La vendimia de este año, que ya ha comenzado para algunas variedades de uva, se generalizará en CLM a partir del 9 de septiembre y se prolongará durante unos 25 días, frente a los 30 del año pasado.
La cosecha será este año más corta que la de 2018, pero de excelente calidad y con alta graduación. Según los cálculos de CCOO, la recolección de la uva generará entre 600.000 y 700.000 jornales, en torno a un 20% menos que el año anterior (CCOO considera francamente excesivo el recorte de producción estimado por Asaja); pero volverá a emplear las mismas personas que el año pasado, entre 25.000 y 30.000, puesto que, una vez iniciada la cosecha, los viticultores prefieren acabar lo antes posible.
La mayor parte de estas personas serán inmigrantes. Su aportación laboral es fundamental en el campo de CLM; ya en el segundo trimestre de este año, con algunas campañas agrícolas en marcha, representaban más de la mitad de las personas afiliadas en la región al Sistema Especial Agrario, y este porcentaje se elevará sustancialmente durante la vendimia, que es “el gran acontecimiento laboral de CLM”, como recalca Ángel León, secretario general de CCOO-Industria en la región.
“Hay que valorar y reconocer socialmente el papel de estas personas; y hay que exigir a los empleadores honestidad y cumplimiento de la legislación laboral”, reclama León, que recuerda que los viticultores, junto con los ayuntamientos, deben garantizar a los temporeros alojamientos dignos.
“Los empresarios agrícolas deben atenerse a la legalidad laboral; formalizar los contratos de los temporeros; darles de alta en la Seguridad Social y declarar las jornadas de trabajo reales; así como cumplir lo establecido en el convenio colectivo de aplicación, tanto en las tablas salariales como en las condiciones de trabajo -con especial atención a la prevención de riesgos.”
A este respecto, León subraya que “hay que extremar las medidas preventivas tanto en las viñas como en las bodegas, donde el trasiego de uva es incesante noche y día y donde hay que eliminar cualquier posibilidad de que ocurra un siniestro, y más aún un siniestro grave o mortal”
En cuanto a los salarios de campaña, los establecidos este año en cada provincia son los siguientes: Albacete, 52,06 euros brutos/día. Cuenca, 54,23. Guadalajara, 57,33. Toledo, 60,07. Ciudad Real, por su parte, tiene establecido un salario de 43,31 euros/día de lunes a sábado y de 51,98 de lunes a viernes.
“Hay que lamentar que un año más se mantengan las diferencias salariales de los temporeros en función de la provincia en la que se ubiquen los viñedos. Estas diferencias son injustificables y no tienen ningún sentido, ni para los empresarios ni para los trabajadores. Hay que eliminar estos agravios; hay que ir a un salario/día de campaña de ámbito regional. Esta es una responsabilidad que la patronal regional Asaja tiene que asumir de una vez” reclama León.
“Nos consta además que la propia realidad va por delante y muy por encima de lo establecido en el convenio. Los viticultores de Ciudad Real, la provincia de España con más superficie de viñero, no van a encontrar temporeros a 43,31 euros brutos/día mientras en las provincias limítrofes los convenios establecen el salario diario en 52,06 euros en Albacete; 54,23 en Cuenca y 60,07 en Toledo. Sin contar con que en la vendimia no hay jornada de lunes a viernes ni jornada de lunes a sábado; sólo existe la jornada de lunes a domingo.”
“Hay que hay que unificar la regulación laboral de la vendimia y hay que avanzar sustancialmente hacia la equiparación salarial de los vendimiadores. Pero, además, en esta región es imprescindible revisar de arriba abajo los convenios del campo.”
Impulso salarial, mejoras laborales y protección social para frenar la despoblación del mundo rural
“Si queremos asentar población en el mundo rural, si queremos realmente luchar contra el vaciamiento de nuestros pueblos, hay que mejorar las condiciones laborales y dar un fuerte empujón a los salarios del sector primario. Y, a nivel estatal, hay que acelerar y culminar de una vez la integración del Sistema Especial Agrario de la Seguridad Social en el Régimen General.”
“Ahora que todo el mundo parece ser ya consciente del drama demográfico, económico y social de la España vaciada, no puede ser que el asalariado del campo tenga que trabajar en peores condiciones, cobrar menos y disponer de una peor protección social que cualquier otro.”
“Además de servicios públicos, además de escuelas, centros de salud e infraestructuras; además de transportes públicos y cajeros automáticos, el mundo rural necesita dignificar las actividades laborales que se desarrollan en él. Hay que poner en valor y hacer atractivo el trabajo en el sector primario. Y esto nos implica a todos: patronales y sindicatos; empresarios, autónomos y asalariados; intermediarios, empresas de transformación, grandes superficies, consumidores… Y por supuesto, a los Gobiernos y a las administraciones públicas, incluida la UE.”
En este sentido, León recalca que las instituciones europeas “no pueden olvidar la situación del medio millón de trabajadores y trabajadoras de las empresas agrarias, forestales, ganaderas y alimentarias” en la reforma de la PAC para después de 2020.
“Hemos reclamado y seguimos reclamando al Ministerio de Agricultura, cuyo titular visita hoy CLM con motivo del denominado ‘Día del Viticultor’, que en las negociaciones para la reforma de la Política Agraria Común, el Gobierno español defienda que las ayudas de la PAC se vinculen al empleo estable y de calidad. La nueva PAC tiene que significar también una oportunidad para amortiguar el despoblamiento y el envejecimiento del medio rural.”