Hoy veinticinco de noviembre es el día de “Las Personas sin Hogar, de Los Sin Techo”. Una jornada que alcanza los veintiséis años de existencia y que esta edición de dos mil dieciocho pone fin además a un trienio iniciado en dos mil diez y seis en el que se han tratado temas tan básicos como la dignidad y derechos de las personas en situación de sin hogar, abordando en esta ocasión la necesidad de un compromiso colectivo para intentar acabar con el sinhogarismo. Para ello se ha elegido un expresivo lema interpelante y directo: ¿Y tú que dices? Di basta, Nadie Sin Hogar.
A nadie se le escapa que el desarrollo de una sociedad está marcado de manera prioritaria por el nivel de compromiso social. Un compromiso que tiene tres componentes, cultural, económico y ético. En el caso de la sonrojante realidad de personas sin un hogar donde habitar, estos tres factores confluyen de manera sintomática.
Porque si bien la responsabilidad de erradicar este grave problema corresponde a las distintas Administraciones Públicas, el sustrato, la presión, el interés para lograrlo depende de la sociedad en su conjunto, de la ciudadanía. Desgraciadamente aún no ha llegado la hora en que exista un verdadero clamor social para que estos treinta mil ciudadanos dejen de dormir, de vivir “tirados” en la calle. Quizá, duro es decirlo, porque existe todavía en la conciencia social el peligroso y erróneo convencimiento de que “ellos son los únicos culpables de verse en esa situación”. En todo caso, la pregunta ¿Y tú que dices? merece una respuesta hacia aquellos que día a día “están tan cerca que no los vemos” frase que sirve de antefirma al lema de este año.
La respuesta que Cáritas Diocesana de Ciudad Real viene realizando en nuestra provincia desde hace veintiséis años a través de técnicos y personas voluntarias se concreta en la existencia de cuatro centros, dos de Urgencia y dos Residenciales situados en Alcázar de San Juan, Ciudad Real, Daimiel y Puertollano. En los dos primeros se posibilita la atención temporal a personas que, ante la ausencia de alojamiento o la imposibilidad de permanecer en su domicilio por diversos motivos, requiere el acceso a un centro de alojamiento. Se considera un recurso de transición que permite evaluar la situación de esa persona y hacer un diagnóstico social con la finalidad de buscar otras alternativas como los centros residenciales y diseñar un proceso de recuperación personal.
Los dos Centros Residenciales tienen por objeto prestar alojamiento a personas sin hogar que viven en espacios públicos o se encuentran ya en un Centro de Urgencia, facilitando a las personas residentes procesos de inclusión social con el objeto de erradicar la situación de sinhogarismo, así como su integración social promoviendo los derechos de acceso a una vivienda o a un alojamiento estable de convivencia y empleo, rentas mínimas, educación y salud. El centro de Puertollano está especializado además en atender a hombres y mujeres que por edad y de tiempo de permanencia en la calle se encuentran con un grave deterioro psicosocial estando en una situación social, sanitaria y personal que hacen muy difícil su recuperación y autonomía; lo que se pretende es, en la medida de sus posibilidades, realizar un proceso que mejore su calidad de vida y su participación en recursos normalizados.
Además de estos cuatro centros, existen Puntos de Información que ofrecen servicio de orientación cubriendo necesidades básicas y ofrecer la posibilidad de iniciar procesos de recuperación personal. Se encuentran situados en las Cáritas Parroquiales de Valdepeñas, Campo de Criptana, Manzanares, Socuéllamos, Villarrubia de los Ojos y Tomelloso. Así mismo, existe un Piso de Autonomía donde algunos de los participantes que han terminado su proceso de recuperación viven a la espera de encontrar un trabajo y una vivienda digna.
El objetivo que mueve a Cáritas en todas sus acciones es la incorporación activa de la persona en situación de sin hogar a la sociedad como ciudadano de pleno derecho. Este objetivo se realiza acogiendo y cubriendo las necesidades socio-sanitarias básicas de la persona sin hogar que llega al centro, ofreciéndole y motivándolo para iniciar un proceso de acompañamiento personalizado, procurando un itinerario de inserción laboral desde su realidad y capacidades, incluso en el momento que deja el centro para vivir en autonomía desde su realidad personal.
Desde Cáritas Diocesana de Ciudad Real, unidos a otras asociaciones que luchan contra el sinhogarismo, hacemos un llamamiento a toda la ciudadanía de bien para colaborar en la erradicación de esta grave situación que es indigna para toda persona. Como señala Faciam: “Si queremos ser una sociedad del bienestar, inclusiva y acogedora, no podemos permitirnos dejar fuera y expulsar a aquellas personas más vulnerables y con mayores dificultades”.
¿Y tú que dices después de leer estas líneas? Di con nosotros, basta. Nadie Sin Hogar.
Fermín Gassol Peco y M. Carmen Nieto León Director y Coordinadora Área de Inclusión de Cáritas Diocesana de Ciudad Real