha animado a los trabajadores a acudir al sindicato «para denunciar los abusos, pero también para organizarse y empezar a celebrar elecciones sindicales en sus empresas».
«No puede ser que las empresas que cumplen estén desventaja frente a las incumplidoras. Hay que atajar todos los fraudes, abusos e incumplimientos, hay que perseguirlos y sancionarlos de forma ejemplar para que resulte muy caro defraudar a la seguridad social y explotar a los trabajadores y a las trabajadoras», ha finalizado León.